Capítulo 22.

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Sophie.

Y ahí estaba yo. Sin saber cómo reaccionar, Harry acababa de irse, antes sí, cantándome. Una canción, y la primera en que sólo me transmitía tristeza. No lo perseguiría. Mi orgullo era muchísimo más fuerte y grande. Y por más que lo amase, me dolió con esa misma cantidad verlo con otra, bueno, su novia.

-¿Tú sabías ésto?-Le pregunté a Lena sobre la música.

-Algo así.-Confesó.

-Iré a casa, ¿Sí?-Dije-, no me siento del todo bien. Tú me comprenderás.

Lena sólo asintió, comprendiendo que ya estaba pasándola mal con la presencia, o bueno, cuando Harry estaba ahí. Salí entre por el tumulto de gente que yacía alcoholizada, bailando o simplemente fumando. Las voces y el ruido se me hacían nulas, ya que el 99.9% de mis pensamientos eran acerca de lo que pasó unos minutos, y el otro 1% Harry -en estos momentos, ya que en otros días, ocupa el 100%-.

Tomé el primer taxi que vi y di la dirección. El chofer era un señor ya viejo, pelo grisáceo casi blanco.

-Perdone que sea entrometido, señorita-Dijo mirándome por el espejo retrovisor-, ¿Pero por qué usted se trae esa cara? Como si hubiese visto al mismo demonio.

-Algo así...-Comenté con una pequeña sonrisa.

-¿Problemas de amores, no?

-Es usted adivino, eh.

-No, es que siendo joven y bella, no hay otra razón, creo yo. ¿Irá a arreglarse con esa persona?

-No, no. No vale la pena.

-¿Por qué no?, sua ojos expresan mucho. Y una de esas cosas es que está enamoradísima. De seguro no ha hecho algo tan malo el muchacho.

-Besó a otra.

-¿Usted ha escuchado las explicaciones?, seguramente no.

-No, pero...

-Debe escucharlo, si usted lo ama, vaya por él. Es su felicidad. ¿Por un beso que no sabe el por qué, dejará de ser feliz?

No dije nada más, aparte de musitar un «gracias» y bajarme en el edificio donde Liam vivía.

Llegué y me tiré a la cama de invitados, donde yo dormía.

La conversación con aquel señor me dejó rondando. ¿Él era mi felicidad?, bueno, es mi felicidad. ¿Yo escuché sus explicaciones? no, mi orgullo herido no me dejó. Y después de todo, ¿Qué cara tenía yo para decirle «me haces sufrir» si lo abandoné, y herí de la peor manera?, era un acto hipócrita de mi parte. Yo sólo le pedí perdón por lo de hace dos años, ¿Y él?, me escribe canciones, me canta, es cuidadoso, amoroso, caballero, simpático y más conmigo.

Harry, él es mi todo. Mi sonrisa, mi felicidad, mi placer, mi droga, mi amor, mi amante (aunque suene masoquista), mi amigo, mi primera vez en todo. Él es todo lo que necesito, y siempre necesité en mi vida.

Ya cansada y decidida, me dediqué a dormir. Mañana sería un largo día de perdones.

siempre y cuando él quiera.

***

Desperté más animada que nunca. Eran las ocho de la mañana, y yo era la única despierta.

Tomé un papel y dejé una nota. «voy a buscar al amor de mi vida :) xx».

Iría al estudio, donde sabía que él estaría, cantando, componiendo, o hablando.

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