Aeropuerto

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La alarma de mi celular comenzó a sonar desde la distancia, en un intento por apagarla me removí en mi cama tratando de estirar mi brazo hasta la mesa de noche pero algo sobre este me lo impidió, abrí los ojos de golpe encontrándome con una vista hacia la ventana y la oscuridad de la mañana, gire mi cabeza para encontrar a Chunji dormido –literalmente- sobre mí, me abrazaba con ambos brazos impidiendo mis movimientos y una de  sus piernas estaba sobre las mías, él era pesado y yo débil así que no podía moverlo.

Cuando el sonido de mi alarma se intensifico comencé a removerme un poco más desesperadamente pero al parecer Chunji tenía el sueño pesado, seguí intentando inútilmente salir de su agarre pero cuando finalmente acepte que nunca lo lograría si él seguía dormido así comencé a intentar despertarlo, llamándolo quedamente por su nombre, lo cual tampoco funciono, si la alarma no servía no sé cómo creí que mis susurros lo harían.

-Por Dios __________ apaga… - Bea apareció por la puerta con una pijama improvisada por una playera de hombre la cual le llegaba hasta casi las rodillas.

La miré por sobre el hombro de Chunji, su cara de impresión no tenía precio, su mandíbula casi tocaba el suelo y sus ojos abiertos de par en par ocupaban la mitad de su cara.

-¿Podrías? – le pedí ayuda sacándola del trance con la alarma sonando de fondo.

Bea se giró y se fue corriendo a quien sabe dónde, rodee los ojos y seguí intentando zafarme del agarre de Chunji, entonces sentí que alguien lo retiraba de encima de mí con demasiada facilidad, levante la vista y me encontré con un Niel aún medio dormido, con el cabello revuelto y alborotado en todas direcciones y solo vestido por sus calzoncillos, estoy segura que Bea lo despertó para que viniera en mi rescate.

Cuando estuve libre del peso de Chunji Niel gruño y se fue de mi cuarto, Bea me miraba confundida desde el marco de la puerta.

-Más te vale que apagues eso y hables – me ordeno.

Me gire mientras negaba con la cabeza, apague la alarma mientras hablaba – Tengo que encontrarme en unos minutos con mi jefe para que me despida, te cuento cuando vuelva – me levante pesadamente de la cama y me dirigí a la ducha.

Después de debatir tanto en mi cabeza decidí por vestirme de ambos, unos pantalones de mujer algo sueltos, una blusa de mujer color gris, unas vans que parecían de hombre negras y una chaqueta de Will color negra.

Cuando terminé 20 minutos después de despertar salí hacia mi cuarto lo más silenciosamente posible, ya que Chunji seguía dormido, no quise despertarlo así que con cuidado tomé mi celular, la peluca y un poco de dinero para el taxi.

El camino hacia la oficina de SangLee fue demasiado largo y lo único que hice fue mirar por la ventana, el clima no me apoyaba mucho estaba mañana pues estaba frio y con una lluvia ligera, yo observaba atentamente todo, quería guardar el recuerdo de Corea por el resto de mi vida, ya que no era muy probable que volviera a viajar hacia aquí, una parte de mi quería que el taxi nunca llegara y así poder quedarme en Corea para siempre, pero desafortunadamente últimamente no había tenido suerte así que el taxi aparco en la entrada del gran edificio.

Le indique a la recepcionista él porque estaba aquí me indicó que pasara, SangLee se encontraba mirando por la ventana a las gotas estampar contra el vidrio, inmediatamente se me formo un nudo en la garganta y un hoyo en mi estómago, él se veía tan serio que por un momento pensé que golpearía la ventana y la rompería para después aventarme desde allí., pero cuando se giró y se sentó en su enorme silla sentí un poco de alivio.

-¿Cuál es su nombre?... El verdadero – pregunto con una voz fría mientras acomodaba unos papeles en su escritorio.

-__________ - respondí en un leve susurro.

Dos En Una (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora