Capítulo 5.

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Jane.

Una semana después...

Genial, hoy empiezo las clases en la universidad y me he quedado dormida. Me levanto como puedo, mientras me cago en todo lo posible, me ducho y me visto. Una vez lista, voy corriendo hacia la cocina y me bebo un zumo de manzana bien fresquito. Cojo las llaves de Riki y me voy hacia la universidad a toda hostia. Como llego un cuarto antes, decido esperar apoyada en mi moto mientras me fumo un cigarrillo. "Bendita gloria tenga el que inventó esto", pienso yo mientras lo fumo con gran afán. A los dos minutos de estar ahí apoyada, me canso y decido ir hacia clase, ya que seguramente me perderé por el camino. 

Cuando tocan el timbre, entro en clase y veo que está el profesor, un hombre de unos treinta años, con barba y gafas. "Es bastante atractivo", piensa mi subconsciente. 

- ¿Tú eres la señorita Steele, no es así? - me dice el profe macizo con una gran sonrisa.

- Exacto, ¿porqué lo pregunta?

- Oh, por favor... no me trates de usted, no soy tan viejo. - me responde con una gran carcajada.- Era para indicarte tu sitio. La última fila, la mesa de enmedio.

Me dirijo hacia ahí y cuando llego, tiro la maleta por cualquier lado del pupitre. Saco mi bloc de dibujo y empiezo a garabatear cosas sin sentido mientras que el aula se va llenando. Oigo que el preofesor está discutiendo con un alumno y eso me distrae, dejo de dibujar y pongo mi vista al frente. Veo que el chico con el que discute el profesor es alto, muy alto, con el pelo rizado, solor cobrizo, y lleva tatuajes por el brazo. Va con una camiseta de los Ramones, unos vaqueros pitillos gastados y unas botas marrones. "Vaya...", pienso yo. Este chico es realmente atractivo. Lo observo fruncir el ceño mientras le grita algo al profesor y luego se dirije hacia mí, todavía frunciendo el ceño. Sus pasos son fuertes y retumban en toda el aula. Se sienta a mi derecha y me observa durante un largo tiempo. Estoy a punto de decirle algo, pero el profesor me interrumpe:

- Bueno chicos, chicas, bienvenidos a un nuevo curso. La mayoría no me conoceréis, ni os conoceréis a vosotros, así que hoy dedicaremos las dos horas de dibujo a relacionarnos con el compañero de mesa. Mi nombre es Kurt y seré vuestro profesor el resto de año. Ahora, mientras que yo voy al baño y a hacer unas fotocopias, quiero que habléis con vuestro compañero. Venga chicos, ahora nos vemos. - dijo antes de salir por la puerta.

Dicho esto, yo me giro hacia el chico de mi derecha y lo observo por un largo rato, igual que el a mí, hasta que habla.

- Mira zorrita, no me importa ni tu nombre, ni tu edad, ni de donde eres ni nada tuyo, así que no te molestes en preguntarme a mí, porque yo tampoco te pienso contestar. - Me dijo con tono frío, el que suelo usar con la gente normalmente.

- Mira capullo, a mi tampoco me importa nada tuyo así que antes de hablar, te lo piensas y te callas. Seguro que eres incapaz de pensar y respirar a la vez, así que... 

- Calla zorra.

- Lo que tu digas, imbécil.

Estuvimos las dos horas enteras de la clase sin dirijirnos palabra. Él a lo suyo y yo a lo mío, y la verdad es que agradecía esto. Cuando tocó el timbre, mi jornada en la universidad había terminado. Los lunes solo tenía dos horas de clase, y lo agradezco.

Salí de clase con él detrás y me dirijí hacia el párking donde estaba mi querida Riki. A su lado había una idéntica y me extrañé un poco, pero no le dí importancia. Me puse el caso, las gafas de sol y salí de ahí, dejando atrás a la universidad y a él.

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