Sesenta y Dos.

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Miro de Adrián a Amaro ninguno se despega la vista ni por un segundo.

—Lo siento —le digo a Amaro, éste deja de mirar a Adrián y asiente.

Tomo la mano a Adrián cruzando nuestros dedos y le hago una señal con la cabeza a Claudia para que nos vayamos.

Al llegar vamos a los arbustos de moras y empezamos a sacarlas y a comerlas, recuerdo que hace un tiempo no las comía si no estaban lavadas. Ahora eso ya no importaba, simplemente sacamos las moras y las echamos directo a nuestras bocas.

Es entonces cuando me doy cuenta de que le tomé la mano a Adrián y él no la ha soltado.

Automáticamente sonrío y termino de comer la mora que hay en mi boca.

Antigua nota:

¡Un saludo para: @SaloRodriguez0! Muchas gracias por todo el apoyo que le das a esta historia, te lo agradezco con todo mi corazón.

Moras #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora