Capítulo 12.

872 39 8
                                    

- ¡¿Pero qué dices?! No es verdad... - digo poniéndome roja al completo.

- Jane, no soy retrasado. Quizás un poco, pero sé que te gusta. Mira enana, conozco a Edward desde que tenemos tres años, casi toda la vida, y sé de sobra que él pasa de las tías. No las persigue, en cambio a tí, sí. Le gustas, Jane. Le gustas y mucho. Te diré una cosa. Edward es un gran hijo de puta, pero no creo que te haga daño, porque le gustas. - me dice con una sonrisa.

- No digas tonterías, Malik. ¿Y tú que tal con esa tal Kate? ¿Eh? - le digo mientras enarco una ceja y le pego codazos, cosa que le hace reír.

- Estamos de rollo. Nada serio, de momento... aunque me gusta. Tú que eres chica, dame algún consejo para ganármela, por favor. Porfa, porfa, porfa. - me dice mientras pone carita cachorrito.

- No me afectan las caritas cachorrito, ya te aviso. Y nosé... A mí no me gustan las cosas románticas, ni empalagosas, ni ramos de flores ni cosas así. Yo soy básica. Simple. No sabría como ayudarte... 

- Bueno, déjalo. Voy a preparar la comida. ¿Me ayudas, feita? - me dice mientras me coje, me pone encima de su hombro como un saco y me lleva hacia la cocina.

- ¡MALIK! ¡BÁJAME, JODER! ME CAGO EN TUS PELOTAS, ZAYN. CUANDO ME BAJES, TE JURO QUE TE MATO, CAPULLO. - le digo mientras pataleo y sonrío. ¿Será tonto?

- Me has hecho daño, ¿eh? - me dice mientras me baja y me pone encima de la encimera.

- ¿Estás bien? Es que no me gusta que me cojan así... Me pone nerviosa no tocar el suelo con los pies. 

- Sí, tonta. Venga, vamos a cocinar algo rico.

Estuvimos cocinando pasta con nata y tomate mientras hablábamos, reíamos y cantábamos. La verdad, es que Zayn se está convirtiendo en mi mejor amigo. Junto a él se me pasa el tiempo volando, y es como el hermano mayor que una vez tuve. 

Cuando ya era por la tarde, me fuí a duchar y a vestir, ya que Zayn necesitaba la casa y yo me iba a pasar la noche con Eddie. Me puse unos vaqueros ceñidos rasgados, una camiseta de tirantes negra, una chaqueta universitaria oversized vaquera, mi gorrito con un pompón de Google y unas de mis Vans agujereadas. Metí el gorro dentro de mi mochila, junto con mi pijama y una muda de ropa interior para mañana. Me hice una cola con un par de mechones sueltos, cojí el móvil con el cargador y decidí esperar a Edward en el salón. Justo cuando iba a salir de mi habitación, alguien me coje de la cintura y me tira hacia la cama.

- Hola, nena. Te echaba de menos. - me susurra Edward al oído con una sonrisa ladeada.

- Hola Eddie. Yo también.

- No me llames Eddie, zorra.

- No me lla...

Antes de terminar la frase, ya tenía los labios de Edward encima de los míos, devorándomelos. Nos besamos por unos minutos hasta que Edward se separó.

- ¿Nos vamos? Hoy iremos con mi moto.

- Venga, vale. Espera que coja mi capillo de dientes y la maleta. 

Me voy hacia el baño, cojo mi neceser, lo meto en la mochila y nos vamos, no sin antes despedirnos de Zayn. Cuando estamos abajo, veo la moto y me entran unas ganas tremendas de conducirla.

- Esto... Edward, ¿te importaría si conduzco yo? Es que hace días que no cojo a Rikki y tengo el mono. - le digo mirando hacia el suelo.

- Mientras que no nos matemos y mi polla esté a salvo, sí. - me dice sonriendo.

- ¡Genial! Gracias, gracias, gracias. - le digo mientras me tiro encima de él y lo empiezo a besar.

- Wow fiera, relájate. Guarda la energía para esta noche, nena. - dice guiñándome un ojo.

Me pongo delante y él detrás. Nos ponemos los cascos y él envuelve sus grandes manos por encima de las mías en el manillar, para así poder guiarme. Conducimos hacia un apartamento que está a unos tres cuartos de mi casa. Aparcamos, bajamos y subimos hacia el ático. ¿Qué coño tendrán los chicos de Bradford con los áticos?

Cuando estamos delante de la puerta, Edward, saca un manojo de llaves y abre. Detrás de la puerta se puede ver una casa preciosa y totalmente ordenada. Suelo de parquet, paredes blancas con ladrillos, como mi casa, una cocina enorme, unos sofás de cuero negro, una gran tele, una terraza con unas escaleras, una mesa y un par de puertas, que me supongo que serán los dormitorios.

- Bienvenida a mi hogar, cielo. - me dice Edward mientras me acorrala entre la puerta y él. - Ya echaba de menos estos labios. - me susurra antes de besarme.

Me coje de la cintura y yo enrollo mis piernas en su cadera. Camina para atrás y caemos en el sofá, cosa que hace reírnos.

- Te deseo, Jane. Aquí y ahora.

He.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora