41. Alexis

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-Nos vemos linda-dice Nate antes de besarme,
-Vete o no vas a llegar-le digo empujandolo fuera del departamento de Tobias. Cierro la puerta y camino hasta la cocina,
-¿Alex?-, salto del susto cuando escucho a Tobias a mis espaldas,
-¿Cómo estás?-,
-Bien, creo-dice sentándose en la mesa, -¿Hablabas con alguien?-,
-Nate acaba de irse-,
-¿Qué?, ¿Dejaste que durmiera aquí?-,
-Si Tobi, se ofreció a quedarse por si algo te pasaba durante la noche-,
-¿Y dónde durmió?-,
-Relájate idiota-le digo sonriendole, -Durmió en el sillón-miento,
-Oh, está bien-,
-¿Quieres un té con galletas?-,
-No puedo comer otra cosa ¿Verdad?-, niego,
-Es eso o sufrir de vomitos de nuevo-,
-Un té será entonces-, asiento y le preparo el desayuno.
Me quedo esa noche también por si las dudas y, para el lunes ya está mucho mejor asique vuelvo a casa a ducharme y cambiarme para ir al local.
-¡Holaaa!-saludo cuando entro, Liza está atendiendo a una clienta,
-Hola Lex-dice con una sonrisa,
-¿Las chicas han llegado?-,
-No, aún no-,
-Bien, voy a llamar a Andy entonces-.
Llamo a San Diego y hablo media hora con Andy, ha conseguido un local pero está negociando el precio del alquiler, solo hay que esperar a ver que pasa. Me envía la lista de pedidos mientras hablamos y acomodo todas las cosas para comenzar la producción.
Tengo nuevos diseños dando vuelta en mi cabeza asique me dedicaré a ellos durante la semana.

"¿Qué tal estuvo tu fin de semana?", le envio un texto a Jackson cuando cuelgo el teléfono, me contesta unos minutos después,
"La próxima vez que te diga que voy a lo de mis padres recuerdame este fin de semana para que sea inteligente y directamente, no vaya",
"¿Tan malo?",
"No veía las horas de volverme ¿Qué tal el taller?, ¿Ya lo han visto?",
"No, justo están llegando las chicas, voy a mostrarles y después te aviso. Gracias Jax",
"Deja de agradecerme, me pagaste por trabajar", su texto me hace reír pero dejo el celular en el mostrador y saludo a mis modistas.
-¿Listas?-, todas asienten, ni siquiera Liza lo ha visto. Abro la puerta y enciendo las luces, el taller se ve hermoso y, estoy más que fascinada con el trabajo de Jackson,
-Wow, Alex, quedo hermoso-dice Hayley, una de las modistas,
-Es su nuevo lugar de trabajo-anuncio, -Vamos entren, voy a mostrarles todo-, entran con una sonrisa y escucho exclamaciones de asombro que me hacen saltar de la alegría, -Pueden trabajar como quieran-les digo, -Es su taller, lo único que voy a pedirles es que cuando terminen una prenda la dejen en aquel armario-asienten complacidas, -Si me necesitan solo estoy a una puerta-, camino hasta la puerta que conecta mi estudio con el de ellas y la abro, -Este es mi taller, no están tan lejos de mi-,
-Alex, es fantástico-chilla Liza,
-Es hermoso tener un lugar donde trabajar, gracias Alex por la oportunidad-me agradece Stacy, otra modista,
-Aprovechenla chicas, aquí vamos a crecer juntas-las animo.
La tarde entera me la paso dibujando y, estoy feliz porque escucho a mis modistas coser y reirse, disfrutar de lo que hacen y, eso, me llena el alma,
-Tu te vienes con nosotras-dice Alissa entrando a mi estudio,
-¿Que hacen aquí?-digo cuando veo a Isadore por detrás,
-Te estamos obligando a ir al gimnasio, es tu castigo-,
-¿Y eso porque?-,
-Porque cancelaste el sábado-,
-Yo no lo hice, Tobias lo hizo, ¿Ustedes pueden creer que el muy idiota me vomitó encima y ni siquiera se disculpo?-, ellas se rien -No iba a abandonarlas, traje mis cosas-digo levantando una bolsa con ropa,
-Entonces cambiate asi nos vamos-dice Isadore, asiento y, no espero a que se vayan, de hecho no lo hacen, me he cambiado tantas veces en frente de ellas que ni vergüenza me da.

No hay lugar para el amor (Libro 1 de 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora