43. Travis

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-Te odio Ken, te odio-exclamo mientras él lleva mi brazo hacia atrás, -Diablos, Ken....tomo aire y trato de soportar el dolor, -Mierda Ken, eres el peor fisioterapeuta del universo-,
-Hey-dice soltando mi brazo, respiro pesadamente, el dolor me cansa y siento que el mundo se me viene encima, -Te dejo insultarme solo porque sé que es doloroso-admite, -Pero...tenemos que hacerlo de nuevo-,
-¿Qué?-chillo recostandome en el suelo,
-Haz hecho adherencia, tus músculos están contracturados y es la razón por la que te duele tanto, hay que deshacernos de esa adherencia-,
-¿Cómo?-,
-Haciendo esto todos los días-,
-Carajo-susurro, -Bueno Kenny, hazlo de nuevo-, cierro los ojos y siento su mano envolver mi muñeca, inmediatamente me tenso,
-Relajate Trav, te dolerá más-,
-¿Cómo quieres que me relaje cuando sé que va a dolerme?-,
-Tranquilizate Trav, piensa en la chica de la que te enamoraste recién-, me rio y el mueve mi hombro en un solo movimiento,
-¡Aaah!-me quejo, -Mierda, mierda-,
-Bueno...si querías llamar la atención lo estás haciendo, relájate-dice, trato de concentrarme en mi respiración y mantener la boca cerrada, ¡Dios!, ¡Mierda!, ¡La puta madre!, ¡Basta Ken!, ¡Basta!, pienso,
-Diablos Kenny, ya sueltame-pido,
-Espera, espera-, empuja más mi hombro hacia atrás y se escucha un chasquido que proviene de mi hombro,
-Mierda-,
-Listo, listo-dice y vuelve mi brazo a una posición más reconfortante, agarro mi hombro con la otra mano y entierro mi cara en la colchoneta en la que estoy recostado. Ken me deja ahí mientras intento recuperar el aliento,
-¿Qué fue ese ruido?-pregunto sin sacar la cara de la colchoneta,
-Rompimos la adherencia-,
-Por favor, no vuelvas a romperme, no quiero pasar por una cirugía y todo lo que viene después de nuevo-,
-Siéntate y muevelo-, me alejo de la colchoneta y abro los ojos, veo todo a través de ojos vidriosos. Me siento y muevo lentamente todo lo que puedo mover,
-¿Cómo se siente?-pregunta,
-Un poco más suelto-admito,
-Bien, ya terminamos por hoy, quiero que vuelvas a casa y hagas un baño frío-, asiento agradecido. Un baño frío significa llenar la bañera y poner hielo dentro y quedarme ahi por diez minutos, es excelente para los músculos adormecidos y entumecidos y, lo he hecho durante años.
Cuando recojo mis cosas y camino hasta fuera, veo a la chica despedirse de sus amigas y caminar en la dirección contrarias a ellas, justo para dónde tengo que ir, así que, corro detrás de ella pero me detengo unos pasos antes,
-Hey-digo, ella no voltea, lleva una calza larga y una remera larga pero, aun asi puedo ver los músculos de sus piernas, -Hey-chillo de nuevo, se voltea y corro hasta quedar frente a ella, -De verdad siento haberte golpeado-, ella sonrie,
-Ya lo dije, no hay problema-,
-¿Vas para allá?-pregunto señalando la dirección en la que camino, ella asiente, -¿Te molesta si caminamos juntos?-,
-En absoluto-, le sonrio y, comenzamos a caminar
-Soy Travis-digo estirando mi mano hacia ella, la estrecha,
-Alexis-,
-Bonito nombre-admito,
-Gracias y...¿Qué te sucedio?-, pregunta mirando la cicatriz de mi brazo que sobresale de mi remera,
-Desplazamiento de hombro-,
-Auch-dice con gesto de dolor, me rio,
-Si, duele y mucho-me quejo,
-¿Te caíste o algo asi?-,
-No, fue sobre exigirle demasiado supongo-,
-Debe haber sido horrible-,
-Lo fue, pero tengo que admitir que la recuperación es más dolorosa que el hecho en si-,
-Me di cuenta-,
-Oh-, de repente recuerdo que he estado gritando como un niño dentro del gimnasio, -Siento eso- me disculpo,
-No te preocupes-sonrie, -De seguro debe ser doloroso-, asiento,
-¿Y vienes seguido?-,
-Si, pero toda la semana pasada falte...trabajo-,
-Ah, claro- digo pero, la verdad es que no tengo idea de lo que significa trabajar, mi trabajo consiste en entrenar seis horas por día y pasar dos horas más en el gimnasio o saliendo a correr, nunca he estado sentado en una oficina y, ella tiene toda la pinta de oficinista, -Es la primera vez que te veo-admito,
-Y yo a ti-,
-Si, bueno...comencé aquí la semana pasada, me mudé y este gimnasio me queda más cerca-,
-O sea que eres nuevo-, sonrie,
-Bueno, vivo en este vecindario hace casi un año asique...-, abre su billetera y saca una tarjeta de presentación y me la entrega,
-Aldy indumentaria-leo,
-Si necesitas algo puedes llamarme-,
-Genial-digo más feliz que una perdiz,
-Yo doblo aqui-dice,
-Oh, yo sigo derecho-,
-Supongo que nos vemos en el gimnasio-dice,
-Si-, se voltea y, camina alejándose de mi, se suelta el pelo y lo mueve con sus dedos, -Mierda-susurro, -Acabo de enamorarme y me ha dado su teléfono-digo mirando la tarjeta, agendo el número en mi celular mientras camino por si las dudas pierda la tarjeta, tal vez me de una vuelta por el local para ver a qué se dedica.

No hay lugar para el amor (Libro 1 de 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora