Se había pasado todo el día con María y se había olvidado de llamar a Sandra.
-Sandra,¿ Estás despierta?- dijo Daniel cuando su amiga cogió el teléfono.
-Son sólo las 9, claro- rió esta.
-Mañana nos vemos en clase. Tengo que contarte algo- parecía decidido.
-Está bien- respondió Sandra- hasta mañana entonces. Te quiero
-Te quiero- dijo Daniel.
En ese momento todo lo que había pensado se desmoronó. Que injusto es el corazón humano a veces que no puede querer a una sola persona y te obliga a decidir.
-Salgo con María- pensó en voz alta. Nada estaba claro en su cabeza. Sólo sabía que María no le había fallado ni le había engañado con nadie de momento y Sandra se había acostado con Raúl.
Todos cometemos fallos, todos cometemos fallos, todos cometemos fallos- se repitió tres veces a sí mismo.
Sólo quería dormir pero antes ensayó lo que diría a su amiga al día siguiente. Se puso delante del espejo y, decidido, empezó a establecer un diálogo consigo mismo pensando que era ella la que estaba delante.
-Hola Sandra.
-Hola Daniel, ¿Qué tal el día?
-Bien, eh... Salgo con María.
Daniel se dio un golpe. No podía decir eso. Demasiado directo- pensó el chico- probemos otra vez.
-Sandra, ¿Qué tal todo?
-Muy bien, ¿Y tú?
-Bueno, de eso quería hablarte. Estoy genial porque...
Así tampoco joder- gritó Daniel- más sensibilidad. ¿Cómo voy a estar genial si antes de ayer le dije que me gustaba ella y al día siguiente salgo con su mejor amiga?- el chico se estaba estresando.
-Esto es muy difícil, hostia.- Daniel se sentó en la cama con las manos aplastandole la cabeza. Fue al baño y se lavó la cara.
Mañana se lo diría, sin ensayos. No se puede establecer una conversación entre dos personas porque nadie está en la cabeza de nadie y no puedes saber qué dirá.
Se puso el pijama, ya de ducharía mañana. Puso el despertador para las 7, como todos los días pero antes comprobó que tenía pilas, aún iba a llegar tarde.
Se durmió pensando en todo. Su madre le hubiera ayudado en esos momentos y él lo sabía. Lo que no sabía era que Sandra también tenía novio y que había hecho el mismo numerito delante del espejo minutos antes.
Cada uno fue por su lado. Él por la izquierda y ella por la derecha, pero no saben que el mundo es redondo y se encontrarán de nuevo.
De momento sólo podían hablar y seguir cada uno con su relación. Se durmieron profundamente pensando en la conversación que tendrían al día siguiente mientras al otro lado de la ciudad Tomas era llevado al hospital.