06

332 43 2
                                    

Desperté con un horrible dolor de cabeza, y él sol que entraba directamente desde la ventana no ayudaba.

Recordaba toda la noche anterior, pero no como llegué a la cama, una que por cierto no es mía.

Me senté en la cama y observé él lugar; era pequeño, prácticamente la sala, cocina y cama estaban en una sola habitación, menos lo que supuse era él baño.

Solo estaba la cama, las demás cosas estaban guardadas en cajas. De seguro acaba de mudarse a este lugar.

Vi a Jos acostado en él piso, solo con una cobija tapándolo y su chaqueta como almohada, tenía su guitarra a un lado y una libreta tapándole la cara.

Golpee mi frente, si una de las cosas que no me gustaban eran molestar a las personas, que se tomaran molestias conmigo y mas si las hice pasar una noche como la de ayer. Reí al recordarlo.

Me levanté, curioseando encontré él baño, lavé mi cara para quitar todo mi maquillaje corrido.

Comencé a curiosear cada detalle de su pequeño departamento.

La verdad no había mucho que encontrar, todo estaba empacado. Me acerqué a uno de los grandes ventanales que tenía, corrí las cortinas para que entrara un poco mas la luz.

Miré la hora en mi reloj de mano; 9am, genial, aun me quedaba tiempo para ver si consigo algo para él desayuno, con suerte todavía me quedaban un par de billetes, no le iba a conseguir él desayuno mas excéntrico pero al menos no se moriría de hambre.

Tomé las que supuse eran las llaves de aquel lugar, y salí.

Jos.

Escuché varios ruidos, gemí, aún no quería despertar, había quedado muy cansado de anoche.

Recordé que había traído a Zoe a dormir aquí y de inmediato me desperté sentándome, con la esperanza de que no hubiera puesto él departamento de cabeza.

Pero fue todo lo contrario...

—Buenos días, Jos.—dijo Zoe mientras acomodaba sentada un ramito de flores blancas encima de una sabana que estaba en él piso, tomó una y se levantó para dirigirse a mí.—Perdona por todas las molestias que te hice pasar anoche.

Y me la extendió, la tomé y de inmediato sonreí, me pareció absurdo y a la vez algo muy tierno de su parte. Absurdo por que normalmente es él hombre quien le regala una flor a una mujer, no al revés y tierno por lo mismo.

—Para recompensarte un poco te hice un pequeño desayuno, ven.

Me llevó a donde estaba acomodando las flores, no me había dado cuenta que ahí estaban un par de sándwiches y unos vasos con lo que parecía jugo de naranja.

—¿Como conseguiste esto y en que momento?— dije sorprendido mientras me sentaba.

—Pregunté a varias personas sobre lugares donde vendieran comida, y tras perderme tantas veces encontré una panadería y una tiendita abierta. Fue algo de suerte supongo.

»Y perdoname por los vasos, esculque un poco en tus cajas para encontrarlos, tenia que servir él jugo en alguna parte.—dijo algo apenada.

Miré la flor extrañado, estaba seguro que las había visto en alguna parte.

—Se llaman Fresias. Las tomé del jardín de tu vecina.—dijo.— Son mis favoritas, su aroma es muy dulce.

Así lo era, desprendían un olor dulce muy particular y agradable. Comentó también que mi vecina era demasiado agradable y tierna, que al verla observando sus flores le ofreció que tomara unas y que si no fuera por ella, la anciana la hubiera dejado llevarse todo él jardín.

Y pasó la mañana, entre sandwiches, chistes malos de parte de ambos, y anecdotas increíbles de parte de Zoe.

Le sugerí que fuéramos al parque que se encontraba cerca del departamento.

—¿Y como vas con tu plan?—preguntó de repente.

—Creo que voy bien, ya tengo listas varias canciones. Estoy tocando muchas puertas con ellas, con la esperanza de que a alguien les guste y me impulse.

—Espero que algún día escribas una para mí, ¿te imaginas que loco sería eso?—rió y se puso frente a mi camiando de espaldas.—Cuando te pregunten quien fue la inspiración para esa canción y les contestarás "En mi buena, y loca amiga, Zoe". Eso sería un fact para las cuentas de updates tuyas, wow.

—Se vale soñar, Zoe.—reí al ver su expresión falsa de indignación.

—Haz roto mi corazón, quería ser una de esas musas como las que tienen los grandes compositores de hoy.— se detuvo e hizo una pose de diva.

—Tal vez escriba una canción sobre lo malo que es tomar demasiado alcohol.—me burle.

—Burlate todo lo que quieras, pero nunca digas nunca, por que terminaras escribiéndome una canción cuando menos lo pienses.— me miro retadora.

—Lo que tu digas, Zoe.

—Ya verás, Josesito.—pellizco delicadamente mi mejilla y volvió a mi lado caminando de frente.

—Bueno, ya. Ahora cuentame, ¿como vas con tu plan? Él cual no me haz comentado de que trata.

—Me gustaría mucho llegar a ser una fotógrafa reconocida mundialmente, ya sabes, dejar mi huella grande en él mundo. De hecho, pasado mañana tengo una cita con él dueño de una galería para mostrarle mis proyectos. Andamos por los mismos pasos.—rio levemente.

—Espero que una fotografía mía este en alguna de tus exposiciones.—guiñé mi ojo, refieriendome a lo que ella me había pedido momentos antes.

—A diferencia de ti, yo si te pondré en una de mis exposiciones. Además, ¿como no hacerlo? Esos ojos y esa sonrisa no se pueden desperdiciar.—sonrio y no sabia si tomarme eso como un cumplido.

fame ; j.c [ cancelada ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora