.Capítulo 22.

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-Negro, ¿podemos juntarnos a las 8?- Pregunto Rulitos desde el otro lado de la línea.

-Si.- Dije sacandome los zapatos de trabajo, ya que me estaban matando los pies.

-Genial, te paso a buscar a las 8.- Dijo Rulitos.

-¡Bien! ¡Nos vemos!- Dije sonriendo.

Y corte la llamada.
Me tiré sobre el sofá y suspirar. Realmente estaba agotado.

Alguien me estaba tirando de la manga de la camisa; Zeus.

-Hey, pequeño.- Dije sonriendo mientras lo acariciaba. Al final me había decidido por el nombre "Zeus".- ¿Quieres comida, chico?

Me levanté de la cama y fui hasta el cajón que se encontraba debajo del lavado y agarré la comida para Zeus.

Coloque la comida en un boll rojo. Y rápidamente, Zeus, se acercó corriendo a comer.

Yo sonreí y vi que ya eran las 6.30

Tenía que apurarme por que me iba a venir a buscar Rulitos.
Subí las escaleras y me metí a bañar.

Al salir tomé de el cajón ropa interior y luego empeze a buscar algo para ponerme.
En verdad no tenía ni idea que ponerme, porque no sabía que íbamos a hacer. Así que opte por ponerme algo "casual".

Agarré una remera gris que tenía un estampado de una frase que decía "Shit" y unos vaqueros azules.
De calzado me puse las vans negras y me eche perfume.
Arreglé mi cabello por última vez y baje con el celular en la mano.

Zeus estaba dormido. Así que prendí un rato la televisión para no aburrirme.

Luego de unos minutos de esperar, tocaron la puerta.

-¡Negro!- Dijo Rulitos saludandome con una sonrisa.

-¡Rulitos!- Dije tiernamente.

-¿Vamos?- Preguntó coqueto.

-Si.- Respondí sonriendo.

Fuimos caminando a el coche de Rulitos, el cual estaba aparcado al frente de mi casa.

-Adelante.- Dijo Rulitos abriendome la puerta de el acompañante.

-Gracias.- Respondí mientras mis mejillas comenzaban a tomar color.

Llegamos a un muelle muy lindo. Estaba iluminado, había árboles, y había asientos en la cual algunos "enamorados" estaban sentados allí compartiendo saliva.
Caminamos en silencio hasta llegar a una de esas bancas.

-¿Te gusta?- Me pregunto mirando la luna.

-Me encanta.- Dije sonriendo.

-Bueno... la razón por la que te traigo aquí... es por que...- Dijo algo nervioso mientras rascaba su nuca.

-¿Si?

-Me gustas. Y gustar es poco. Tú... ¡Tú me encantas!
No se como decirte realmente todo lo que siento. Pero... eres tan único y diferentes a todos. Tienes algo que... me enamora cada día más.- Dijo con un brillo en sus ojos. Yo me estaba tensando.- ¿Te gustaría que comenzemos algo?

-¿Disculpa?- Pregunté tragando saliva.

-Si te gustaría salir conmigo.- Dijo con un lindo brillo en sus ojos.

Bien, la respuesta era obvia; no, no quería.
Pero tampoco quería romper su corazón.
Y sólo veía ese brillo en sus ojos esperanzado.
Pero prefiero decirle la verdad antes de estar haciendo algo que realmente no quiero y estaríamos viviendo en una absoluta mentira.

-No.- Dije apenado y largando un suspiro mientras agachaba mi cabeza. Vi como su sonrisa se iba borrando lentamente.- Lo lamento. Eres una persona única. Y eres...
Sin dudas eres perfecto. Y tú te mereces a alguien mejor.
Yo no puedo mentirte. Yo sólo te veo como un amigo y no como algo más que ello. Sólo... te quiero como un amigo.

-Sigues enamorado de Puerta, ¿verdad?- Dijo bajando su cabeza. Y ahora mi pregunta era;

¿Estoy enamorado, nuevamente, de él?
《Si, si lo estás.》

-No.- Respondí inseguro.

-Si, si lo estás.- Dijo ignorando mi mirada.

-Es que...- Bufé.- No lo se... ya no se ni lo que siento. Realmente, estoy tan confundido.

-Sólo te voy a decir una cosa. Si tú realmente sientes que esa persona te hace sentir esas mariposas en el estómago que cuando éramos adolescentes todos en algún momento sentimos, si tu realmente te quedas pensando la mitad de tú día en él, si tu realmente intentas hablarle pero piensas que no puedes por temor a su respuesta, si realmente siente que lo amas... ve a por él. No va a estar esperando toda su vida a tí.

El Negro Que Entro Por La PuertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora