Era él.
La unica persona que me habia echo pensar en él apenas lo vi, detras de ese vidrio.-¿Te puedo acompañar?.- Dijo con una sonrisa de lado.
Sentía que me estaba derritiendo como una vela al viento.-Cla...Claro.- Dije tartamudeando.
Él se sentó alfrente mío y pidió lo mismo que yo.-Y... ¿Porque saliste tan desanimadó de allí?.- Dijo bebiendo un sorbo de su café.
Se veía jodidamente sexy.-Es que... No tube un gran día. Simplemente eso.- Dije tratando de reír.
-Sabes... Me encantan tu sonrisa.- Dijo comiendo un poco de su browni. En ese momento ruborizé; aunque no se notará.
-Gracias. Tú no te quedas atrás.- Dije riendo y acomodando mi cabello.
Sentí un tacto de su mano sobre mi mano que me erizó la piel. Podía ver su sonrisa de oreja a oreja. Me sentía incómodo, pero cómodo a la vez. Me sentía fuera del mundo. Sentía una corriente électrica dentro de mi, que me hacia volar.
No quería sacar mi mano... Pero lo tendría que hacer.-Yo... Lo siento.- Aparté mi mano de ahí y salí corriendo. Pude ver su trizte mirada que me derretía el alma.