La mataste y yo te destruiré [Terminada]

3. ¡Feliz cumpleaños All!

13 de marzo, 2014.

—Allison, no muevas el arma —murmura Will, yo asiento, pero los nervios no me dejan—. Vamos chica, deja de tiritar yo sé que puedes.

—Creo que confías demasiado en mí, Will.

—No confió en muchas personas, chica. Ahora mira un punto fijo y dispara —me alienta, yo vuelvo a asentir. Cierro mis ojos y disparo, siento mi cuerpo estremecerse—. Fallaste, pero con el tiempo mejoraras. Nunca cierres los ojos, Allison.

Es su cumpleaños, lo que significa que en dos días más, es el mío.

«Feliz cumpleaños mamá» Incluso en mi mente suena raro decir mamá.

—Señorita Morgan, podría decirme el resultado de esa ecuación —pregunta mi profesor, observo el pizarrón de manera distraída—. ¿Sabe o no sabe?

Bajo la mirada a mi cuaderno y levanto la mirada.

—Dos raíz de dos —respondo, él asiente.

—Ponga atención y va para todos —amenaza y escucho suspiros exagerados de la clase.

—Profesor no entiendo —murmura una voz conocida, suspiro. El profesor se voltea y observa al rubio de la última fila.

—Evans, esto es un milagro. Entro a clases —el profesor finge estar sorprendido, algunos ríen—. Pero vamos al grano si usted entrara a todas mis clases le aseguro que entendería.

—Lo sé, pero podría por favor explicarme esa mier- Digo, ¿cómo saco lo último que dijo Allison?

Comienzo a sentirme muy observada.

El profesor vuelve a explicarle y yo vuelvo a lo mío, esta vez no tengo a Theo a mi lado, sino al ser más idiota, Fred Astorga.

—Te aseguro que una foto dura más —digo frustrada, este chico no ha quitado su mirada de mí.

—¡Milagro! Entonces ¿puedo tomarte una foto? —pregunta sacando su celular, le frunzo el ceño.

—Atrévete —lo reto, él sonríe, pero quita su sonrisa al observar una presencia a su lado.

—¿Qué quieres Evans? —pregunta Fred al rubio sonriente.

—Astorga quiero que muevas tu culo de mi nuevo puesto —responde Luke. William, nuestro profesor nos observa y toda la clase también.

—¿Podrían cambiarse rápido? Estoy perdiendo tiempo y si no alcanzo a darles la explicación no los dejaré salir —amenaza William, pobre hombre se nota estresado.

Observo a Fred ponerse de pie y guiñarme un ojo, le muestro mi dedo corazón, él suelta una risa. El rubio se sienta y se dispone a tomar atención.

Frunzo mi ceño. ¿Desde cuándo este chico es tan silencioso y además toma atención?

—¿Oye, princesa cómo llegaste a ese resultado? —pregunta Luke, bufo—. Me siento frustrado.

—¿Cuántas veces tengo que decirte que no me digas princesa? —le pregunto irritada.

—Me he acostumbrado —murmura restándole importancia—. Ahora no seas tan mala y dime como mierda llegaste al resultado —pregunta, suspiro y saco su cuaderno.

—Aprende a ser ordenado idiota, no entiendo nada —me quejo, veo números por toda la hoja

—Ah, es eso último —señala acercándose a mí—. Uhm... hueles bien princesa —lo golpeo.