Desesperación

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Pan a duras penas consiguió abandonar el cuarto de baño. La música estaba reventando sus tímpanos, e incrementando su dolor de cabeza. Y en esos momentos observó una recámara abierta y entró para tratar de despejarse un poco.

Se encerró en la habitación oscura, comprobando que se trataba de un dormitorio vacío se recostó en la cama, demasiado cansada como para buscar el interruptor de la luz.

Así se pasaron los minutos...

En ese momento la puerta del dormitorio comenzó a abrirse para cerrarse nuevamente con suavidad.

Pan se incorporo muy despacio, tratando de ponerle identidad al extraño que acababa de entrar. Era alto, tenía el pelo corto y una sonrisa en los labios que conocía de algún lugar...

Entorno los ojos en medio de aquella oscuridad y ni aún así consiguió ver absolutamente nada. Mientras tanto, el recién llegado empezó a caminar en su dirección al tiempo que pronunciaba su nombre.

**¿De donde me suena esa voz?**

El misterioso joven se sentó en el borde de la cama y le acaricio el rostro, pronunciando un montón de palabras que no pudo comprender, como si estuviera hablando en un idioma desconocido.

Todas las articulaciones de su cuerpo habían decidido paralizarse de pronto y lo único que podía hacer era dejarse llevar por las manos de este intruso que se paseaban con total libertad por su cuerpo, entre un suspiro y un jadeo, entre más palabras incomprensibles y lágrimas de la chica que sabían a error.

Pan: Detente... por favor...

Pero no pudo hacer nada, no podía moverse,no tenía fuerzas...

Con torpes movimientos, se aferró al cuello de ese dulce desconocido, juntando sus labios en un beso suave, lento... Un beso que se fue tornando más apasionando más y más...

Besos... caricias...y esos labios que seguían pronunciando su nombre mientras ella se seguía preguntando una y mil veces quién podría ser el dueño de esa singular voz?.

Finalmente las manos del individuo se colaron por debajo de su vestido, mientras volvía a besarla ahora con furia, con un deseo animal que era más grande que él mismo.

De una forma u otra, consiguió separarle las piernas y tumbarse encima de ella mientras seguía acariciando su pecho, subiendo, bajando... trazando el mismo recorrido con la lengua, hundiendo su rostro en su cuello y mordisqueando su piel.

Pan sin saber exactamente lo que hacía, dirigió sus manos temblorosas hasta el pecho de aquel chico, tratando de alejarlo, de quitárselo de encima mientras las lágrimas no dejaban de resbalar por su rostro.

-Pan...

Pan:Para, por favor... -suplico intentando apartarse de aquel desconocido que se negaba a dejarla marchar- Por favor... No... no quiero...

Pero ya no había nada que hacer. Ante su negativa, el tipo comenzó a hacer más fuerza, a presionar sus brazos, a inmovilizarla para que no pudiera escapar mientras seguía besándola con rudeza y terminó de desabrocharse los pantalones, motivado por algún extraño sentimiento que ya no se podía calificar de humano.

Pan:¡Para, por favor! ¡Detente! ¡Me estás haciendo daño! ¡Déjame!

Y gritó hasta hacerse daño en la garganta, golpeando su pecho, su cara, revolviéndose en la cama, intentando zafarse de su agarre, recuperando el camino de las lágrimas y el dolor. Camino que, por cierto, estaba vacío y no conducía a ninguna parte.

El chico intentó taparle la boca con las manos, pero ella siguió chillando y moviéndose sin parar, pidiendo auxilio mientras él intentaba tranquilizarla, diciéndole que todo iba a estar bien, que confiara en él.

Pan:¡No! -grito de nuevo llegando al extremo de desgarrarse las cuerdas vocales.

Y entre tanto forcejeó absurdamente, tratando de liberar aquella fuerza saiyajin que poseía, pero sin ningún éxito, algo le había pasado, algo había bebido...

El extraño golpeó su cabeza contra la cabecera de la cama provocándole un dolor muy agudo y nublándole la vista, todo estaba perdido...

Justo en ese preciso momento la puerta del dormitorio volvió a abrirse de par en par y la tenue luz procedente de afuera iluminaba por completo el dormitorio. Sin embargo, la pelinegra era incapaz de ver nada más. Solo pudo distinguir colores difusos e imágenes borrosas que sucedían ante sus ojos. Tenía miedo... ¿qué iba a pasar ahora?... ¿Qué estába pasando?

Parece ser que ahora había entrado otro muchacho. Estaba gritando, gritó el nombre de la ojinegra y también se dirigió hacia la cama. La joven ya no pudo resistirlo más, otra persona entró al lugar, no podía ver quién era. El dolor era más fuerte que ella y finalmente decidió abandonarse sobre ese colchón que cada vez se hundía más y más...

Todo estaba borroso, todo estaba perdido...

Pan se despertó y se incorporó completamente, echo un vistazo a todo lo que le rodeaba. Se encontró en una habitación pequeña y vacia, completamente diferente a la que había visitado por última vez.

Volvió a recostarse sobre la cama y se acurrucó como una niña pequeña que no encontraba su lugar en el mundo, desesperada, asustada...

Las lágrimas volvían a deslizarse por su rostro...

Con fuerza pegó su nariz a las sábanas embriagándose de un aroma más que familiar. ¿Era posible que conociera a la persona que todas las noches dormía en esa cama? No lo sabía, no le importaba... Sólo quería salir de allí y averiguar qué había pasado.

X:Vaya, veo que ya te has despertado, Pan. ¡Buenos días!

De un brincó apartó todas las sábanas y mantas que cubrían su cuerpo y se incorporó tan deprisa que se mareo, por lo que tuvo que apoyarse sobre la cabecera para no perder el equilibrio aún estando sentada.

En el marco de la puerta se apoyaba con un brazo, indiferente, Trunks, el chico que ahora tenía diecisiete años con su porte majestuoso, sus aires de superioridad y su inmensa tranquilidad. ¿Por qué? ¿Por qué estaba él allí?

Pan:¿Qué estás...?

Trunks:¿Has dormido bien? -interrumpió mientras se acercó a la muchacha a paso lento.

Qué pregunta... la chica no podía recordar si había dormido bien o no, si todo había sido una pesadilla o si realmente las vivencias de la noche pasada fueron plenamente ciertas.

Pan:¿Dónde estoy? -pregunto masajeándose las sienes, pues el dolor de cabeza parecía haber regresado.

Trunks:En mi departamento -contesto cruzándose de brazos-Más concretamente en mi cama...- dice mientras una sonrisa de dibujaba en su rostro

Pan abrió los ojos como platos, en su cama?... estaba en la cama de Trunks? había pasado la noche allí? con él?... ¡trunks!

Trunks y Pan Un Cambio Inesperado TxpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora