Capítulo 3 Salida de Suerte

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La maestra Katherine decidió, hacer una salida grupal, donde no se permitirán ningún tipo de distractores tecnológicos, así que nos llevó a un bosque alejado de la ciudad y la civilización, en realidad no quería ir pero mamá insistió en que debía gozar las cosas que suceden día a día- si supiera lo que es mi vida-.

Preparo mis cosas el jueves por la noche para emprender el camino al bosque, sin olvidar mi libro favorito al no poder llevar mi celular, me despido de mis *If* y me voy a la cama.

Al siguiente día, me levanto un poco más tarde de lo normal pues llegaré a la secundaria a las 10:30 am. Ya en el transcurso del viaje saco mi libro y comienzo a leer el párrafo que espera ser descubierto nuevamente, voy sola en el asiento-Gracias a Dios- y llevo la cabeza recargada hacia la ventanilla, cierro mi libro, y me dispongo a disfrutar el paisaje, los arboles, el cómo hay cosas tan diminutas a lo lejos y tan grandes de cerca, como persona que no conocemos, diariamente nos topamos con esa persona que siempre está ahí pero nunca hemos cruzado una palabra con ellas, tan insignificantes, y luego un día por alguna razón, estamos conversando con ellos y tiempo después esa persona que anteriormente era tan invisible, ahora es parte de nuestro todo.

Llegamos al bosque y el sol comienza a bajar, así que rápidamente bajamos las cosas y montamos las casas de campaña, la maestra Katherine hace un agujero en la tierra que llena con ramas secas y moja con alcohol, seguido de eso prende un fósforo y lo lanza creando una gran fogata que da centro a las casas;
No somos el único grupo que fue al bosque, casi fueron todos los grupos de 2do grado dentro de la institución.

Todos se acercan junto a la fogata a contar experiencias estúpidas de sus vidas, lo cual me parece bastante aburrido y me dispongo a alejarme e ir a examinar el bosque, voy caminando sin punto alguno, como niña curiosa, con las manos detrás con cierta similitud de esconder algo, veo la altitud de los arboles cuidadosamente dejando posada mi cabeza hacia el cielo. Sigo caminando, escuchando el crujir de las ramas en el suelo, cuando de repente tropiezo
-¡Aaah!- se escuchan las voces en coro,me he dado cuenta que no soy la única que decidió alejarse.

Golpeando Mis SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora