.Capitulo 15.

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Ya estaba en la entrada del hotel. Respirando una y otra vez, y pensando acerca de lo que podía ocurrir.
Pasé por la puerta, esa puerta que tenía una gran historia, allí es dónde pude conocer a ese chico que me tenía loco.
Él no estaba, pero me había dicho que no iba a estar porque se fue a trabajar a una confiteria. Trabajaria allí un tiempo, ya que tenía que ayudar a su a tío a mantener la confiteria. El echo del que no me importaba era porque quedaba cerca de mi casa y podría visitarlo cuándo yo quisiera.
Subí por el elevador. Parecía que habia corrido una maratón de kilometros y kilometros; de tanto que sudaba.
Se podría decir, que estaba sudado al igual que las veces que habia estado con La Puerta... ya saben a lo que me refiero.
Me acerque a la puerta de mi novia y escuche si habia alguien. Pero no se escucharon ruidos.
Toque la puerta dos veces y salio ella.
Pero me sorprendi al verla, simplemente, con una sabana que tapara su cuerpo desnudo.
Fruncí el ceño y ella se puso nerviosa.
Tenía el pelo despeinado y un chupón que se podia ver arriba de su pecho izquierdo. Ya sabia lo que sucedio aquí...

-A-Amor... Y-yo no sabia... qu-que ibas a est-estar por aquí...- Dijo rascando su cuello.
Yo sólo la mire con el ceño fruncido, pidiendo una explicación a lo que mis ojos estaban viendo.

-¿Quién es, bebé?- Dijo un hombre alto y blanco aparaciendo por sus espaldad. Ella se tensó y el hombre se quedo, al igual que yo, pidiendo una respuesta.

-¿Que es esto?- Pregunté mirandola mal.

-C-Cariño, no-no es lo que piensas.- Dijo mas nerviosa.

-¿Quién es él?- Preguntó el chico blanco con furia.

-Soy su novio... pero no te preocupes, ya no somos nada.- Le dije al hombre sin sacar mi mirada de la zorra que decia ser mi novia.- Y tú... no quiero que me sigas en tú puta vida. ¿Con cuántos hombres te acostaste a mis espaldas? 1... ¿2?... o tal vez 80 hombres.- Dije con furia.

-Tranquilisate.- Dijo ella llorando.

-Sólo dime... Tú no estas embarazada, ¿verdad?- Dije mirandola mal, pero ella se puso mas nerviosa. Iba a decir algo pero la interrumpi.- Por que si lo estas, con todos los hombres que te has acostado, dudo que sea mío.- Dije saliendo bruscamente de allí mientras ella me llamaba. Yo sólo, no puedo culparla. Porque yo hice lo mismo. Pero me da igual. Sólo se que SU bebé, si es que tiene uno y no es mentira, no es mío.
Y ahora voy a ir con la unica persona que me vuelve loco.

El Negro Que Entro Por La PuertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora