Tic-tac, tic-tac, el reloj suena.
Tic-tac, tic-tac, puedo oírle.
Su repetitivo tic-tac y un segundo más que transcurre. Es curioso que nos avise el transcurrir del tiempo y que no nos demos cuenta de la alerta que representa.
Tic-tac, tic-tac, despierta.
Que el tic-tac no te espera
Solo, en su habitación, encerrado. Mi novio se sienta al borde de su cama, coloca las manos en su rostro y suspira. Ha sido un día largo. ¿Largo? ¿Cómo un día puede ser largo y diecisiete años ser una vida tan corta?. Alza la vista, ilumina la pantalla de su teléfono y observa, 1:47 am.
Mi nombre resuena en su mente, junto con un "mucho gusto". Visualizaba a una chica bajita, despeinada y risueña, a la cual había estado observando pelear con los pinceles mientras hacía un cuadro. Uno de los cuales había saltado y manchado su camisa.
"Fue cupido disparando flechas" dijo ella un día, después de haberse visto tantas veces y la besó, no había manera de contenerse, la besó en los labios por vez primera, a esa chica tímida que bajó el rostro y sonrió.
No estaba en busca de una novia, ni mucho menos en busca del amor, pero el tiempo fue pasando y era imposible estar sin ella. ¡Cuántas noches había pasado en esa misma cama soñando con ella!
Que hermoso era hacerla reír, con sus juegos y ocurrencias, pero que difícil fue hacerla hablar, hacer que abriera su corazón, hacer que confiara. ¡Qué sentimiento tan complaciente lograrlo!.
Lo había apoyado en sus días más tristes y él había estado para ella cuando diagnosticaron esa devastadora enfermedad. Al llegar a su casa, se encerró en su habitación y empezó a golpear las paredes ¿qué podía hacer?, sólo estar allí, inútil y lleno de impotencia.
Había decidido donar su corazón, sin pensar en lo que le pasaría a su familia luego, fue impulsivo, pero, ¿de qué otra manera hubiese ayudado?. Ella no se lo permitió ¿por qué?, ¿por qué no lo había dejado?, ¿era su plan morir, marcharse pensando que no dejaría nada?. Ahora se sentía culpable de sus palabras, yo me sentía culpable, sin poder hacer nada más que ahogarme en lágrimas inútiles, que de alguna forma buscaban llenar el vacío. Mi novio comenzó a golpear las paredes, y la fuerza fue disminuyendo, empezó a llorar y deslizarse hacia el piso, donde al fin se quedó, inútil y lleno de impotencia.

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Déjame Ir
Fiksi Remaja¿Te imaginas poder sentir lo que otros sienten, e incluso pensar lo que piensan? Yo puedo hacerlo, lo había deseado tantas veces, pero ahora que puedo, creo que no me hubiese gustado haberlo hecho en vida. Hace tres días que mis signos vitales desap...