Él siempre será para mí el chico que teñía su cabello de rojo, vestía ropa negra y bebía whisky robado con agua gasificada por las siestas.
Más allá de que supe su nombre el segundo día de conocerlo, él siempre será el chico que teñía su cabello de rojo.
Cuando salí con Zayn y Liam a pasear al parque en realidad no esperaba nada de lo que pasó a continuación.
Estuvimos dando vueltas, sin saber qué hacer y bebiendo coca cola, con el estéreo del auto de Liam sonando canciones de mi radio favorita hasta que la monotonía de ir y venir al rededor de parque nos cansó y decidimos caminar, para mi pesar.
Entre risas y Liam diciéndole a Zayn que era un inútil por aquella vez que la policía lo arrestó por responderle mal a un oficial, yo vi por primera vez lo que podría haber sido una completa des ubicación para mí tiempo atrás, siendo ahora algo común; un chico rubio cargando con una botella de whisky y otra con agua gasificada en manos, yendo directo a la casa abandonada en frente del parque.
Si yo en ese momento hubiese apartado la vista del sonriente chico rubio que iba cantando alegremente, quizá me hubiese evitado tanto pesar. Quizá no. Pero la cuestión erradica en Zayn y Liam mirando en la misma dirección que yo y proponiendo, de un instante a otro, con sus tan impulsivas personalidades, el seguir al rubio que ya cruzaba la puerta rota de la casa abandonada para 'ver qué tal', según sus palabras.
Me encontré a mí mismo, con mi gran altura y desordenado andar, caminando junto a mis amigos hacia la gran casa al otro lado de la calle.
Mis amigos improvisaron una gran sorpresa, obviamente fingida, en cuanto entraron a la casa y vieron al rubio mirándoles fijo y confundido.
—¡Pero si al parecer no somos los únicos que usamos la vieja casa de escondite!—fue la excusa, aunque en realidad, nunca andábamos por aquél barrio.
El chico había suavizado su entrecejo en menos de un segundo y levantó la botella de whisky en el aire, dando un grito de, supongo, bienvenida. No hubo más preguntas al respecto y el chico en sólo instantes estaba abrazándonos a todos con gran entusiasmo, como si fuésemos viejos amigos.
—Yo soy Zayn, él es Liam, y el jirafa de aquí es Harry. —nos presentó mi amigo, y aunque mi hubiese gustado quejarme, propinarle un golpe o tan sólo largarle algún insulto ingenioso, yo sólo estuve mordiéndome los labios para no soltar la mandíbula impresionado por chico más lindo que venía bajando las escaleras.
Generalmente mis gustos son complicados, pero puedo asegurar que los pelirrojos no son lo mío, sin importar qué. Pero allí, de pie en una casa abandonada, con un rubio empinándose la botella de whisky y mis amigos animándolo a tomar más; estaba más que embobado con un pelirrojo, por así decirlo.
Era evidente que su cabello estaba teñido y que su voz cantando I'm not in love, (aunque no admitiría abiertamente que la conozco porque yo mismo la canto en la ducha, pero podría decir que mamá la escucha seguido), sonaba perfecta y pegaba de maravillas con su rostro y cuerpo, con la forma de sus ojos traviesos. Y, también, era más que obvio que yo estaba con ojos soñadores aún observándolo, cuando él estuvo abajo, arrebatándole las botellas al rubio.
—¿Amigos nuevos, Niall?—gritonea, el pelirrojo falso, y yo sólo me concentro en dejar de parecer un tonto.
—Seh. —asiente el rubio. —Zayn, Liam y Harry la jirafa.
No puedo evitar sonrojarme en cuanto el pelirrojo me mira, examinándome y me sonríe encantadoramente, y sólo puedo pensar en sus colmillos haciéndose ver y sus ojos ocultándose por la sonrisa. Sin embargo, le sonrío de igual forma y él asiente, extendiéndome primero la botella de whisky.