-Bien, ¿quién empieza?- preguntó Daniel.
-Yo misma. Lo primero que tengo que decirte es que lo siento.Siento haberme acostado con
Raúl, ya me dijo María que lo sabías- dijo agachando la cabeza.
Daniel no creía lo que estaba escuchando.
-A mi no me ha contado nadie nada- dijo Daniel.
-Me ha mentido, ¿Por qué?- a María le caían lentamente las lágrima por las mejillas.
-Creo que sé por qué ha sido. Ha venido a mi casa- aseguró el chico.
-¿Y qué ha pasado?- preguntó confusa.
-Nos hemos acostado. Lo siento, en serio. Me gustas, muchísimo y te quiero. He sido un
auténtico subnormal y necesito que me perdones.- Daniel estaba perdido. María lloraba.
-Tú también me gustas, ¿Qué hemos hecho?- preguntó abrazándola.
Daniel la abrazaba consolándola. Al final no había ido tan mal. Este es el momento- pensó
el chico.
-Sandra,¿ Quieres salir conmigo?- esperó su respuesta.
-No puedo... - se lamentó su amiga- necesito tiempo para pensar en todo lo que ha pasado,
para pensar en mi misma y para hablar con María, lo siento.
Daniel no podía soportarlo. Nunca había sentido tanto por una chica. Se levantó con el
corazón roto y se fue a su casa. Se acostó temprano, no quería hablar con nadie pero
antes fue a la cocina y se hizo un café.
Allí se encontró a Tomas, que le esperaba sentado tomándose un sándwich.
Daniel se descargó con él, lloró, le contó por todo lo que había pasado y le pidió consejo.
-Creo que lo que tienes que hacer ahora es pensar en si de verdad tendrías un futuro con
Sandra y si la quieres tanto como dices, si darías todo por ella- dijo Tomas
tranquilizándole.
-Joder, no me resuelves ninguna duda, sigo como antes- aseguró Daniel frustrado.
-Creo que deberías dormir Daniel. Estás mal y lo siento pero no puedes pagarlo con otras
personas, entiéndelo.- Tomas estaba serio, no le gustaba ver a su amigo así.
Dani cogió la taza de café y se fue a su habitación. Llamó a su padre, quería oír su voz.
Pero como siempre, estaba el contestador. No se sentía querido por su familia en esos
momentos. Solo por su hermana pequeña, que se preocupaba por sus notas y por su
estancia en el instituto. Quería verla y pasar un verano alejado de chicas y estrés.
Se durmió tranquilo, el café le relajaba. Había sido un día muy largo. Antes de dormirse
vio el móvil. Tenía un mensaje de María.
-Gracias por haberme hecho la chica más feliz del mundo esta tarde. No se si estarás ya
durmiendo, porque tu eres un poco marmota, jajaja. Bueno, a ver si nos podemos ver
mañana un rato. Te quiero, buenas noches.
A Daniel le habían alegrado la noche, pero ese mensaje también hizo que sus sentimientos
se confundieran aún más. A la mañana siguiente quedaría con María para hablar sobre
todo lo que había pasado.
-Buenas noches princesa, te quiero.- le respondió.Y se quedó dormido con el móvil en el pecho.