42. Travis

108 8 0
                                    

Odio llegar tarde al gimnasio, es mi hora de descanso, es dónde todo desaparece y me concentro en mi durante unas horas.
Voy apurado y no la veo cuando entro,
-Carajo-dice cuando chocamos y pierde el equilibrio, la tomo por el brazo y trato de mantenerla en pie, la miro, está molesta o eso parece,
-Diablos-digo, -Lo siento, me estoy comportando como un idiota hoy-digo recordando todo mi dia, -Discúlpame-,
-No-dice ella, -Está bien, tampoco te vi-, le sonrio tratando de no verme como un estúpido pero, simplemente espero no haber arruinado su día.
Debería dejar de pensar en el día de hoy y superarlo, como siempre. Me alejo de ella pensando en lo bonito que debe verse su cabello cuando no está recogido en una cola de caballo.
-Travis-me dice mi instructor, -Llegas algo tarde-,
-Lo sé Ken, lo siento-,
-Hey, no te preocupes, no voy a reprocharte cuando haz estado haciendo las cosas bien-,
-Gracias-,
-¿Qué tal va el hombro en el agua?-,
-Mejorando supongo-.
Seis meses atrás tuve la peor lesión de mi carrera, cambió mi vida por completo. Llevo nadando toda mi vida, es como que está impregnado en mi código genético ya, mi bisabuelo lo hacía, mi abuelo lo hacía, papá sigue haciéndolo y, mi hermano y yo seguimos el mismo camino. Pero ninguno llego a ser nadador profesional como yo y, seis meses atrás una lesión casi me mata. Tuve una luxación del hombro en medio de una competencia de aguas abiertas y, el dolor era tan fuerte que, comencé a hundirme en medio del rio hasta que los salvavidas me sacaron. Una serie de análisis vinieron después pero, mi médico llegó a la conclusión de que había hecho sufrir tanto a mi hombro con las horas extra de entrenamiento que, no soportó más y se salió de lugar, rompiendo un ligamento en el camino. Ahora estoy en recuperación. Fisioterapia, kinesioterapia, masajistas, nadar solo quince minutos por día e, ir al gimnasio todos los días para poder recuperar los músculos de todo el brazo, no ha sido una tarea fácil y, ahora sumarle el hecho de que, probablemente, mis patrocinadores me abandonen, no hace las cosas más fáciles.
-Vamos a ver Trav-dice Ken, -Quiero recuperar este músculo-toca la parte de atrás de mi hombro, -No vas a nadar hasta que no vuelva ese músculo-,
-Lo sé-, miro frente a mi y veo a la chica con la que choque al entrar hablando con dos más en las escaladoras, -¿Qué hago?-,
-Toma una pesa y empecemos-asiento y hago lo que dice.
De vez en cuando desvío los ojos hacia la chica y, más de una vez nuestros ojos se encuentran, le sonrio la última vez que la miro y ella me sonrie de vuelta,
-Mierda-digo,
-¿Qué pasa?-pregunta Ken,
-Acabo de enamorarme-, Ken se rie,
-Vamos amigo, presta atención a lo que estás haciendo-dice con una sonrisa, -A ver...haz una serie más y empezamos a movilizar-,
-¿Tu vas a moverme el brazo?-, asiente,
-Mierda, hombre, acabo de decirte que me he enamorado y tu vas a hacerme chillar como puta en celo cuando ella está aqui-,
-Lo siento amigo pero, creo que si te ve sufriendo te tendrá compasión después-, me rio,
-De acuerdo, una serie más y mi brazo es tuyo-accedo.

No hay lugar para el amor (Libro 1 de 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora