Capitulo 3: Simple

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Despertó lentamente tallando sus orbes blancas como aquellas paredes frente a ella. Vio una silueta sentada en una esquina, por inercia dijo el único nombre que estaría vigilando hasta su sueño.

-¿Ne-Neji Niisan?- preguntó.

-Tsk- Sasuke chasqueo su lengua de mal humor -Le tienes mucho aprecio al tal Neji- se levanto y se acercó a la cama -No dejabas de decir su nombre mientras dormías además de otro... No tan importante-

Era el de Naruto, de solo recordar que pensaba en ese idiota le hacía revolver el estomago, ¿Quien en su santo juicio se pudiera fijar en el? Y de paso soñarlo.

-Y-yo.. Etto... ¿D-donde estamos?-se acomodó en la cama y se sentó en la orilla jugando con sus dedos índices.

-En una posada-Tomó un bolso que estaba en el piso y se lo lanzo de la forma más rústica posible-Te quite todos tus kunais y cualquier objeto cortante-

Sus ojos se abrieron como platos, no por el hecho de arrebatarle sus pertenencias sino porque,¡La había tocado! Y mientras dormía lo cual era mil veces peor. Su respiración se aceleró y se tocó su pantorrilla, donde debería de estar su porta kunais.

-Tsk, no tuve que tocar tanto-musito con fastidio.

¿Como puede ser tan pudorosa? Solo fue la pierna, ni que la hubiese violado.

-Lo-lo siento- se sonrojó levemente agachando su mirada.

-Como sea

Sasuke solo la veía registrar su bolso esperando que sacase algo, lo estaba haciendo solo para no mirarlo y ser ignorado no esta en la lista de cosas que le gusten. Su paciencia se agotó.

-Apúrate, ahí hay un baño- dijo señalando una puerta en la esquina del cuarto -Te esperaré afuera-se acercó a la cama y con un dedo le levantó la barbilla para que le encontrará-Ni intentes escapar-Advirtió esbozando una sonrisa demoniaca.

Cuando salió por la puerta, la ojiperla soltó todo el aire que había estado reteniendo, fue al baño a lavarse la cara y tratar de despejar su mente. Recapitulando su jodida situación: es la rehen del ninja más buscado entre todas las naciones y solo por estar metiendose donde no la llamaron.

Tendría que pensar una manera de escapar pero no ahora, quizá en la noche cuando todos durmieran debería intentarlo. Cooperar con ese maleante no era opción, pero hacerle molestar muchísimo menos.

Se quitó su camisa de mallas.¿Aparte le habían quitado su sudadera? De solo pensarlo le daba vergüenza. Aparte, ¿Donde estaba? Negó con su cabeza, estaba viva lo cual era un gran alivio. Continuo desvistiendose para darse un baño, de esos que se te olvida todos tus problemas.

.

Al cerrar la puerta el se vio obligado a seguir por el pasillo y bajar pero al pensarlo bien, ella podría aprovechar la situación de que nadie la vigilase y escapar. No lo iba a permitir. Él Uchiha se recostó a la pared aun fuera de la habitacion y se sumio en sus pensamientos.

"-Suigetsu, ve con Karin e instalen trampas, ya de por sí no podremos dormir hoy.

-Pero Sasuke-kun podemos irnos y dejar a la tonta aquí- rezongo Karin.

-Es una orden- El azabache se volteó viéndola escéptico.

Ella arrugo su nariz haciendo un puchero. No podrían dormir por culpa de esa idiota y aparte tendría que estar con el idiota número 2 cara de pez deforme, Suigetsu.

-Andando pelos de zanahoria, mientras más rápido terminemos, menos tendré que estar contigo.

-Imbecil- Trato de golpearlo pero el corrió y se perdieron en la oscuridad.

-Mmph- el Uchiha iba a levantar a la chica de Konoha que aún yacía desmayada en el suelo cuando Juugo la cargo rápidamente. Iba a refutar pero lo dejo pasar.

