Estaba en mi cama con unas ojeras que llegaban hasta mis pies. Como mi piel es negra, no se veia, pero si las sentia.
Me levanté sin ganas de vivir y me prepare un cafe que "me ponga en mejor estado", aunque eso, no va a ser posible.
Mi celular suena y no pensaba atenderlo.
Sólo me tire en el sofa y empeze a tomar el cafe con lentitud y mirando solo un punto fijo.
Sin darme cuenta, las lágrimas empezaron a recorrer mis mejillas.
Sin dudas era el peor año de toda mi maldita vida.
El celular sonaba tantas veces que decidi atenderlo, sin ver quién era el o ella que estaba llamando; Grave error.-¿Hola?- Pregunté desganado.
-Yo lo siento...- Dijo aquella voz que lo habia metido en tantos problemas. Pero sin dudas, era él quién lograba sacarle sonrisas y sacarlo de la realidad. Era él quién al mandarme mensajes, me hacia sentir una corriente electrica.
-¿Por qué lo sientes?- Dije con el ceño fruncido queriendo parecer serio; Aunque por dentro mío, era una niña encerrada en un armario, llorando descontroladamente.
-Es que... A lo mejor e echo algo que no te agrado. A lo mejor... Tú no eres cómo yo.- Pude escuchar su voz dañada, dólida. Y ahora viene mi pregunta; ¿Que habia echo él para que yo me enojara con él? Él, nada. Quién tenia la culpa aquí, era yo.
-No has echo nada. Fue mi culpa.- Dije esperando su respuesta.
-Ninguno de los dos somos culpables. Sólo que... a lo mejor no somos compatibles.
-¿Por que dices eso?- Dije sorprendido.
-Me gustan los hombre. Y creo que ya lo deberias haber notado.- Dijo riendo.- Y a ti te gustan "las mujeres".
-Eso es una gran mentira.- Dije sonriendo.
-¿Qué?- Se escuchaba entuciasmado
-Que me gustas tú, me gustas tú.- Dije con una sonrisa.
-¿¡Encerio!?- Pregunto gritando.
-Si, pero queria simular que era hetero. Porque mis padres o la gente. Siempre me pregunté que pensara, ¿me odiaran? ¿No me tendrán en cuenta?- Pregunté con la voz quebrada.
-No quiero que te preocupes por ello. Todos merecemos una opotunidad y no todos nacemos iguales. Sean mismos géneros o diferentes, sigue siendo amor.- Mi corazón se derritió, pero de amor, al escuchar esas palabras de su boca.- Te prometo... que si nosotros podemos tener algo, estare siempre para tí.
-No me dejes, cariño.- Dije sonriendo como un imbécil, pero feliz y negro.
-Jámas te dejare.
Luego de esa conversacion que rodeaba y me volvia mas estúpido de lo normal, me puse a pensar acerca de como arreglaria todo.
¿Que diran mis padres?
¿Y mi novia?
Ex novia...
Ahora tengo dueño.