CAPITULO XIII - Llovía

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Ella me insistió pero luego interrumpió diciendo -"¿quieres volverme a ver?, ¿quieres que yo esté aquí como todas las noches?. Yo lo pensé 3 segudos y le respondí, -"No, No quiero, podrias irte si quieres". Me sentí tan enojado, enojado por que mi mejor amiga y confidente no quisiera ayudarme esta vez. Se portaba de una manera extraña, nunca la había visto tan celosa y tan amargada. Y aún sin querer hacer caso a las cosas que me decía, empecé a bajar la colina para irme caminando hasta el lugar de la cita.

Mientras descendía, ella interrumpió llorando -"si no quieres verme, está bien, no volverás a verme, pero ten claro, nunca más volveré y nunca tendrás de nuevo una mejor amiga como yo, lo hago por amor. Ella no te querrá, ella sólo está confundida y quiere sanar heridas, ella te usará y te dejará".

Se dió vuelta y siguió llorando. Yo la ignoré, por que sentía mucho enojo en mi corazón, Sol y Luna se confabularon para hacerme esto, en el fondo sabía que ellos estaban en contra de las cosas que sentía por Jolie, ¡claro!, como ellos no pueden ser felices, tampoco quieren que yo lo sea.

Empecé a correr para poder llegar a tiempo a la cita con la rubia de ojos claros, corrí tanto que sudaba demasiado, la camisa se pegaba a mi cuerpo de lo empapada que estaba. En realidad no podía diferencias si era del sudor o era de la lluvia que caía en ese momento. La lluvía venía de Luna que lloraba desconsoladamente.

A unos cuantos pasos de llegar al parque, me detuve y tomé un respiro profundo. Mis piernas comenzaron a temblar. Sentía el fuerte viento chocar con mi cuerpo y hacer enfriar la humedad de mi camisa, también hacía menear un poco mi cabello mojado. Revisé rápidamente mis bolsillos para asegurarme que aun llevaba el delicioso y oloroso chocolate. El bolsillo izquierdo estaba ocupado por las llaves de la casa de mi abuelo, y en el bolsillo derecho, vaya sorpresa, el chocolate estaba allí, pero muy derretido, tan derretido que mi bolsillo estaba completamente engrudado de el. Mi mano salió blanca, hasta entre mis uñas había un poco de aquella mezcla llamada chocolate. Rapidamente esculqué mi bolsillo trasero, saqué un pequeño pañuelo e intenté limpiar mi mano y mis uñas.

Algo extraño estaba ocurriendo en esa noche, todo se estaba oscureciendo, la lluvia, el frío, la brisa, todo pareciera estar en contra de lo que yo quería que pasara. Tener esa conversación con ella.

Al llegar a la banca, de nuevo estaba vacía, esta vez la lámpara estaba apagada. Todo lo que podía ver, lo veía por la poca luz que Luna en esa noche emanaba. Nuevamente me sentí congelar, esta vez era de la decepción que llegué a sentir. Comprendía que Sol y Luna querían evitarme contemplar la banca vacía, sentirme engañado nuevamente, sentirme como un árbol, ¡PLANTADO!.

Miré a mi alrededor y los perros que jugaban al amor, ya no estaban. El parque estaba totalmente mojado y frío. Dí media vuelta y empecé a caminar para volver a mi casa.

De repente a lo lejos escuché a una mujer gritar, no alcancé a escuchar lo que decía, veía que corría hacia mi, pero no lograba saber con exactitud quien era. La oscuridad y las gotas de agua que golpeaban mi cara impedían ver bien.

Pasé mis manos por mis ojos para aclarar la vista, y vi que era Jolie. Estaba agitada, también mojada. Al llegar a mí, se disculpó, estaba bastante agitada y cansada. Nos sentamos en la banca, sentí esos metales congelar mi trasero, el frío podía pasar los trapos que llevaba puesto. Comenzamos a charlar.

ENTRE LUNA Y YO -Primera TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora