Un segundo eterno

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ALICE

Desperte en medio de una extraña penumbra, mi cabeza esta por explotar, a mi lado sobre una mesa de noche se encuentra una taza humente que por el aroma creería que es de té.

Estoy en ropa interior, con el corazón confundido y acongojado por los sucesos de la noche anterior, para mi desgracia los recuerdo perfectamente, todo, cada detalle, cada mirada, cada cruel palabra  y me avergüenzo de mi propio comportamiento.

Tom me diviso desde el otro lado del salón cuando le tire mi copa a Rubén, cree que siento cosas por el y tiene razón. Intente mantener la compostura e ignorar el momento pero comenzamos a beber y toda la verdad salió, una palabra mal dicha y ¡boom! todo se ha ido al demonio.

-vete!- dijo Tom cuando habíamos salido a discutir fuera de la fiesta
- que?- conteste ya con lagrimas en los ojos, me dolía su fría mirada pero aun más me dolía que tuviera la razón
- no quiero verte Alice, no quiero verte hasta que sepas que carajo quieres-

Y me marche cabizbaja, y el no fue tras de mi como hacía siempre, y me sentí más sola que nunca, miraba al cielo y pensaba en mi madre, quería que me guiara, encontrar en las estrellas un mensaje oculto del más allá, no importaba cual sea, solo quería que me dijera que hacer pero nunca lo haría. 

¿por que tengo la maldita costumbre de volver cada vez? no lo se pero tome un taxi y le indique su dirección aun entre lagrimas.

El resto ya lo conocen pero lo que no saben y él tampoco es que no estaba dormida cuando me llevo en sus brazos y tampoco lo estaba cuando acaricio mi pelo, beso mi frente y se marcho para dormir en el sofá.

De todas maneras esta vez es diferente, en esta ocasión necesito que sus cálidos brazos me rodeen en un segundo eterno y su perfume apañe este horrible sentimiento que a mi alma atormenta pero no sera así, lo he espantado, como un veneno espanta las hormigas que acechan la dulzura de las migajas caídas.

<<que estas haciendo Alice?>> me dije

Y de repente siento como un familiar dolor se escurre por mi pecho como agua helada dejándome débil e insegura, me levanto y siento como el peso de mi vida hace tambalear mis pies, decido sentarme y beber un poco de té antes de marcharme a quien sabe donde

Salgo al living y siento el familiar ronroneo de los felinos en busca de una suave mano que los acaricie, no veo a nadie por ningún lado.

- estaremos solas por hoy- escuche al fin una voz que viene a calmar esta terrible tempestad.

-Beth?- era muy tonta la pregunta ya que sabía exactamente que esa era su voz. Escuche el rudio del agua escurriendo en el baño y luego la vi.

¡oh amiga mía cuanta falta me has hecho en estos días!

Se asomo por el pasillo con sus ojos dulces y sus brazos abiertos para cargar mis penas por mi al menos un momento, eso es lo bello de amistades como la nuestra, es amistad de la buena, amistad que ruego al cielo jamás se rompa pues en la mayoría de ocasiones es lo único que me sostiene en pie.Corro por el pasillo y lloro por primera vez en sus brazos como una niña, el dolor se acumula y cuando explota es aún más doloroso. Sus pequeñas manos acarician mi espalda mientras me quedo sin lagrimas.

-como?...-

- un evento para una ONG, idea de Axel- dijo mientras daba un saltito hacía la cocina.

Ella no me iba a preguntar lo que paso, no es esa clase de persona, ella simplemente hace del momento algo mucho más agradable y espera en silencio una respuesta para escuchar atenta a cada palabra dicha y luego de pensar bien su comentario final, lo dirá sin más esperando de corazón haber ayudado de algo.

Venus y NeptunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora