Vicios

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El insomnio era agotador, en medio de la oscuridad veía claramente su rostro junto al mío en un espejismo de nuestra última noche, me gustaba y a su vez un escalofrió recorría mi espalda al darme cuenta de lo triste de todo esto, divise a Tom junto a mí y la culpa envolvió todo mi cuerpo dejándome con un peso horrible en el pecho, la traición era el veneno que me consumirá de ahora en adelante, su lealtad incondicional y su entrega sin medida me harían daño simplemente porque no la merezco, no merezco amor porque no se amar, me he metido en un callejón estúpido sin salida, un mar de sentimientos me golpean fuerte pero nuevamente los esconderé junto con los más oscuros pensamientos en el fondo de mi ser. 

 Me plantee una y mil veces despertar a Tom para contarle la verdad pero sé que detrás de toda esa fachada de tipo duro es un chico golpeado por la vida y no soportaría ver la decepción nuevamente en su rostro; me levante en medio de la penumbra de la noche y solo con una luz tenue de mi lámpara de noche dibuje, como si escribiera lo que paso en un diario, nunca se me dio muy bien escribir, así que dibuje los ojos de Ema, mirando al vacío al igual que aquella vez en mi patio y finalmente luego de dos horas, tras quedarme conforme con mi dibujo, solo escribí debajo una fragmento de una de mis canciones favoritas

"-Lick your cigarette, then kiss me

Kiss me where your eye won't meet me

Meet me where your eye won't lick me"

Desperté gracias al sol que intentaba dejarme ciega con su luz mañanera, sentía como mí vista adolorida no quería que mirara hacía los lados y mi cabeza estaba a punto de explotar gracias a todas las palabras que callé. Tom ya se había marchado al estudio pero como siempre dejo una nota " te veías tan linda durmiendo que no pude despertarte, disfruta tu día libre". 

En estos momentos detestaba su ser, un hermoso corazón escondido detrás de una chaqueta de cuero y los detalles ocultos en cada una de sus tachas, me sentí una idiota la mayoría del tiempo hasta que las chicas me invitaron a tomar un helado en el parque, la manera perfecta de distraer a mi cruel mente que no me deja en paz.

- que ocurre, te ves fatal- pregunto Ana casi en una risa, fingiendo no darse cuenta.

- es cierto, tienes unas ojeras terribles, estas enferma?- sumo Beth

- no, estoy algo... molesta hoy... creo que me está por bajar- mentí

- ya vale, ahora dinos la verdad- dijo Ana, quien sin darme cuenta paso a estar mucho más tiempo junto a nosotras, lo cual le daba ya las herramientas para conocerme un poco y limitaba mis recursos para evadir temas. Finalmente les conté todo.  Luego del beso, Ema me llevo a mi casa, se detuvo unas cuadras antes y terminamos teniendo sexo en el auto, los vidrios polarizados eran lo aue menos me preocupaba, lo disfute como nunca pero la culpa me estaba consumiendo

- ay mierda- soltó Ana, su sinceridad logro sacar una mini risa

- yo creo que si le dices a Tom, no se enojara contigo, después de todo si te ama-

- si le cuento eso, le voy a romper el corazon-

- no le cuentes nada y con el tiempo te olvidaras- afirmo Ana

-eso espero- concluí en un suspiro.

Por suerte el resto de la tarde pude despejar mi mente y por primera vez sentí gusto al salir de compras, pasamos por varias tiendas donde hacían vestidos de novia, esos típicos locales donde hay un tipo gay que te recomienda el vestido "más a la moda" que casualmente es el más caro, pero fue divertido, Ana resulto ser una chica muy charlatana y realmente hizo que en las ocasiones que la cremallera del vestido no cerraba fuera algo cómico en lugar de deprimente.

Venus y NeptunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora