Capítulo especial

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Christian

Estoy parado afuera en el solitario balcón de mi departamento, me gusta venir aquí para poder contemplar toda la ciudad desde las alturas.
En verdad la vista que me proporciona este lugar es indescriptible, me fascina salir de vez en cuando de noche para tomar un poco de aire fresco, mientras bebo una buena copa llena de vino blanco, el cual me lo tomo en pequeños tragos, respiro hondo para aliviar un poco el estrés de este día, ya que desde que he llegado a casa después de haber tenido una jornada llena de reuniones, estuve encerrado en mi estudio toda la tarde revisando unos documentos que ya no podía seguir aplazando y tampoco podía dejarle todo ese trabajo a Ross. Ella es mi mano derecha en mi empresa y confió plenamente en ella. El problema es que ya tiene demasiado trabajo entre sus manos , como para que yo le dé más cosas para hacer .
Aunque soy su jefe y para eso le pago, sé que una mierda de persona pero no soy un ser inhumano.
Además si hoy no hubiera sido por ella, que estuvo prestando atención a todas las reúnes a las cuales asistimos, hubiera cometido errores fatales, puesto que mi mente divagaba en otro lado. No podía arrancar de mi mente aquellos hermosos ojos azules.
Aun no puedo salir de mi asombro, que sea mi hermosa Anastasia. Quien diría que aquella pequeña mocosa tan tímida y retraída, pero a la vez tan tierna y dulce como la miel se iba a terminar transformando en toda una mujer, en una muy bella.
Pero en que estoy pensando ¿Bella? Con lo de bella me quedo corto, ella es toda ninfa y yo un simple mortal que ha caído bajo el embrujo de sus encantamientos. Hace diez años me había cautivado con su dulzura, su ternura pero sobre todo su inocencia. Era tan pura, y yo no era digno de tener a alguien así como ella a mi lado.

Después de buscarla por tanto tiempo y sin obtener resultados positivos, cuando esta mañana la vi no podía creer que realmente fuera ella, pensé que mi mente me estaba jugando una mala pasada cuando pude ver quien era la persona que había chocado conmigo en el ascensor. No me acerqué de inmediato a ella porque tenía miedo a equivocarme. Pero cuando me acerqué a ella y le extendi su hoja de papel para poder ver su rostro ,reconocí aquéllos ojos que siempre me habían echó perder la razón y la cordura desde la primera vez ,pero cuando ella apartó su vista, privandome de aquellos hermosos ojos, me quede allí parado embobado, observándola como un idiota mientras que ella terminaba de recoger sus papeles. No podía salir de mi estado de shock, después de buscarla durante años, ella termino encontrándome a mí. Como siempre mi pequeño ángel de la guarda se las apaña para encontrarme.
Lo único que me hizo salir de mi estado de ensoñación , fue cuando me di cuenta de que sé iba a volver a caer de nuevo al suelo. Y sin pensarlo dos veces, rápidamente la sujete y la apoye contra mi cuerpo para evitar que se cayera , pero con tan sólo tocarla perdí todas mis reservas, y no pude contener mi felicidad por haberla encontrado, entonces la envolvi entre mis brazos, en un acto de desesperación de poder sentirla.
En este sencillo acto de cariño y afecto trate de transmitirle a mi adorable musa, todos mis sentimientos que he sentido por ella desde que la conocí y para mi desdicha nunca se los pude confesar.
Y como si mi niña me entendiera sin la necesidad de utilizar las palabras, se aferró a mí con mucha fuerza, como si tuviera miedo de que cuando abriera sus encantadores ojos, yo ya no estaría aquí, a su lado . No mi dulce angelito, no pienses eso. No importa lo que pase, nunca más me separaré de ti. Cerré mis ojos con fuerza y aspire aquel el delicioso y tentador aroma a vainilla que emanaba de su larga cabellera. No puedo creer que aun use aquella fascinante fragancia que tanto me gustaba. Al sentir nuevamente la calidez de su cuerpo vi cómo mi mundo salía de aquella fría oscuridad, a la cual había estado sometido desde hace años. En ese instante me invadió unas inmensas ganas de llorar por la dicha, que crecía espontáneamente en mi interior al saber que ella estaba bien, y desde ahora en adelante me encargaría de cuidarla.
Así estuvimos por un largo rato. Parecíamos como una sencilla pareja de novios, sumamente enamorados que no se habían visto durante siglos. Envueltos por un mundo perfecto, en donde el tiempo y las personas ya no existen, en un mundo cálido y maravilloso, en donde solo existimos nosotros, en un mundo en donde el mal y las penas ya no existen y está lleno de amor y dicha, en donde uno quisiera vivir eternamente.
Pero aquella sensación tan maravillosa de pronto desapareció, cuando aquella hermosa criatura me empujó con todas sus fuerzas para que la soltara, y sin darme tiempo a nada, vi como corrió hacia ascensor y yo me quede parado allí como un imbécil impactado por su reacción.
Perplejo vi como intenta apretar el botón para que las puertas del ascensor se cerrarán, se notaba que está muy avergonzada porque sus mejillas están al rojo vivo y de seguro sus nervios no la estaban ayudando en este momento.
En ese momento no pude evitar sonreír, mi pobre niña no ha cambiado en nada para mi fortuna , bueno... aparte de su cuerpo. Sigue siendo aquella adorable niña tímida que cautivo mi corazón desde la primera vez que nuestros ojos se conectaron.
Observo como aquellas puertas de metal comienzan a cerrarse y ella por fin levanta su vista, sus preciosos ojos se encuentran con los míos, los cuales le ruegan en silencio que no se valla. Pero no funciona, lo único que hacemos es mirarnos fijamente hasta que aquellas puertas se cierran por completo y el ascensor se la lleva lejos de mi ¿Qué fue lo que paso? ¿Por qué actuó así? Acaso... ¿Ya no me quiere?
Con aquel tortuoso pensamiento, doy media vuelta y salgo del edificio con unas enormes ganas de llorar pero me contengo. Aunque en verdad deseo poder desahogarme, ,llorar sin control, pero ya no es por felicidad sino por ese sentimiento amargo que me dejo este encuentro, con el que había soñado durante muchos años.

La Subasta:  Ahora Me Perteneces (Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora