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Cosas extrañas me estan pasando, soñe con mi madre pero esta vez ella pintaba, pintaba en el lumbral de la ventana de esa vieja cabaña a las afueras de la ciudad y por un momento la añore, pense en los veranos que habriamos pasado allí, cuando mi hermana y yo seguiamos sin saber porque cambian los colores de las hojas de los arboles con cada estacion, recuerdo que amaba trepar los arboles, subirme al mas alto y con la soga amacarme para caer en el agua del lago . escuche la voz de mi madre entre las pequeñas olas que se formaban en la orilla

" ser feliz"

su voz sonaba nuevamente como un susurro que se oía a lo lejos pero a su vez yo lo escuchaba tan claramente que mi piel se erizaba.
En ocasiones tengo pesadillas por las noches y recuerdo cuando ella estaba aquí, venia a mi habitación y me acariciaba el cabello hasta que yo lograra conciliar el sueño nuevamente, estos recuerdos son los que me parten el alma ya que habían muchos detalles quizás mínimos que nunca vi y solo los noto ahora, cuando no puedo agradecerle.

Desperté con lagrimas en los ojos, volví a mi realidad y me sentí de la misma manera que el día del velorio, sentía que una ráfaga helada había pasado por mi pecho y me había dejado sin sensibilidad, otra vez.

Quisiera poder progresar, levantarme como Beth, pensando que cada día es una nueva oportunidad para ser feliz e intentar serlo a la medida que los minutos corren pero no, yo no logro ser así, yo soy esta chica rota que intenta recomponerse aunque pierde partes de si misma en este camino.

Tome una ducha, me prepare un té, miré los cuadros que mi madre había colgado en las paredes, la mayor parte eran fotos de mi infancia, fotos donde todo parece estar bien, donde nos vemos felices, realmente felices en medio de un instante de risa, aunque se bien que no era así. en fin, decidí quitarlos, quizás así mis nostalgias se volverían menos frecuentes.

Fui a trabajar, el grupito de chicas seguía allí, mirándome, riendo pero al fin y al cabo dándome más trabajo al no comprar nada, lo que me hacía rabiar aun más, intente mantener una actitud respetuosa todo el tiempo, la verdad es que eran malditamente cansadoras pero debía conservar mi trabajo por lo que inspire hondo las veces que hizo falta y mordí mis labios las veces que estuve por insultarlas.

Mi turno término al fin, no se si lo mencione pero termine por comprarme una bicicleta en lugar de la moto, me pareció más provechoso y saludable para mi ya que debo bajar de peso, en fin, cuando salí en busca de mi bici, que deje atada a media manzana de allí, me rodearon las pequeñas fanáticas.

- te acostaste con el? perra- dijo en un tono desafiante la que parecía liderar el grupito, esa chica que se delineaba demasiado y tenía el cabello color verde y morado.

- permiso- conteste de mala gana

- no hasta que confieses-

- no tengo nada que confesar y menos a ustedes- dije con una risa algo irónica para luego empujar con el hombro a esta chica y seguir mi camino

seguían caminando detrás mio, no paraban de gritarme insultos y pensar que Ema quiere mantener su imagen "limpia" por estas niñas mimadas.

En el momento que me dispuse a subir a mi bicicleta para marcharme, sentí que algo me retenía y eran ellas.

- no te iras hasta hablar-

ahora si, voy a explotar

- ¡me pueden dejar en paz! si piensan hacer esto con cada chica que se acueste con él, están jodidas pues el esta bastante acompañado cada noche, dejen de ser tan ilusas y hagan algo de su vida, como aprender a maquillarse - hable en prural pero solo miraba a la de cabello verde.

Sentí un golpe en mi estomago, el cual me dejo sin aliento, caí al suelo, el dolor aumento y luego pase a sentir golpes en mi cuerpo, después de un instante ya no distinga que era lo que me dolía realmente. no veía nada concreto solo zapatillas gastadas que luego desaparecieron para dejar a la vista unas botas negras.

Venus y NeptunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora