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|Parte 1|

—¡Hoy es el gran día Gerardo!.—dijo emocionada en el momento en el que entró a la cafetería, como siempre a primera hora de la mañana.

—Mi niña, no sabes cuanto te agradezco todo el apoyo que me estas brindando.—le contestó conmovido acercándose a ella para abrazarla.

—Terminaremos e iniciaremos el año de la mejor forma. Todo saldrá bien.—aseguró correspondiendo el abrazo.

Al separarse se ató el cabello en una coleta, necesitaba empezar a organizar todo para la gran noche.

—Vamos, tenemos muchas cosas que hacer.—animó a sus demás compañeros.

Zoe irradiaba emoción por todas partes, el hecho de que esa noche sería definitiva para recuperar la cafetería y que Jos estuviera ahí para ella no hacía mas que sentirse de esa forma, se sentía muy agradecida.

La noche pasada se quedó pensando en Jos, sobre sus sentimientos hacia él, y decidió ser ella la que diera el gran paso en su relación, y pedirle que fueran algo mas en el primer segundo de año nuevo.

Comenzó a inflar los globos dorados que irían junto con varias serpentinas negras, uno de los chicos se encargaba en acomodar las sillas, otro en limpiar las mesas, una chica en limpiar la cocina y preparar las maquinas cafeteras.

El ambiente era alegre y esperanzador, para todos era importante ese pequeño lugar.

—Sigo sin entender como fue que conseguiste a Jos Canela para que cantara aquí.—Selene se limpió los rastros de harina de sus manos en su delantal, y le sonrió.—Pero muchas gracias.

—Solo surgió la ocasión.—se encogió de hombros, mientras le hacia un nudo al globo con un liston y lo soltaba para que llegara al techo.

—El lugar quedará genial.—le volvió a dedicar una sonrisa y se retiró.

Al terminar de inflar los globos agarró una pizarra color negro y con varios gises de colores para hacerlo llamativo escribió:

"¡Gran celebración de Año Nuevo!
Tendremos micrófono abierto y una sesión acústica de Jos Canela.
A partir de las 6:00 p.m."

Zoe miró no muy convencida el texto, pero lo dejó así pues no se le ocurría de que otra forma ponerlo.

Los comensales de siempre comenzaron a llegar, y al ver el letrero, Zoe escuchó como varios decían que le avisarían a sus amigos.

Aún faltaban 8 horas para el evento y con suerte se reuniría mucha gente.

Alonso y Alan no tardaron en llegar.

—Hey, hermosa.—la llamó burlón Alan, logrando que Zoe girara los ojos divertida.

Se dirigió a ellos mientras terminaba de anotar los pedidos en su libreta.

—¿Qué hacen aquí? El evento empieza hasta las 6.

—Venimos a ver en qué podíamos ayudar.—contestó Alonso y Alan asintió.

—Ay, mis chicos tan bellos.—apretó sus mejillas, y despues los atrajo a ambos en un abrazo.

Los chicos se miraron adoloridos por el fuerte abrazo que la chica les daba, al separarse Alan sobó su cuello.

—De haber sabido no hubiera venido.—comentó, ganandose un idiota de parte de la chica.

—¿Han sabido algo de Jos? No responde mis mensajes desde ayer.—cuestionó algo preocupada mientras caminaba hacia la barra y los chicos la seguían, se detuvo abruptamente.—No es que sea una chica posesiva ni celosa, oh no.—rió—Es solo que...—suspiró.—es raro que no conteste.

Los chicos se miraron entre sí angustiados, ¿decirle o no?.

—Tranquila Zoe, tal vez esta muy ocupado.—su mejor amigo acarició su espalda.—Verás que estará aquí para el evento.

Alan miraba sus tenis con las manos en los bolsillos, no le gustaba mentir, por eso optó por no mirarla a los ojos, era tan debil que seguro ella sospecharía algo.

—Bien.—inhaló profundamente.—Disculpenme, pero toda esta situacion me pone un poco alterada.

Sonrió de nuevo e ingresó a la cocina.

—Alan.—le llamó la atención Alonso, el pelinegro alzó la vista de sus zapatos.—Tenemos que tenerla distraída y que por nada vea su celular, ¿entendido?.—dijo en voz baja.

—Alonso, soy pésimo para esto, se dará cuenta que le escondemos algo.

—¿Crees que a mi me gusta mentirle?.—colocó una mano en su hombro, Alan negó.—Pero si hacer esto significa protegerla, lo haré.

Alan rió leve, tratando de calmar la situación. Miró a Zoe, quien venía alegremente con dos tasas de cafe en sus manos. Sabía que el desastre se aproximaba.

—Jos tendrá mucho que explicar.


fame ; j.c [ cancelada ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora