Maybe

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[Advertencia: esto es raro y casi sin sentido, rayando lo ridículo. Saludos]




¿Fue en un bar mientras bailabas con tus hermanos y nos mirábamos de vez en cuándo?

¿Fue mientras participabas en el coro y cantabas cada palabra con sentimiento mirándome fijo?

¿O fue sólo un sueño aquella vez que te veía cruzar las puertas de la escuela de arte?

Quizá eso depende de si decidí poner una excusa para no salir con mis amigos y quedarme en casa estudiando, o viendo una película; o si tomé la opción de ir a la sala de conferencias donde presentaban un libro que podría interesarme en vez de la sala de shows donde cantaría el coro; o quizá, tal vez y sólo tal vez, depende si yo enfrenté a mis padres y me inscribí a la escuela de arte a hacer música.

No importan las circunstancias, sólo importan tus ojos grandes y verdes mirándome desde el otro lado de la habitación, demostrándome sin ninguna vergüenza que también lo sientes, ese magnetismo gritándote que debemos estar juntos, que tenemos que conocernos. Me miraste y yo bajé la cabeza.

¿O acaso eso no pasó? ¿Será que mantuve la mirada, apartando mis inseguridades, y sostuve la conexión, aún cuando bailabas y tu cabello me enloquecía, aún cuando cantabas y tu voz me enmudecía, aún cuando tus piernas te alejaban de mí?

Todo parte de dos opciones, dos chances.

Si asistí, te conocí. Si mentí, no te ví.

Si fui más fuerte que mi propia mente, me sonreíste. Si me sentí sumiso ante mis propios demonios, te decepcioné.

Y luego, ¿qué hay? Millones de chances más. Es un juego matemático.

¿Acaso realmente te vi? ¿Realmente estabas viéndome a mí y no a alguien más? ¿Qué imaginé y qué no?

Pero estabas al lado mío momentos después, ya sea fuera del bar, con el frío calándonos los huesos; o fuera de la sala de shows, con niños correteando cerca nuestro y mi frente sudorosa por la calefacción y nervios; como también pudo ser en un banco en el pasillo de la universidad, al salir de una clase.

Cualquiera fuera, estabas ahí, con tu dulce aroma y tu cálida presencia.

- ¿Será que nacimos para estar juntos?- me preguntarías en cualquier ocasión. Tu voz grabándose en todos mis sentidos, haciendo que pueda verla como colores que nunca había experimentado, relacionándola a tu olor y asegurando olfatear tu bella voz, sintiéndola bajo las palmas de mi mano, tosca y suave a la vez. Tu voz, tu suavidad, tus ojos brillosos.

- No lo creo- quizá respondí. Y te disgusté, te decepcioné. Otra vez, en diferentes tiempos, en diferentes vidas. Pero tu alma lo sabría.

- Definitivamente- respondí en cambio para verte sonreír.

El destino nos hubiese hecho volver a encontrar cual sea la opción, la decisión.

Y te amaría como nunca pude amar antes, me harías sentir toda la adrenalina que la vida nunca me ofreció. Serías guardado en mi corazón por siempre, grabado con tinta en mi alma. El amor seguiría ahí no importando el año, el lugar, quiénes eramos y quiénes no fuimos.

El amor seguiría ahí para una nueva chance, para otra nueva vida juntos.

Historias cortas y One shots. [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora