Capítulo 13.

2.7K 140 7
                                    

Tiré las cosas a la cama, para luego tirarme yo. Cerré los ojos, y traté nuevamente de crear esa pared para separar mis sentimientos. Pero no podía, se destruía, y era estúpido pensar que no siento cosas por él. Harry es una parte de mí, desde que no estoy con él, me siento vacía.

Tocaron la puerta y Jack entró. Sonreí, yo... yo no podía hacerle daño a Jack, él cambió por mí, siempre está a mí disposición, y vaya que le costó dejar de ser un celópata maltratador.

-Hoy me quedaré a dormir aquí, tengo noche libre.-Me dijo besando mis labios.

-Me alegro.-Sonreí.

-Dormiremos abrazaditos.

-Claro.

Jack trabajaba toda la semana, y a veces le daban libre. Hoy era uno de esos escasos días, donde aprovechaba de dormir conmigo. Era algo incómodo, ya que, mientras yo lo besaba, Harry estaba ahí.

***

2:04 a.m. Desperté y me encontré a Jack rozando mi frente con la suya, estaba cómodamente dormido. Me safé de él y me levanté para ir a la cocina por un vaso de agua. Me puse sandalias y caminé delicadamente para no despertar ni a mi padre, ni a Jack. Prendí la luz de la cocina, la que me cegó por unos segundos. Me acerqué a la llave, abrirla, y tomar un pequeño sorbo de agua. Tiré el resto y dejé el vaso en su lugar. Acomodé la trenza que llevaba por mi hombro y me dirigí a la salida. Al salir, sentí dos manos cubriendo mi boca, callando los gritos que yo ya iba a soltar. Susurró un "shh, soy yo", creí que era Jack, pero al escuchar su voz, me di cuenta de que era él.

Me llevó hacia la habitación de huéspedes y me soltó. Me callaría, no quedaba de otra, a menos que quisiese provocar un tonto escándalo.

-¿¡Qué haces acá!?-Susurré.

-Quiero pedirte perdón.-Dijo a unos metros míos.

-¿Por qué?-Pregunté.

-Por pedirte perdón.-Sonó trabalenguas. Entendió que me confundí-No debí haberte dicho "perdón por lo de anoche", yo sí debí besarte, yo sí quería. Lo quería porque me di cuenta que te sigo amando, que nunca saliste de mi vida, por más que hubiese intentado, pero no lo intenté, ¿sabes por qué?, porque sabía que algún día nos volveríamos a encontrar, lo sucedido en la biblioteca no fue casualidad. Sophie... quiero hacerte mía.

No dijo nada más y me besó, tierna pero apasionadamente; su lengua acorraló la mía, jugando sensualmente con ésta. Gemí en sus labios a causa del exquisito beso. Mordí su labio y entrelacé mis manos en su nuca, atrayéndolo más y más a mí. Su mano bajó hasta mi caliente cintura y la acarició con sus pulgares.

-Te ves hermosa con trenza.-Susurró.

No dije nada y seguimos con el beso, el pijama de seda negro iba subiendo a causa de las manos de Harry, que lo subía incansablemente. Acarició mi cintura, mis costillas, hasta llegar al sostén; lo bajó delicadamente para luego desabrocharlo, miró hacia la prenda deshecha y sonrió seductoramente. Llevó sus grandes manos a acariciar delicadamente la zona que él ya había dejado desnuda. Por lo que gemí, él callándome con un beso para no despertar a nadie. Terminó de sacar mi pijama, para yo quedar sólo con la ropa interior baja. Era mi turno, y saqué como pude la camisa negra de su cuerpo, mirando sus oblicuos, y adorables cuatro pezones. Sonreí tímida; esta vez nadie nos interrumpiría. Sólo él y yo. Luego seguí con sus típicos jeans ajustados, los que costaba un mundo bajarlos, pero que igual, siempre podía. Lo tiré a la cama y me puse a horcajadas sobre él, bajando el cierre de sus pantalones, y después deslizarlos por sus piernas, acaricié su línea V, muy marcada, por lo que provocaba más deseo en mí. Gimió, y yo ya sabía que era uno de sus puntos débiles. Me recosté en él para besarlo, ya había estado extrañando sus labios en el tiempo que me puse sobre él. Acariciaba mi trasero aún con las bragas puestas, una de mis piernas estaba fleccionada hasta las caderas de él, y la otra estaba estirada a lo largo al lado de su pierna. La fricción de intimidades era muy lujuriosa, que lograba agitarme mucho. Con sus pulgares fue bajando mis bragas, quedando completamente desnuda. Besó mi cuello, y me dejó debajo de él, aún besando mi más punto débil. Puse mis piernas en sus caderas para bajar sus negros bóxers, donde ya había un gran y deseoso bulto. Los bajé, y tragué saliva al no poder dejar de mirar su intimidad. Volvió a besarme para distraerme un momento. Su lengua se sentía tan apetecible y adictiva. Ya estábamos casi listos, y vi que se inclinaba hacia sus tirados pantalones, y sacaba un muy conocido sobre de aluminio. Mi boba mirada veía ponerse la protección. Lamí mi labio y atraje su cara a besarme. Rozamos nuestras narices, acto que me derritió de ternura. Dio un corto beso en mis labios y entró. Ahora en vez de dolor, como la primera vez, sólo existía el placer. Sus embestidas iban cambiando, de lentas a rápidas. La cama crujía, y nosotros ahogábamos nuestros gemidos para no despertar a los demás. Se me escapó un travieso Hazza que provocó que éste gimiese, con sólo escuchar el apodo que tanto nos gustaba. Mi trenza se soltó, cayendo mi ondulado pelo por el peinado, sobre mis dos hombros. Harry iba más rápido, y luego cambiaba a lento. Mis jadeos eran sólo su nombre, y mis súplicas pidiendo más. Algunos gemidos más fuertes, los callábamos besándonos, me sentía tan feliz, tan completa. Lo extrañaba, extrañaba sentirlo dentro de mí. Extrañaba sentir sus manos acariciándome como él sólo sabía hacerlo. Lo sentía al compás mío, se siente tan bien. La pared de sentimientos se había ido a la mierd*, a parte de destruirse, provocó que descubriese nuevos sentimientos, exclusivos de él.

Luego de minutos, el clímax llegó, obviamente también callado con besos, sentí que mis piernas estaban lánguidas, y no podía ni pensar. Harry cayó al lado mío. Besó mi frente, y susurró; te extrañé tanto, princesa.

Hazza... Mí Hazza.

Regresa | HS (2T)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora