Esto debía ser una pesadilla, no, de hecho esto era mucho peor que una pesadilla.
Siempre me había gustado besar, ¡me encantaba!, y nunca había tenido ningún problema con ello, por lo que las reacciones de mi cuerpo mientras besaba a una hermosa mujer me estaban sorprendiendo y asustando, la segunda en mayor medida que la primera, ¿la razón?, no sentía nada, quiero decir, podía sentir el beso, pero no me ocurría nada, ni el más mínimo cosquilleo, era como si mi cuerpo estuviera dormido. Nunca en todos mis años de vida me había ocurrido algo como esto, diablos, ni siquiera sabía como llamar a esto.
Las manos de la mujer se dirigieron a desabrochar los botones de mi camisa, no la detuve y esperé a que en algún punto mi cuerpo reaccionara, pero cuando estaba empezando a bajar el cierre de mis pantalones y seguía igual decidí que lo más correcto para esta situación era detener esto antes de que terminara hiriendo los sentimientos de mi acompañante.
-Creo que será mejor que lo dejemos hasta aquí por hoy, dulzura-Dije mientras apartaba sus manos de mí.
-¿Pero por qué?
Evité mirarla mientras la levantaba de mis piernas y la dejaba al lado en el sillón, me levanté, abroché mi pantalón y busqué mi camisa y el vestido que ella misma se había sacado, una vez hecho le entregué su camiseta y espere a que se la pusiera. ¿Algo más irritante que no sentir nada cuando una mujer te besa?, no sentir nada viendo a una hermosa mujer en ropa interior.
-Lo siento, pero tengo que encargarme de unos asuntos-Dije abrochando los botones de la camisa.
-¿Y no puedes encargarte de ellos más tarde?-Dijo con un puchero algo ridículo.
Me tragué un suspiro, no me gustaba dejarla así, pero sabía que no iba a poder estar con ella, así que lo mejor era terminar esto antes de que hiriera sus sentimientos.
-Lo siento, pero algo no puedo retrasarlo.
Ella suspiró antes de pasar el vestido por su cabeza, la estudié un momento, tenía un buen cuerpo, un poco pálida para alguien de Vellaris pero le quedaba bien con su corto cabello castaño claro y sus ojos color miel, en cualquier otro momento hubiera estado encantado, pero en este momento realmente me sentía miserable.
-¿Seguimos otro día?-Preguntó una vez que su vestido estuvo en su lugar.
Me forcé a sonreír, no iba a hacerla sentir mal por algo que era mi culpa y que más me valía que fuese pasajero.
-Claro que sí, dulzura-Dije mientras extendía una de mis manos y acariciaba un poco una de sus mejillas.
Ella me dedicó una sonrisa coqueta a lo que guiñé antes de despedirme y salir rápidamente del cuarto con cuidado de que nadie me viera, Dios, sólo a mí se me ocurría estar haciendo esto en medio de una fiesta de jardín...bueno, creo que podía pensar en un par de personas que también lo hubieran hecho.
-¿Dónde te habías metido?-Fue lo primero que me dijo mi hermana cuando me vio.
-Créeme, no quieres saber-Dije con tranquilidad, aunque eso era lo que menos sentía en este momento.
Diablos, ¿cuando mi vida se había vuelta tan rara?
***
Estaba aburrido, por primera vez desde que había empezado a venir a los bailes que organizaba mi madre con quien posiblemente era su ex ellos no se habían puesto inconscientemente de acuerdo para llegar al mismo tiempo, por lo que tampoco había visto a Kat, lo que me llevaba a la situación actual: yo aburrido mientras buscaba con pereza a esa pequeña problemática de ojos increíbles.
ESTÁS LEYENDO
Escenas extras 2
FantasyTodos sabemos como Katharina se enamoró de Damen, ahora es el turno de saber como fue la caída del príncipe de Vellaris.