8. Alexis

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Trabajo  repartiendo  mis tiempos  entre  hacer  los vestidos de  dama de  honor para Susan, el vestido  para  la  sobrina de Estella, Julie,  y,  en  los pedidos que  Andy  me  ha hecho  para San  Diego. Doy  gracias al  cielo  que  Liza sea  tan  buena  y  acceda a  trabajar los sábados en  el local  y,  me  instalo  ahi  para  poder  salir corriendo  si  es  que  me  falta  tela  o  algo  para armar  una prenda.
-Bien, y  ¿El pedido  de  Andy?-,
-Te  dije que  ya  lo  envíe,  lo  retiraron  esta  mañana-me  dice  Liza,  -Vete  de  una  vez, mañana te  veo, el  gimnasio  te  espera-dice  con  una sonrisa,  
-Ok,  ok,  me  voy-beso su  mejilla y  salgo  pero  dos  segundos después  vuelvo,  -Tal  vez debería quedarme  hasta  que  cierres-,
-No-me  reprocha,  -Para  cerrar  faltan tres  horas,  mueve  tu culo  y  ve  a ponerte  en  forma que  no  quiero  que  te  vuelvas una ermitaña  viviendo  de  hacer  ropa  y  comiendo, ¡Fuera!-ordena mientras hace  un  gesto  con  su mano  echándome  lejos del local, recapacito  y  hago  mi camino al gimnasio.
Llevo  casi siete  meses  viviendo  en  Nueva York  y  realmente  soy  feliz, por primera  vez, priorizo  mis  sueños  y  objetivos  como  diseñadora  y, lo  que  es  mejor que,  mi negocio  crece  y crece.
-Hola-me saluda Alissa  cuando  entro  en  el gimnasio, es  casi  mi  mejor  amiga. La conocí durante  una clase  de  spinning  y  comenzamos a  hablarnos en  el  momento  en  que  ambas nos salimos de  la clase  porque  ninguna de las dos  era capaz  de  seguir  el ritmo,
-Holaaa-la saludo  mientras  caminamos hasta  las  maquinas  elípticas,  
-Hay  un  bombón  nuevo-dice,
-¿Quién?-,  preparo  mi  máquina y  ella hace  lo  suyo,  
-Está en  las pesas-avisa,  miro  en  esa  dirección  y  veo  un  cuerpazo  ejercitarse  pero  no logro  verle  el  rostro,
-Bueno....-digo,  -¿Me  vas  a  contar que  paso  con  Chris?-pregunto, ha estado saliendo con un bombón pero, no ha estado abriendo la boca acerca de sus citas,
-Diooooos-exclama,  -Me  llevo  a  cenar  anoche  y, una cosa llevo  a  la  otra  y  terminamos haciéndolo  en  su  cocina-me detengo y la miro,
-¡Que puta!-me  burlo, ella  rie,
-Lo  siento, lo  siento-dice  Isadore  uniendose  a nosotras en  las  máquinas. Originalmente es  amiga de Alissa pero  una vez juntas, ahora somos  como  los  tres  mosqueteros  que  no pueden faltarle  al gimnasio, 
-¿De  que  me  perdi?-,
-Ali es  una puta-la pongo al corriente,  ella se  rie,
-Eso  ya lo  sabia,  ¿Qué  tan bueno  está  el bombón  que  te  comiste  anoche?-,
-Esta hecho  por escultores-anucia Alissa,  
-También,  ya lo  sabía-dice Isadore haciéndonos  reir,  -Ella  teniendo  sexo  salvaje  por ahi  con Chris y  nosotras dos no  agarramos nada desde hace  meses-,  se  queja,
-Creo  que  los cinco  meses  de  gimnasio  están haciendo  su aparición-admito mi mañana en la que me sorprendí por ver mi propio culo en el espejo, 
-Podríamos salir-,
-Dios,  si-chilla Isadore,  
-Bien, salimos  este  sábado-,
-No-se queja Alissa,  -Quedé  con  Chris para  el  sábado-,
-Tu te  lo  pierdes-decimos a  coro  Isadore  y  yo.  Alissa hace  pucheros durante  media hora y, al final  terminamos  decidiendo  salir  el viernes,  
-Avisale a  Kate,  Gina  y  Amy-me  dice  Isadore  una  vez que  me  bajo  del auto. Kate, Gina y Amy, las chicas del trabajo de Tobi, de alguna forma terminaron siendo parte de mi nuevo grupo de amigas que, me encanta,
-Ya  les  envio  un  mensaje-anuncio,  -Adios  bombones-las saludo  y  ellas se  van  en  el auto.   Cuando  entro  al departamento  la  cantidad  de  telas que  hay  desparramas en  la  mesa me  hace  recordar que  estoy  algo  atrasada  con  el  vestido  de  novia  pero, ¡Hey!, no  me  importa.
Es miércoles asique, antes de ducharme, le envio un mensaje a las demás para avisarles de la salida del viernes.

No hay lugar para el amor (Libro 1 de 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora