Cincuenta y Cuatro.

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Cuando Adrián aparece en mi habitación sé que de verdad quiere hablar conmigo, así que me trago todo el orgullo y no me opongo a que éste en el cuarto.

Me siento en el borde de la cama y él hace gestos para que le pase una hoja y un lápiz pienso en cuanto se demorará en escribir y me sorprendo cuando me devuelve la hoja segundos después de habérsela entregado.

"¿Quieres dar un paseo?" leo en el papel, dudo, pero luego asiento suavemente.

Él sale y yo lo sigo.

Moras #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora