Abrimos la puerta y entramos. Ahí están todos, hablando de algo. Nos miran al entrar.
—¡Qué rapidez! — dice Al— ¿Ha pasado algo?
Yo no digo nada, tan sólo miro a Rinna. Si ella no quiere contarlo, es su decisión.
—Nada. Seguiremos mañana.
Mi amiga se sienta al lado de su hermano, en un sofá gris, que está en frente de uno blanco, donde están sentados otros chicos.
—¿Sabéis qué? —grita Maddie, que está de pie, al lado de la puerta que da al pasillo con habitaciones—. Deberíamos presentarnos. Nosotros ya nos conocemos, vamos a la misma clase, pero ellos tres no saben quiénes sois.
El chico de pelo rubio oscuro sonríe y asiente. A Maddie se le iluminan los ojos y se retira el pelo oscuro de la cara.
—Bien. Creo que falta Ruby... —Maddie levanta la cabeza.
En el techo hay un tragaluz abierto. De él, de repente, aparece la cabeza de Ruby, esa amiga de Al.
—Muy normal, sí. A mí también me gusta subirme a sitios altos de vez en cuando— digo.
—Veo que te ha hecho costra, Stark. No quería hacerte daño.
Me rozo la mejilla. Tengo una pequeña herida, causada por la flecha que me había lanzado la Robin Hood de este siglo. Maddie, viendo la tensión que hay en el ambiente, comienza presentándose, a pesar de que todos la conocemos.
-Yo me llamo Maddie Hogan, tengo 16 años, como todos los presentes y me gusta... Ser feliz.
Demasiado feliz, diría yo.
—¿Quién quiere continuar?
—Yo misma. Yo soy María Stark, trabajo con mi abuelo en Industrias Stark y soy millonaria. Pero bueno, ¿quién no me conoce?
—No importa que seas millonaria, al fin y al cabo, todos vamos al mismo colegio, recibimos la misma educación y tenemos los mismos derechos y deberes.
—¿Y tú eres?
—Me llamo Liam Rogers.
Me quedo un segundo en silencio. Es el nieto de ese hombre que habló conmigo en la fiesta. Me recuerda ligeramente a él. También es el anticuado, el que va con mochila al colegio y es tradicional a más no poder.
—¿Rogers? — pregunto— tu abuelo intenta contactar contigo.
—¿Conoces a mi abuelo?
—Es amigo del mío. Quizá deberías hacerle una llamadita con tu... teléfono.
El chico se apoya en el respaldo del sofá blanco y mira al chico que tiene a su derecha, esperando a que diga algo. Es un chico negro, de ojos oscuros y mirada desafiante, impone sin pronunciar palabra.
—Yo soy Erick— resopla el muchacho— Erick Furia.
No puedo evitar sonreír al oír su apellido. ¿Realmente se llama así o es un mote por su mal carácter? Voy a preguntar, pero Rogers me mira serio, negando con la cabeza. Viendo la cara y el apellido de Erick, creo que es buena idea hacerle caso al anticuado.
—¿Nadie va a presentarse? — dice lentamente Al— Bien. Soy Albert Banner y esta es mi hermana Rinna. Somos mellizos y vivimos con Bruce y Natasha.
—Sus abuelos— dice Ruby.
—¿Llamáis a vuestros abuelos por su nombre de pila? — pregunta un chico rubio alto, que aún no se ha presentado.
—Es una larga historia.
Rinna está callada, agarra una de sus manos con la otra y la mira fijamente. Está preocupada.
—Al, cuéntales lo de tu lagarto.
El chico me mira con odio, mientras yo sonrío con aire de superioridad. Sé que se ha traído a su Black Poison a este viaje, son inseparables.
—Sólo si tú les cuentas a todos lo de tu muñeco de acero.
Dejo de sonreír. Se refiere a Ironwoman. ¿Cómo ha podido enterarse? Miro fijamente a Rinna, seguro que ha sido ella. No me mira, sigue inmersa en su mano. Ruby cae al suelo y salto en el sitio.
—Yo soy Ruby Barton. Tampoco hay mucho más.
El chico rubio de ojos azules se levanta del sofá blanco y sonríe.
—Yo soy Gus Magni. Este es mi primo Tom Modi— Gus señala a un chico moreno de ojos verdes que está apoyado en la pared con cara de pocos amigos.
Tom hace una mueca, lo que hace que me dé cuenta de una cicatriz que le recorre desde el labio superior hasta el inferior.
—Unos apellidos curiosos— comenta Al.
—Son nuestros nombres, no nuestro apellido. Además, hay otros apellidos raros— dice el de la cicatriz mirando a Furia.
Hay tensión en el ambiente, exceptuando a Maddie, que intenta que todos sonriamos. Sin pensarlo dos veces, pulso mi pendiente y proyecto el holograma con las fotos hechas al martillo, así al menos se entretendrán en otras cosas. Todos miran fijamente la imagen.
—He supuesto que no os lo habían enseñado y que os tenían aquí sin información. Esto es lo que ha caído, un martillo que no se puede levantar ni mover.
—Es Mjolnir.
Todos miramos a Tom, que mira a su primo con un brillo especial en los ojos.
—¿Qué es un Mjolnir? — pregunta Maddie.
—Es el martillo del dios Thor, príncipe heredero de Asgard. Sólo puede ser levantado por aquél que sea digno de sostenerlo.
—¿Cómo es que sabéis tanto del tema?
Esta vez ha hablado Rinna.
—Creemos en estos dioses. Nuestros abuelos nos han inculcado esta religión y cultura desde siempre.
Intento no reírme. Realmente creen en ese dios y en ese Mjolnir.
—¿Y qué vamos a hacer? — pregunta Liam.
—Esperar. Sólo podrá moverlo de ahí Thor, o quien sea digno.
El silencio vuelve a reinar en la sala, pero esta vez no es un silencio incómodo, sino uno necesario. Rinna se levanta y dice algo, para luego desaparecer por el pasillo. Tras dos horas especulando sobre el martillo, la sala comienza a quedarse vacía, con sólo Liam, Erick y yo, mirando las imágenes y dándole vueltas al asunto. La hora de la cena ya ha pasado, pero a nadie le importa, salvo a mí. Voy a mi habitación y allí cojo una galleta de un paquete robado de mi propia casa. Saco la cabeza y miro al fondo del pasillo, donde está la sala. Ya no hay nadie. Salgo andando, mirando las puertas de las habitaciones y las personas que las ocupan. Al terminar, sin saber qué hacer, miro la gran carpa a través de la ventana. Bajo la vista y veo, a pocos metros del bloque, una persona tumbada en una tumbona.
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SEXTO CAPÍTULO. MADRE MÍA. LO HAGO APOSTA, LO SÉ, SOY MALVADA, PERO ME GUSTA. ESTOY RETRASANDO EL GRAN MOMENTO... SERÁ EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO!!!
QUÉ NERVIOS, QUÉ NERVIOS.
DISFRUTAD LEYENDO Y YO DISFRUTARÉ ESCRIBIENDO. 😊
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The New Avengers/ TERMINADA
Fanfiction-¿Intentas pillarme por sorpresa?- se gira y sonríe, para luego volverse y seguir mirando el horizonte. -¿Rogers?- me acerco a él-. Creía que eras un... -Shhhhh- se pone el dedo en los labios. Lo odio. Me pone tan nerviosa. -Disfruta de este prec...