Me estaba terminando de rizar el cabello para salir a cenar con Alex. Ya no faltaba mucho para las 11:00 pm.
Escuché que abrían la puerta y abrieron el closet. Me coloqué rápidamente el labial y salí del baño.
―Lexy, ¿eres tú?
Nadie contestó. Tomé una sombrilla con la punta algo picuda que era cortesía del hotel y volví a lanzar otra pregunta al aire.
―¿Quién eres? Me estás asustando.
Solo se escuchó una risa. Fui abriendo el ropero lentamente y no vi a nadie en ese lado del closet.
Tomé un respiro profundo. Fui al baño por mi bolso para salir corriendo a buscar a Kapranos, pero cerraron violentamente la puerta y quedé frente a frente con Helen.
―He estado esperando tanto éste momento.
―¿Cómo nos encontraste? Déjame salir, Helen.
―Eso es lo de menos, querida. Tú y yo tenemos que hablar.
Intenté quitarle el seguro a la puerta, pero Helen sacó una navaja y la puso cerca de mi cuello.
―Siéntate en el inodoro y sin decir ni una sola palabra, Marie Elinor Austen Blake.
Me senté sin poner resistencia. Helen me miraba fijamente, hasta que decidió hablar.
―Eres tan obediente, Eli. Podría matarte en este momento y no pondrías resistencia. No estoy diciendo que lo vaya hacer, pero sí que existen las posibilidades. ¿Tienes preguntas?
―¿Dónde está Alex? ¿Dónde está Bob? ¿Qué haces aquí? ¿Por qué...
―Alex está muerto para mí y Bob está muerto en vida, porque lo dejaste en el día de su boda. Ya hasta el pobre se quiere suicidar, no eres diferente a mí, maldita mustia.
―Bob me engañó...
―Y tú le seguiste el juego pagando con la misma moneda. No eres tan buena como todos piensan. ¿Sabes? No quiero matarte, ni torturarte, eres demasiado encantadora que no me perdonaría el herir a la persona que tanto ama mi Lexy.
―¿Entonces? ¿Por qué me tienes así? ¿No puedes dialogar como las personas normales?
―Eli, yo no soy normal. Siempre he estado loca, querida. Ahora si me voy a poner seria, perdóname.
Helen soltó la navaja dejándola caer en la basura. Varias lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. Estaba anonadada por lo que acababa de decir Helen, esperaba cualquier otra cosa menos aquella palabra recién pronunciada por ella.
―¡Qué! ¿Qué debo perdonarte?
―Perdóname por todo lo que te he hecho y deseado durante todos estos años. ¿Sabes? siempre te he tenido envidia, porque has tenido una vida mucho peor que la mía y a pesar de eso sales adelante. Además de que siempre te terminas ganando el cariño de todos, cosa que yo nunca he logrado, ni con todo el dinero del mundo. Después de mucho tiempo, me di cuenta de lo feliz que haces a Lexy y como por mi egoísmo nadie era realmente feliz. Yo soy tu villana, pero tú eres la razón por la que me alejo.
―No sé qué decirte, estoy demasiado confundida, ¿Por qué hiciste todo esto? Pudiste haberme hablado como una persona civilizada.
―Ibas a terminar huyendo del lugar. Jamás me hubieras dado la oportunidad de hablar contigo a solas y no podría decirte realmente lo que siento. Tal vez la situación se salió de control. Si lo deseas, puedes golpearme o denunciarme con la policía. Lo tengo bien merecido.
―Ya deberíamos salir de aquí, no quiero preocupar más a Kapranos. Quedé en cenar con él.
―Déjame ayudarte a colocar tu peineta, Eli. Ahora que lo pienso, eres justo lo que Alex imagina como su chica ideal. A mí me faltó estatura y humildad.
―Vamos Helen, si controlas tu carácter de los mil demonios, conseguirás alguien que te amé tanto como Alex alguna vez lo hizo.
―De hecho, ya lo tengo.
Helen se sonrojó y agachó la mirada, sosteniendo una pequeña sonrisa.
―¿Ah sí? ¿Y quién es el desgra... afortunado?
―¡Hey! Sí te escuché, pero ¿prometes no enojarte?
Me dio un codazo y siguió colocando rubor en mis mejillas.
―No me voy a molestar.
―Es... Tu ex... prometido.
Me quedé en shock como un minuto y luego reaccioné de forma brusca.
―¿Bo... Bo... Bob?
―Así es.
Helen se estuvo a punto de echar a correr hasta que la sujete de su muñeca.
―Helen.
―¿Si?
―Me parece perfecto que se den una oportunidad, sería un gran comienzo para los dos. Les deseo lo mejor.
―No entiendo porque eres tan buena, Eli.
―No preguntes, antes agradece que no te golpeé como en mis viejos tiempos.
―¿Eras muy ruda?
―Demasiado. Bueno, ahora sí, salgamos de la habitación.
La tomé de la mano y salimos del cuarto. Vi a Alex arreglado para la cena y corrí a abrazarlo. Él me recibió con los brazos extendidos y me dio una vuelta mientras me cargaba.
―¿Te hizo daño?
―No, aunque me asustó al principio.
―¿Fingió un secuestro?
―Sí, ¿cómo lo sabes?
―Me hizo la misma broma en nuestro aniversario. Desde entonces, comencé a enterarme de todos sus problemas. Pero por ahora, vamos a cenar y disfrutar de nuestra comida.
Ambos nos sonreímos y nos besamos sin pensarlo.
A lo lejos, vi a Helen hablando con Bob.
―¿Al fin son amigas?
―Sí, creí que me golpearía por una broma que le hice.
―¿Qué le hiciste, Drew?
―Le hice pensar que la iba secuestrar y matar. Perdón, es que lo tomé como rito para despedirme de mi maldad. Además, no se lo tomó tan mal, mírala, se ve muy feliz con Alex.
―Eres tremenda, Drew. ¿Por qué pensó que la ibas a matar?
―Saqué una navaja cuando iba a huir de mí.
―Te voy a llevar al psicólogo cuanto antes.
―Prometo ir a mis citas puntuales y llevar a cabo mi terapia. No quiero que tengas a una novia desquiciada.
―Tal vez yo tampoco esté sano mentalmente, porque así me enamoraste.
―Siento que no te merezco, y no digas tal mentira, eres todo lo contrario a mí.
―Los opuestos se atraen, Helen.
Los dos se dieron un picorete y se dirigieron a nosotros...
...Todo lo que pasó después parecía sacado de una película pero lo disfrutaba.
Después de muchos años, pude tener lo que quería. Una vida estable, donde dejaron de existir los prejuicios hacia mi persona. Regresé a vivir con Alex y terminamos remodelando casi en su totalidad el departamento. Bob y Helen empezaron a vivir juntos. Sobre Helen, después de sus terapias me invita a tomar un café o paseamos por el centro de la ciudad. Jamás creí que tuviéramos cosas en común. Incluso está realizando el guión de una película, aunque no ha querido decirme de qué trata.
Ya no puedo escribir más. Las páginas de mi diario se acabaron en tan poco tiempo. Además, Alex está abriendo la puerta y no quiero que lea mis cursilerías, al menos no por ahora...
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Franz of Pleasure
Fiksi PenggemarElinor Blake tiene un prostíbulo con celebridades distintas, pero su mayor fuente de dinero de esta excéntrica mujer, son los integrantes de Franz Ferdinand. Tiene mejores servicios e instalaciones que la competencia, para más información solo llama...