Al final, la estancia en casa de Dinah se prolongo más de lo planeado. Vimos un maratón de American Horror Story mientras discutíamos sobre lo hermoso que era Evan Peters y si alguna vez querríamos tener un novio tan sensual, aunque muerto. Yo decidí que prefería a mi chica. Salí de su casa en la madrugada, y al llegar a la mía, ni siquiera pude pegar el ojo. Un cardumen de ansias, emoción y terror se anidaban en el interior de mi estomago, obligándome a que solo pudiera descansar durante tres horas. Me levante a toda prisa a las siete de la mañana, corriendo hacía el baño y ganándole el tirón a mis padres. Deje reposar el agua hasta que estuviera templada y me desnude, acercándome al espejo y vislumbrando mi cara. Me veía más contenta, más emocionada. Más enamorada. Y estaba feliz por eso. Me di un baño rápido, y después de haberme secado, agarre un overol corto con una camiseta a rayas y unos Nike high dunk a juego en color azul. Me hice una coleta alta y anude un listón azul, logrando el aspecto de niña pequeña. Estaba bien, quería andar cómoda porque sinceramente no sabía cuanto tiempo tendría que estar en la sala de espera. Lleve una bolsita donde eche un sándwich, envases de agua y jugo de naranja y mi cartera, despidiéndome de mi madre que cocinaba el desayuno en la cocina y tomando mis llaves, saliendo de casa y conduciendo hacía el hospital. Tenía la fortuna de que no hubiera nada de tráfico a esa hora. Me estacione cerca de la clínica y camine con paso apresurado, disfrutando del aire veraniego que chocaba contra mi rostro. Sería cuestión de tiempo antes de que pudiera volver a hacer lo mismo. Camine y camine, entrando a la sala de espera. Era bastante grande y lujosa, pero rápidamente pude localizar a Clara, Chris y a una muchacha rubia que no reconocí. Me acerque a ellos, sentándome a su lado.
-Hola. ¿Cómo están?
-Muy bien, gracias -Contesto Chris por los tres. Me sonrió-. Camila, quiero presentarte a alguien. Esta es Taylor, mi hermana.
-Oh, por supuesto. Hola, yo soy Camila.
-La novia de Lauren, ¿No? Desde que llegue a visitarla eres en la única cosa que habla. Tiene suerte, ¿sabes? Eres más bonita de lo que pensé. Me sonroje un poco y le devolví media sonrisa-. Gracias, pero creo que aquí la única con suerte soy yo -Reí, acompañada por ella y después, sin ser grosera me gire hacía Clara-. Clara, ¿Cómo va Lauren?
-La acaban de meter a la sala -Contesto, mordiendo su labio-. Tardaran como máximo dos horas, pero necesita reposar. Hoy mismo la dan de alta y nos la llevaremos a casa, para luego quitarle las vendas. Me acerque a ella tímidamente, colocando una de mis manos sobre la suya-. No te preocupes, todo ira bien. Clara me sonrió de lado y contesto-. Gracias, Camila.
Las dos horas se pasaron volando. Un doctor nos informo que tendríamos que esperar otras dos horas más, antes de poder darla de alta. También le dio instrucciones a Clara de volver a traer a Lauren en una semana, para poder quitarle las vendas a Lauren y comprobar si finalmente había recuperado su vista. Ella asintió y paso a la sala para poder ver a su hija dormir.
Me quede dormida en el hombro de Chris, mientras el lugar se iba llenando poco a poco. Taylor nos despertó a mí y a su hermano, informándonos que ya era hora de irnos. No pude ver a Lauren, por que me dirigí hacía mi carro, con Chris acompañándome para que no me fuera sola. Un gesto muy gentil de su parte. Conduje en silencio hacía la casa de Clara, un tanto nerviosa y un tanto feliz. La cirugía había sido un exito, pero todavía teníamos que ver los resultados. Llegamos y yo baje a toda prisa, corriendo para encontrarme con Clara y Taylor. Chris ayudo a bajar a Lauren y mientras hacían todo el traslado al cuarto de arriba, yo me quede volando en las nubes. Lauren tenía parches sobre sus dos ojos, y su cara se veía más pálida de lo normal. No sé porque verla así me daba remordimiento; Tal vez porque los parches eran un recordatorio de su discapacidad, discapacidad que solía olvidar cuando estaba a solas con ella. No podía esperar a que se recuperara. Moría literalmente por que sus ojos y los míos pudieran enlazar finalmente. Quería observar su nueva mirada y enamorarme de nuevo. Aunque por alguna extraña razón, algo en mi corazón me decía que no sería así.