Capitulo 12: Distracciones

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Mucha controversia, pocas respuestas.
Mucho trabajo, pocos voluntarios.
Muchas personas, pocos cerebros.

"Si algo puede salir mal, probablemente saldrá mal"

Coincidencia, destino o imprudencia, le valió. No por alardear era el genio del clan hyuga, si pretendían mantenérselo oculto, sus resultados serían erronos. Y si tenían a Naruto en el grupo, más fácil aún de enterarse.

Hasta el dueño de Ichiraku se enteraría de su presencia.

Un perro parecido a un caballo tampoco es muy fácil de ocultar junto con su amigo moreno.En cambio el Aburame... El es otra historia.

Sin mucho esfuerzo, el que tenía todo el derecho de saber sobre el bienestar de su prima, daba su máximo (e incluso un poco más) para dar algún rastro, una pequeña pista, algo que le dijera que estaba bien. Con vida, mejor dicho.

Cada paso, implicaba que se contuviera de explotar toda su rabia contra aquellos que le seguían. Ni los consideraba sus iguales para estar a su lado, no, que se mantuvieran detrás de él para no tener que presenciar los fracasados que dejaron desaparecer a su ser más preciado.

•Eh, shino hasta cuando seguiremos?• hablo un ya fatigado castaño.

•Hasta que él lo crea necesario• respondió acomodándose sus lentes oscuros.

•¿Y quién dijo que él era el líder? Si me da la gana me detengo• abruptamente se paró en seco a la expectativa de sus compañeros.

Un carraspeo fuerte, una mirada perlada llena de fatiga y un incontenible sentimiento de preocupación bastó para responderle al moreno.

Era ella quien le acompañaba acompañaba religiosamente todas las tardes para un té, quien diligentemente asistía cada mañana al dojo a entrenar, no era suya, pero era importante.

A veces la escuchaba en su habitación practicando sus mil y un formas de declarársele a Naruto. Le resultaba tan entretenido ese -me rindo, no me rendiré- de cada día. Cuantos dulces, pasteles e incluso bolas de arroz le veía cocinar para regalarle y siempre terminaban en la boca del equipo 8 y unas que otras veces en la de él mismo.

Aún así, le daba ánimos; aquello que le hacía feliz a ella lo llenaba de alegría a él. Ella era su sol. No dejaría que nadie apagara su hermosa luz.

El trío continuo sin volver a mediar palabra alguna. Los instintos del hyuga le dieron a atinar una posible ubicación que al Aburame también le pareció razonable. Si tenían suerte, un vengador debería estar en el lugar donde lleva a cabo su venganza.

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•No te distraigas• no mires el piso, no mires los pájaros, no mires a Suigetsu, no mires otra cosa que no sea yo.

•Go-gomen, sasuke-san• tomada por sorpresa dio una pequeña reverencia y siguió caminando.

Sabía que estaban muy cerca de su objetivo, el día tan esperado se aproximaba, unos cuantos sobornos por un poco de información, un poco de sexto sentido y habilidad les indicaba que faltaba poco. Poco para el día de la venganza.

No de ella. No de Taka. Sino de el.

Un asesinato por una venganza inexplicable, solo que aquel cargaba un dolor tan amargo cuya única salida de escape sería esta.

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