Luego de dos horas de andar corriendo en la noche, llegaron a un pueblo y se metieron en la primera hostal que vieron. No se preocupaban por sus otros dos compañeros ya que Karin los buscaría y también entrarían allí. Él Uchiha pidió dos habitaciones, en una iría su compañero pelinaranja, Karin y Suigetsu y en la otra el con la Hyuga.

Entro a la habitación con ella en sus brazos, cualquiera que los viera pensaría que es su noche de bodas. La sentó en la cama y con una mano apoyando su espalda y parte de la cabeza, le quito el suéter lila que tenía. La recostó en el futon y le quito su porta kunais guardándolo en una gaveta de una pequeña mesa al lado.

Agarró su bolso y comenzó a revisarlo, no había nada extraño, solo había ungüentos, una cartera con billetes, una toalla, un camisón y ropa interior. Se quedo un buen rato con lo último en sus manos, cuando se percató de lo que sostenía lo guardo como si le quemara la mano.

¿Cuando se volvió tan pervertido como para quedarse mirando unas pantis?

Tiro el bolso al piso. Cuando se acercó a la cama se sentó y pudo detallar a la chica que dormía plácidamente.

Su piel era blanca como la porcelana y a pesar de ser una ninja no tenía moretones ni rasguños, sus piernas eran bien torneadas, con un abdomen asombrosamente plano, cintura estrecha y caderas anchas. Lo que más le llamó la atención eran sus senos, eran demasiado grandes y redondos y con esa camisa agujereada, no ayudaba mucho a su placer visual.

Tuvo un pensamiento fugaz de cómo sería romper esa camisa y poder tener mejor vista a esos pechos tan deseables, aunque rápidamente descartó esa idea. El jamás había sentido atracción alguna por las mujeres. Todas que conocía, solo se le abalanzaban, eran gritonas, insoportables y hasta las consideraba un estorbo. Algo así como cientos de copia de Ino y Sakura.

Jamás entendían que él no tenía ningún interés en absolutamente nada más que su venganza.

Siguió observándola, su cabello era largo casi le llegaba a la cintura y brillaba con esa luz de luna, era de un tono azul oscuro con destellos azul claro. Tenía un flequillo recto que tapaba su frente. Con una mano, aparto un mechón que tenía cerca de su boca, sin cambiar ni un ápice su expresión solo lo quito y pudo sentir su calor por unos cortos segundos. Vio esos pómulos aún encendidos y esos labios rosas muy carnosos. De seguro ella era muy codiciada en la aldea, pensó.

Sin darse cuenta, se encontraba acariciando su cabello, había dejado su rabia y orgullo para satisfacer las ansias de tocarla. Tomo una buena decisión cuando dejo a Juugo en otra habitación, menos mal que nadie le estaba viendo, un líder no deberia hacer cosas como esas.

Los minutos pasaron mientras seguía admirando su belleza cuando ya sentía como sus párpados le pesaban, la arrimo cuidadosamente y se acostó a su lado, alcanzó una sabana, la arropo y posteriormente a él. No dormiría más de una hora, menos sabiendo que en cualquier momento la susodicha despertaría y posiblemente lo mataría.

-Neji-nissan... No-no me odies onegai- su suave voz inundo sus oídos.
Supuso que estaba soñando demo, ¿Quién era ese? Y ¿Porque la odiaba? De seguro era una pesadilla.

-Na-naruto-kun

¿Que? ¿Por qué ella había dicho su nombre? Aparte sonreia. El dobe había provocado esa sonrisa lo cual por alguna inexplicable razón, le molestaba.

¿Qué eran ella y Naruto? Quería agitarla violentamente por los hombros para despertarla y exigirle explicaciones. Uno, por el fulano neji y dos, por su rubio amigo escandaloso.

Hinata siguió balbuceando entre sueños lo que provocaba cierto interés e intriga en el Uchiha aunque ya no podía seguir, simplemente se quedo dormido pensando en la simple chica con la que compartía una colcha"

-Tonta.

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