Una nueva luz en el camino 17

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Capitulo 17: Un paraíso terrenal.

*Lauren*

Aun tomo sus manos mientras la miro con intensidad, esperando que me de la respuesta de lo que le pedí, sus ojos me evaden, se que si me mira no habrá manera de que rechace mi oferta, suelto una de sus manos y la poso en su mejilla para que me mire, su mirada hace contacto con la mía, veo en sus ojos dudas, la mano que acabo de soltar se va hacia mi rostro, lo acaricia con suavidad, ahora soy yo la que restriego suavemente mi cara con su mano, ella sonríe levemente, yo solo cierro los ojos sintiendo la suavidad de su mano, muevo mi cara y alcanzo a rozar con mis labios la palma de su mano, abro los ojos nuevamente para verla de nuevo, para ver ese par de ojos chocolate que me enloquecen, miro sus ojos directamente, veo como ella poco a poco se acerca a mí, mientras sigue acariciando mi rostro, cuando siento su aliento cruzarse con el mío, está a pocos milímetros de mi boca susurra:

-Esta noche será nuestra, esta noche volveré a ser tuya de alma y cuerpo, te amo Lauren-no me dio tiempo a contestar, sus labios se posaron sobre los míos, mi mano aun permanecía en su rostro, sentía como caían pequeñas gotas de agua sobre ella, eran sus lágrimas, las mías también caían, nuestro beso era una mezcla entre dulce y el salado de nuestras lágrimas, sus manos se movieron hacia mis hombros, acercándome más a ella, mis manos buscaron su cintura para acercarla más a mí, el beso se comienza a tornar pasional, sus manos se deslizan sobre mis hombros rozando parte de mi espalda, su cuerpo empuja al mío llevándolo hacia la cama, mi cuerpo cede y va recostándose atrayéndola hacia mí, ella me libera por un momento para bajarse de la cama, la miro, me sonríe y se monta a horcajadas sobre mí, mis manos se van directamente a acariciar sus piernas que lleva descubiertas gracias a la bata de baño, sigo subiendo mis manos hasta casi llegar su cintura, ella toma mis manos para quitarlas de su cuerpo y las entrelaza con las suyas y se acerca a besarme nuevamente, su boca provoca a la mía, es una dulce y ardorosa batalla en la cual ninguna quiere perder y ceder terreno, me desespera un poco no poder liberar mis manos de las suyas, ansió en tocar su cuerpo y ella lo sabe, se separa de mi y sonríe, libera mis manos y posa las suyas a mis costados, yo me incorporo sujetándola de la cintura para que no caiga, ella me sonríe al ver que yo también lo hago, jamás pensé que la volvería a tener así de esa manera para mi, sabía que la amaba con locura, con pasión, con todo el amor que por nadie había sentido, pero ¿podría seguir viviendo sin tenerla así? ¿Podría vivir sin tener ganas de besarle, de robarle una sonrisa, de tomarle la mano, de decirle un "te amo"? no lo sé, pero por ahora creo que no era el mejor momento de pensar eso

-¿Pasa algo mi amor?-me miro con preocupación, seria porque mi sonrisa había desaparecido

-No mi cielo no pasa nada-le volví a sonreír, no quería que ella se diera cuenta de que dudaba de que era lo mejor para mi, esta noche si ella había dejado todo de lado, yo también lo haría.

Volví a besarla, ahora lo hacía de manera algo desesperada, como si me la fueran a arrebatar en ese momento, mis manos la recorrían, me desesperaba no poder sentir la piel que cubría su bata de baño, estaba dispuesta a quitársela, mis manos recorrieron su cintura hacia donde estaba el nudo de la bata, me separo nuevamente de ella y me sonrió con malicia y bajo la mirada hacia el nudo, ella se ríe sabiendo lo que voy a hacer, se acerca a mi oído y mordisquea mi lóbulo, suspiro con fuerza, ella ríe en mi oído

-Estas que tiemblas amor... ¿tanto me necesitas, tanto me deseas que hasta tiemblas? ¿eh? –¡Dios! Esa mujer sí que sabe cómo tentarme, sabe cómo seducirme sabe que mata la manera tan sensual en que me dice las cosas y es la verdad, estoy temblando de ganas, se separa rápidamente de mi dejándome una confusión tremenda, abro los ojos, que no sé en qué momento los cerré, para encontrarla frente a mí de pie a espaldas mías, me levanto y camino el poco espacio que nos separa, mis brazos la rodean suavemente, ella al sentirlo sonríe, se que lo hace sin verla, su aroma es enloquecedor, además de sentirla tan cerca de mí, su calor envolviéndome, su nuca se me hace en ese momento un lugar delicioso el cual comienzo a degustar, escucho su respiración que comienza a agitarse, mis besos deciden pasar a su cuello, ella gustosa lo arquea hacia un lado, mis manos que aun están en su cintura comienzan a moverse hacia arriba pero aun sobre la tela, la acaricio levemente, bajando nuevamente para subir por sus brazos, acariciándolos hasta llegar a sus hombros, jalando levemente la bata de ambos lados, que va cediendo y dejando su piel descubierta para mi, sus suspiros son cada vez más fuertes, comienzo a besar sus hombros, turnándome en cada uno, mis manos ahora tocan la piel descubierta , su hermosa piel blanca que con el reflejo que nos da por la ventana se ve como si tuviese luz propia, mis manos acarician sus brazos mientras terminan de bajar la bata para dejarla en las mismas condiciones que me encuentro yo, semidesnuda, pequeños gemidos salen de su hermosa boca, la cual me pide a gritos un beso, el cual aun no le concedo aun no me canso de besar su piel, mis manos ansiosas desean recorrer ese cuerpo que me invita a pecar, mis manos queman por tocar, su cuerpo hace un pequeño movimiento pegándose a mí, ahora no solo es su respiración agitada sino la mía, mis manos no resisten más y subiendo por su torso desnudo acariciando sutilmente suben a apoderarse de sus senos, ella al sentirlo pega un gemido algo más alto, separo mi boca de su cuello para decirle con algo de picardía:

Una Nueva Luz En El CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora