Al día siguiente, Lauren fue la primero en levantarse de las dos. Como era de suponerse, Clara había partido desde muy temprano para ir a jugar golf con sus amigos del club. Qué bueno que se preocupaba de su hija enferma. La noche pasada, realmente me había ido a dormir al cuarto de huéspedes. Yo no quería que, en caso de que Clara se despertara y entrara en el cuarto de su hija, lo primero que viera fuera nuestros dos cuerpos desnudos y tendidos en la cama. Porque eso sería realmente un gran trauma, tanto como para ella como para mí. Y cuando desperté, me lleve una gran sorpresa al descubrir a Lauren cargando el desayuno sobre una bandeja con inseguridad y apoyando su mano contra la pared. Creo que me aventó una bola hecha de calcetines, porque sentí un golpe e instantáneamente vi calcetines sucios regados alrededor de la colcha. Aún así era un gesto realmente dulce. -¿Cómo pudiste hacer el desayuno? -Le pregunte mientras me levantaba de la cama y le quitaba la pesada bandeja que contenía como mil Hot Cakes, leche y jugo. Está bien, sabía que Lauren era independiente, ya que para tener ceguera, podía hacer la mayoría de las cosas normales perfectamente. Pero hacer el desayuno no figuraba en su lista-.
-Sorpresa -Dijo ella mientras caminaba despacio hacia la cama y se sentaba sobre ella-. Yo misma lo cocine -Me dio una sonrisa torcida, volteando hacia el lado equivocado. Tome su barbilla y gire su cabeza en mi dirección-.
-Ajá. Y yo soy Jenifer Lopez.
-¿Enserio? -Pregunto ella, bromeando-. ¿Podrías autografiar mi trasero? ¿Por favor?
-Cállate, tonta -Le dije mientras le propinaba un golpe leve en su hombro. Ella sonrió-. No ya, enserio. ¿Quién lo hizo?
-Luke paso por mí para ir a desayunar, y como no estabas despierta, no quise molestarte. Así que te pedí eso para que no tuvieras que hacerte el desayuno.
-No te hubieras molestado -Le sonreí mientras mordía mi labio inferior-. Ni siquiera tengo hambre -Justamente cuando termine de decir eso, mi estomago gruño, avergonzándome por completo. Lauren soltó una risotada fuerte-.
-Parece que tu intestino te traiciona. Anda, mejor come. Aún queda un día muy largo, y no te podré alimentar más al rato.
-¿Haremos algo hoy? -Le dije mientras llevaba un pedazo de pan a la boca y después sorbía un poco de leche-.
-Algo así. Solo que tu tendrás que manejar, pero, Hey, te prestaré mi carro -Dijo ella mientras se incorporaba y fruncía la boca-.
-¡Oye! ¿Qué tiene de malo Lola?
-¿Lola? ¿Quién es Lola? -Pregunto ella -.
-Lola, mi carro -Sonreí exageradamente para ella, aunque no pudiera notarlo. Ella enarco una ceja-.
-¿Por qué le pones nombre a tu carro?
-No tengo idea. Lo acabo de inventar.
-Qué extraña eres. Lo sabes, ¿no?
-Por supuesto, nena-Le avente un calcetín, que aterrizo sobre su cabeza-. Pero, oye. ¿Podría ir primero a casa de Dinah? Es una amiga con la que vivo-por un tiempo-, y ayer estábamos juntas. Creo que necesita saber donde estaré. Además, tengo que cambiarme.
-Está bien. Pero no te vayas a tardar mucho -Camino hacia afuera del cuarto. Después asomo su cabeza-. Lleva traje de baño. Iremos a la playa.