3. Alexis

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Solo me lleva una semana establecerme por completo en el nuevo departamento y, a las tres semanas de vivencia en Nueva York encuentro un lugar perfecto para el nuevo estudio pero, ahora que veo la ciudad de primera mano no estoy tan segura respecto al estudio.
-No sé Andy, hay mucha ropa aqui-,
-No me importa, ve y alquila el lugar que viste, iré dentro de una semana y compraremos los muebles y todo lo que hace falta-,
-¿Segura?-,
-¡Alex!-grita por el teléfono rompiendo mi tímpano, -Pon tu culo a trabajar, alquila ese lugar y ponte a hacer ropa que necesito remeras para el verano-se queja,
-Ok, Ok, mañana iré a hablar a la inmobiliaria-acepto,
-Bien, tengo que irme cariño pero cuidate y saluda al culón de tu hermano por mi-me rio, -Ya extraño ver su culo pavonearse por el negocio buscando presas fáciles-admite,
-Yo no, espero que no lo haga aquí también-,
-Nena pides mucho-me reprocha, -Te llamo después-dice antes de terminar la llamada.
Alquilo el local durante esa semana y Andy viene y compramos todos los muebles. El taller para confeccionar la ropa lo he armado en casa para estar más cómoda. El departamento es enorme, en realidad es un monoambiente gigantesco, lo que me permite hacer lo que sea dentro de él.
Andy se queda conmigo hasta que ponemos el nuevo local en marcha y, me enseña el tema finanzas que no es muy difícil, lo cual agradezco, e inaguramos el nuevo estudio con el mismo nombre, "Aldy", una noche antes que Andrea vuelva a San Diego.

-Hola, ¿Las ayudo?-le digo a dos chicas que entran al local,
-Estamos buscando ropa para un casamiento-dicen, les sonrió y camino en dirección a las perchas donde estan colgados todos mis diseños para fiestas,
-Aquí hay ropa para fiestas-digo, ellas se acercan y pasan una en una las prendas,
-Wow, nunca vi este tipo de remeras-dice una cuando ve un nuevo diseño,
-Voy a probarmela-dice una,
-Pero es amarillo patito-le dice la amiga,
-¿Y?-dice la otra, -¿Puedo probarla?-,
-Claro-le digo y le enseño el probador, cuando entra estoy segura que el color le quedara perfecto con su piel y, cuando sale lo compruebo,
-Wow-dice la amiga, -Se te ve increíble-dice,
-Me queda algo grande-me mira, -¿Tienes otro talle?-hago una mueca pero enseguida sonrio,
-No, son talles y diseños únicos pero puedo hacer que te quede perfecto-digo, -Yo hago la ropa, puedo ajustarla a tu cuerpo-,
-Si-sonrie ella, -Por favor hazlo-me pide,
-No te muevas-digo y corro de vuelta al escritorio donde tengo algunos alfileres e hilos, tomo unos cuantos y, le pido que se quede quieta mientras yo marco las zonas donde le queda grande,
-¿Cuando va a estar lista?-,
-Mañana-, ambas se miran con cara de sorpresa,
-¿Y tienes algo que combine con ella?-,
-Yo...-digo mientras camino hacia las polleras, -Me pondría algo asi con ella-, la amiga asiente,
-Lo llevo-dice, -¿Puedo pagarte y retirar la blusa mañana?-,
-Si-ella sonrie y saca su tarjeta de crédito, la paso por el escaner y asi, hago mi primera venta en Nueva York en el primer dia del nuevo local.
Es increíble como el cambiar de ciudad me abre la cabeza, creo diseños nuevos que causan furor en San Diego, incluso, Andy me pide que vuelva a hacerlos, en mayor cantidad y en distintos colores, aqui, se hacen un poco más difíciles de vender. Admito que me gustaría poder tener más tiempo para comprar mas telas y hacer más diseños.
-Hola-dice una chica cuando entra en el local, levanto la vista del papel donde estoy dibujando y la miro, parece tener unos diesiocho años y, al igual que yo a esa edad, no tiene sentido de la moda,
-Hola-la saludo con una sonrisa, -¿Te ayudo?-,
-Hmm...si-dice algo nerviosa,
-Dime, ¿Qué necesitas?-,
-En realidad, quería saber si no están contratando gente-, una lamparita se enciende en mi cabeza, ambos locales están trabajando lo suficientemente bien y me da el presupuesto para contratar a alguien,
-De hecho si-digo, -Y...acabo de decidir que si estas buscando trabajo...el trabajo es tuyo-la sorprendo. Mi mente está trabajando a mil por hora, no puedo dejar de pensar en la cantidad de atuendos que podría ponerle a la chica que tengo en frente, tiene la figura perfecta,
-¿De verdad?, ¿No vas a preguntar mi nombre y eso?-,
-Ven y cuéntame-la animo. Le lleva un total de 10 minutos explicarme porque quiere el trabajo. Se llama Elizabeth pero, inmediatamente, la nombro Liza y la contrato, necesita el trabajo para visitar a sus abuelos en Europa, lo que me parece una razón muy hermosa y quiero ayudarla.

No hay lugar para el amor (Libro 1 de 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora