Capítulo 21

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Alan

Eran las 4 am y yo despierto, intente dormir varias veces pero todo era en vano, así que me pare lentamente de mi cama y busque algo de ropa para cambiarme, entre a la ducha y comenze a bañarme, al terminar me sequé, me cambié, peine y salí del cuarto.
Tomé unas cuantas cosas las guarde en la mochila y salí lentamente de la habitación, no quería despertar a Iván.
Baje lentamente las escaleras y tomé las llaves del coche y salí de la casa, no sabia exactamente que iba hacer, además ya eran las 5:30 de la mañana, aún estaba algo oscuro así que decidí subir a mi coche y esperar, puse algo de música y comencé a conducir sin rumbo, cuando mejor decidí ir a casa de Mía, no la iba a despertar pero quería esperarla.

-Alan, Alan, Alan.

Desperté a prisa tras escuchar como tocaban la ventana de mi coche, mi corazón se agitó demasiado y cuando logre tranquilizarme vi a Bryan mirándome, baje la ventana y lo mire.

-¿Estas bien?. - estaba preocupado. - creí que te había pasado algo, iba a llamar a una ambulancia y....

-Estoy bien. - dije agitado. - Es solo que vine por Mía, pero me quede dormido. - me rasque la nuca. - perdón.

-Si me comento Mía qué vendrías. - sonrió. - Ella aún está adentro y pues bueno hermano ya son más de las 8.

-¿Son más de las 8?.- me sentí tonto. - De seguro ya me espera y yo aquí.

Salí rápidamente del coche y le puse seguro,Bryan solo me miraba.

-Solo te pido que la cuides. - dijo tímido. - ella es mi todo.

-No te voy a defraudar Bryan.

-Bueno me tengo que ir. - sonrió. - Ella esta a dentro, cuídala, nos vemos después.

Me dio un pequeño golpecito en la espalda y se marchó.
Me sacudí un poco y  trate de no temblar era imposible, abrí la pequeña puerta y camine hasta la entrada, dudaba en tocar pero lo hice, estaba nervioso.

-Hola, Alan. - sonrió.

Mía abrió lentamente la puerta y  salió, tenía unos botines, camisa blanca y una camisa roja a cuadros como yo, cualquiera pudiera pensar que nos pusimos de acuerdo, pero no, su cabello estaba rizado y estaba maquillada muy poco, eso sí traía un labial rojo qué resaltaba mucho sus pequeños labios.

-Hola Mía, perdón por tardar. - tome su mano.

-No te preocupes, dijiste que vendrías temprano y pues bueno para mi esta hora lo es. - río un poco.

Se soltó un poco de mi mano y cerró lentamente la puerta, volvió hacia mi y caminamos hasta mi coche.

-Parece que nos pusimos de acuerdo con la vestimenta. - sonrió.

-Te vez muy linda. - sonreí. - El rojo resalta tus ojos.

Sus mejillas empezaron a tornarse algo rosas, ella solo agachó la mirada intentando ocultarlo, para mi ese gesto se me hizo tan tierno.
Abrí la puerta del copiloto para que ella pudiera entrar, le sonreí y camine para subir y así ir rumbo la aventura.

   Uno Mismo (Alan Navarro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora