Capitulo 12

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Después de esa boda que no era otra cosa que una firma rápida de papeles y cuatro palabras cutres, la mirada de su hermano al ver el semblante triste de su chica, le había dejado muy claro que tenían que hacer algo para remediar ese enlace rápido que tuvo lugar en el juzgado. Ya estaban casados, pero al menos podrían tener una ceremonia como Dios mandaba, con un poco de rapidez y ayuda por parte de su gente.

No le importaba en lo mas mínimo tener que preparar todo el asunto, mientras Alexander entretenía a Itziar. Ya tenían la mayor parte de la ceremonia montada, y aunque no era nada de lo que ninguno de los dos querían, era mucho mejor que lo que recibieron a cambio de sus esperanzas en ese apestoso juzgado.

Anne se había encargado de encontrar un vestido bonito para la novia, algo sencillo para la futura mama, que pudiera lucir con orgullo en el pasillo por el que caminaría hacia Alexander, quien estaría franqueado por él y Anne. Por desgracia ni la familia de su hermano pequeño, ni su padre llegarían a tiempo, pero al menos contaban con los padres de Itzi, su propia madre, Anne y algunos amigos. Incluida Hope. Quien estaba trabajando duro haciendo un arreglo rápido de flores para Itziar.

Sin tiempo para reservar nada, la boda se haría en su casa. Apartando unos cuantos muebles, quedaba un lugar bastante espacioso en el salón con la chimenea de fondo. Sería algo sencillo, pero bonito y eso era exactamente lo que su hermano quería para borrar la imagen de esa boda desastre que había tenido lugar hacia unas horas atrás.

Sabía que fue su hermano quien insistió en una boda prematura, pero no esperaba encontrarse con algo tan clínico como lo que había tenido en el juzgado, aun así, iban a enmendar ese error.

Se había llegado la bronca de los padres de Itziar, por permitir que algo así sucediera, pero bueno... salvaría su pellejo echando a Alexander a los leones, en cuanto la ceremonia hubiese finalizado. De ese modo los suegros de su hermano se quedarían a gusto, después de gritarle un par de cosas.

Mirando a Tate, el amigo en común que ambos tenían y que siempre les prestaba el tatami de su dojo para limar asperezas y sacar la mierda a golpes, señalo con la barbilla el monstruoso sofá que ocupaba la parte frontal de la chimenea y se inclino. Mano a mano, se deshicieron rápidamente de todos los muebles que estorbaban para la ceremonia, que eran unos cuantos.

Con todo a un lado, y el lugar despejado, hicieron una rápida limpieza sobre lo ya limpio y suspiraron. Una hora y media era poco tiempo, pero si iban a buen ritmo, las cosas saldrían bien.

--¡Tengo el ramo de la novia!

Grito triunfal Hope, quien no había cambiado nada en todos esos años.

--Bien, coge el coche y ve a por la tarta. Esta a mi nombre. Y tienes... Treinta minutos para ir y volver.

Dijo después de mirar su reloj de pulsera. La mujer abrió la boca con sorpresa, y voló de la casa cuando el arqueo las cejas, corriendo a través de la puerta abierta como una exhalación, pescando con los dedos las llaves, en el último momento. Todos querían prepararse para recibir a los novios y si no se daban prisa, iban a acudir a esa boda en vaqueros y camiseta. Los ojos de Tate siguieron a la amiga de su cuñada, con interés.

--Es amiga de Itziar. Esta loca. Ama el café. Es artista. Tiene hermanos, pero no padres. Y es una buena chica. Así que si te lanzas a por ella, recuerda quien la está respaldando.

Su amigo lo miro y sonrió.

--He de suponer que también tendré tras mi culo a Itziar, si decido ir a por ella.

--Oh, sí. Y querrás proteger tus joyas si le haces daño a Hope.

Aconsejo, recordando la amenaza que recibió por su parte cuando se percato que tenía interés en Anne. Un hombre no se recuperaba fácilmente de algo así. Y el todavía tenía en la memoria ese momento clave de su existencia. Tate se rio, haciendo retumbar su pecho. El hombre palmeo su espalda y asintió.

Mi Soldado; Esperando a...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora