Llegó hasta la cafetería donde le esperaba Sandra. Era morena con mechas rubias. Ella siempre decía que había sido rubia desde pequeña, como su madre, así que seguir teniendo un recuerdo de ella le hacía sentirse unida aún. Su madre había muerto en un accidente de coche, cuando iban de vacaciones a Disneyland. Las mejores vacaciones, le había dicho. Y de hecho así lo fueron, hasta el viaje de vuelta.
Daniel se acercó a ella y se sentó a su lado. Se dio cuenta de que leía un libro que él ya había visto antes y cuando acabó de leer la página correspondiente se apresuró a hablarle.
-Juan, sírveme lo mismo de siempre, por favor- le dijo Daniel respetuosamente al camarero- Bueno, ¿Y tú qué tal?, ¿ Alguna aventura nueva que me tengas que contar?- le dijo a Sandra.
-¡ Pues sí!- rio la chica- Ayer discutí con mi mejor amiga por un chico, pero supongo que no te interesa. Temas de chicas- resopló.
Mientras servían a Daniel su zumo con croissant, él intentaba oponerse a los comentarios negativos de su amiga.
-¿ Cómo no me va a importar? Todo lo que tenga que ver contigo me importa, ya lo sabes- dijo alegre.
-¿ Entonces te cuento por qué hemos discutido?- dijo entusiasmada.
-Me has dicho que por un chico, pero prefiero saber los detalle. Y date prisa, que tengo latín a primera hora y no me lo quiero perder- rió Daniel sabiendo que fastidiaba a la chica.
-Bueno vale, que chico más aplicado- rio simpáticamente- Pues como te decía, ayer estaba con María,mi mejor amiga, y ha llamado su ex novio Raúl. Resulta que había hablado hacía tiempo con él y habíamos hablado de quedar pero todo después de que ella me hubiera asegurado que ya no le gustaba- esperó a un gesto de afirmación de Daniel y siguió explicando.- Resulta que Raúl le ha dicho que yo quería algo con él y cuando han terminado de hablar me ha empezado a gritar y claro, me he defendido. Espero que sea uno de sus enfados temporales- susurró.
-Seguro que si tonta, las chicas sois muy complicadas, créeme. Por qué te crees que yo no tengo novia?- dijo Daniel.
- Déjame pensar... - dijo Sandra- Ah,¡ Ya se! A lo mejor es porque quieres más a los libros que a tu propio padre- rio esta.
-Pues si me lo váis a poner así de difícil si salgo con alguna chica como vosotras prefiero quedarme como estoy- dijo picándole.
-¡ Boh! Eres más tonto... Vete a tu clase de latín que después no te pone una matrícula en vez del diez- dijo molesta Sandra.
-¡ Qué mala eres eh! Hablamos después fea- dijo Daniel con dulzura.
-Hasta luego enano- le picó.
-¡ Sólo me sacas un año!- se quejó Dani.
-Calla y corre a clase, que después te quejas- rió Sandra mientras Daniel se disponía a salir.
Después de algunas contestaciones con insultos el chico salió de la cafetería, alegre. Esas conversaciones matutinas con su amiga le alegraban la estancia en la universidad. Le caía realmente bien y respecto a lo de las chicas, no había tenido una relación desde hacía tres años, porque se había centrado más en los estudios. Algunos amigos le habían dicho de quedar con alguna chica, pero prefería quedarse en casa a irse de fiesta y desperdiciar una parte de sus neuronas en alcohol y en chicas que no valdrían la pena.
Salir de noche no era lo suyo. Prefería quedar con uno os dos amigos, ir a ver una película, comer algo y volver a casa.
Era distinto y eso le gustaba