Tengo tantas cosas que hacer. He llamado constantemente a Andy para ver la situación del estudio. Ha mejorado ligeramente. Sin embargo, aún tengo una deuda con Jacqui Rice, ya que ella debe recibir el 25% de las ganancias de la disquera y yo no he podido cubrir las deudas que dejo Laurence, hubiera preferido que me dejara sin nada.
Alex debe de dormir lo suficiente para resistir la carga de trabajo. Le preparé el desayuno, terminé de arreglarme para dejarle una nota e irme al estudio para ver la situación económica.
La nota decía lo siguiente:
"Querido Alex:
Tuve que salir de emergencia hacia la disquera, Jacqui no tardará en pedirme su parte de los ingresos y necesito llegar a un acuerdo con ella.
Cuando termine de salir de la junta, te llamaré en seguida para ir al prostíbulo y atender la primera reservación.
Si tienes hambre, dejé comida en el refrigerador. Necesitaré ir de compras, pero eso lo puedo hacer saliendo de la reunión.
Te amo Alex. No te preocupes por mí, tú solo relájate y descansa lo suficiente.
Tuya, Elinor."
Antes de irme besé a Alex en la frente y alboroté un poco su cabello, él solo se movió un poco de la cama y sonrió.
Llegué a la disquera. Estaba distraída cuando choqué con Bob y se regaron mis documentos, estaba apurada levantando y ordenando los papeles. Bob hacia lo mismo, pero al levantarnos terminamos chocando nuestras cabezas.
―Lo siento, Eli. ¿Vas hacia la junta?
―Sí, aunque ando un poco preocupada por la situación con Jacqui y la disquera. No quiero hacer recorte de personal. Sé lo mucho que la gente necesita este empleo.
―Tranquila, todo saldrá bien. ¿Quieres que te prepare un café?
―Sí, por favor. Necesito estar más atenta.
―Aún falta media hora para la reunión, ¿Por qué llegaste antes?
―Quería ver mi primer puesto para la nostalgia.
Veía la recepción y como la chica que atendía era mucho más linda y carismática para el puesto. No sé porque, pero siempre me siento incompetente para todo. Desde niña a mi mamá le parecía reprobable todo lo que hacía y mi padre, ni se diga. Estar con Laurence era como estar con mis padres. Tal vez por eso lo llegué a querer, me recordaba a mi hogar y a mis padres.
―¿Estás bien, Eli?
―Sí, es solo que hay tantos recuerdos desde que llegué aquí, Bob.
―Lo sé, eres como una matrioska.
―¿Por qué la comparación?
―Nunca dejas de sorprenderme. Digo, sorprendernos.
―Eres muy amable, Bob.
Noté a Bob algo sonrojado. Me imagino que debe ser por el ambiente tan cálido de la disquera.
―Preparas de forma exquisita el café.
―Gracias Elinor. Faltan cinco minutos para la reunión, llevaré tu taza al comedor.
―Oh, no es necesario, yo puedo llevarla.
Bob colocó su mano sobre la mía y me miró fijamente a los ojos. Aparté la mirada en seguida.
―De acuerdo, solo por esta ocasión.
Sonreí y Bob regresó en seguida para acompañarme a la junta.
―Todo saldrá bien, Eli.
Sostuvo mi mano por unos diez segundos y me sonrió con sus mejillas rosadas. Bob es la clase de amigo que te tranquiliza en momentos difíciles. Es a quién le tengo confianza a la hora de tener problemas.
Entramos a la sala y quedé frente a frente con Jacqui. Sentí su mirada retadora, pero Bob me tranquilizó colocando su mano sobre la mía. Los abogados recitaron sus artículos, escuchaba atentamente cada palabra del testamento, Laurence declaro que no leería el testamento completo sino por partes. Son cuatro hojas. La lectura de esta es cada dos semanas y apenas vamos en la segunda.
Para mi sorpresa, Jacqui Rice tendrá que trabajar tres veces a la semana en la disquera para poder mantener su parte de la herencia o podía renunciar a ella sin recibir nada más que la casa.
―¿Qué? Yo no voy a trabajar para la señora Blake.
―Tranquila, ya sabes la condición que ha dejado Laurence. Tómalo o déjalo. Si quieres, te puedo enseñar cómo funciona el sello discográfico.
―¡No! Prefiero que alguno de tus estúpidos empleados me ayude antes que tú.
―¡No los llames así! Esas personas tienen una vida mucho más productiva que la tuya.
―Señoritas, mantengan el orden por favor.
Me volví a sentar por órdenes del juez, pero Jacqui ya me estaba volviendo loca. No soporto que alguien llegue a ofender a mis compañeros de trabajo y mucho menos sin saber sobre los gajes del oficio.
―Gracias por defendernos, Elinor. Laurence jamás lo hubiera hecho. Tal vez con nosotros sí, por ser los artistas principales de la disquera, pero con el resto no.
―No hay nada que agradecer. Sabes lo mucho que aprecio a esta gente.
―Y por eso te quie... te queremos.
―Yo también te quiero, Bob. Gracias por ser mi amigo.
Mientras atendía lo que decían, noté a Bob algo pensativo.
"Elinor... eres tan linda que no extraña que Alex esté enamorado de ti, ¿Cómo es que me das una chispa de esperanza al querer conquistarte? Siempre estás fuera de mi alcance, ¿Por qué Elinor? Primero mi jefe y luego mi mejor amigo. Te amo, pero no entiendo por qué. Ahora tengo la oportunidad, pero no te gustará la forma en la que te voy a tener y todo por la culpa de Helen..."
La junta terminó. Me despedí formalmente de cada persona en la sala de juntas, incluso del abogado de Laurence. Tenía que llamar a Alex para saber cómo se encuentra e ir de compras.
―Tengo que llamar a Alex.
―Y yo tengo que llamarle a mi madre, para decirle que me llevaré a Alvy el día de hoy.
―Aww, salúdame a Beatrice. Tiene años que no la veo, ¿Cómo se encuentra?
―Mi mamá está bien, aunque a veces la extraño...
―Me imagino. Lo mismo me pasó cuando me corrieron de la casa.
―¿Tus padres jamás te volvieron a hablar?
―No, pero realmente no me importa, porque nunca me criaron realmente.
Sonreí un poco, aunque en realidad el tema de mis padres me destroza bastante. A Bob siempre lo ha querido su madre y él ha sabido responder ese cariño. Por esas cosas, yo lo admiro mucho.
Hice la llamada a Lexy, luego de despedirme de Bob.
―Tengo que irme, muchas gracias por acompañarme en la junta. Eres un gran amigo.
Abracé a Bob y él hizo lo mismo.
―No hay nada que debas agradecer, sabes que siempre vas a contar conmigo, aun cuando no estés con Alex.
Lo último que dijo me desconcertó un poco, pero tengo otras cosas que pensar.
Me dirigí hacia un minisúper cerca del departamento. Compré todo lo de consumo alimenticio. Caminaba tranquilamente tarareando Spanish Flea. De repente, sentí una mirada profunda. Busqué en los anaqueles, pero no vi nada.
Terminé mis compras y me fui al departamento.
"Prepárate para sufrir, perra. Nadie me quita lo que es mío."
Pensó Helen observando los tacones de Elinor irse de la tienda.
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Franz of Pleasure
FanfictionElinor Blake tiene un prostíbulo con celebridades distintas, pero su mayor fuente de dinero de esta excéntrica mujer, son los integrantes de Franz Ferdinand. Tiene mejores servicios e instalaciones que la competencia, para más información solo llama...