"La que no es tuya, Elinor."

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Alex despertó en la cama abrazado por Helen.

―Mierda.

La mujer abrió los ojos y besó su mejilla.

―Estuvo buena la reconciliación, mi Lexy.

―Espera, ¿estás insinuando que tú y yo?

―Así es, toda la noche estuviste diciendo lo mucho que me extrañaste.

―¿Dónde está Elinor?

―Eso es lo que menos importa. Ahora tú y yo estamos comprometidos de nuevo. Mira.

Helen mostró un anillo de compromiso en su mano y Alex tenía uno también.

―Tengo que hablar con Elinor.

Ambos se vistieron rápidamente y se fueron hacia el departamento.
En la mesa de la cocina había un plato de la sopa favorita de Alex y la camisa que le había prestado a Elinor los primeros días.

"No me molesta que estés con Helen, solo no hubieras jugado con mis sentimientos.
Como sea. Gracias por tu ayuda y los buenos momentos que pasamos juntos.

La que no es tuya, Elinor."

―Ella ya sabe sobre nuestro compromiso, pero ¿sabes qué es gracioso? Que crea en los cuentos baratos. Todo el tiempo se supo que terminaríamos juntos, Lexy.

―¡Cállate!

Alex hizo la llamada y al primer tono Eli respondió.

―¿Qué quieres? ¿Pedirme que sea madrina de tu boda?

―Escucha, yo no sé lo que sucedió.

―¿Cómo te atreves a negar lo que hiciste!

―No lo niego, pero tampoco sé cómo ocurrieron los hechos.

―¿No lo sabes? ¡Yo te diré lo que pasó! Terminaste con Helen, estabas muy afectado por ello. Mi esposo murió, me ofreciste tu techo, descubrimos que habían sentimientos mutuos desde hace tiempo. Callamos a más de una persona que decía que no funciona lo nuestro porque tú no superas tus problemas, y mira, tuvieron razón. Lo único que quiero es tener una relación meramente profesional contigo. Hubieras sido sincero desde un principio para divertirme también.

―Esto no es lo que tú crees.

―No quiero escucharte, con lo que vi fue suficiente.

Se cortó la llamada y Helen se sentó a su lado.

―Ella tampoco es inocente. Mira esto.

Mostró la foto de Bob y Elinor en el elevador.

―Solo lo acompaña a un elevador, ella no ha tenido sexo con él y yo...

―Esa mujer ni te quiere, solo te usó así como tú la usaste.

―¿Tú que vas a saber? ¡Lárgate!

―Te lo puedo demostrar, solo déjame llevarte al departamento.

―¡No!

―Si hago esto es porque te amo y no me gusta ver que jueguen con tus sentimientos. Mira, te propongo algo, si es falso lo que digo, dejo de molestarte. Si resulta cierto, volveremos a estar juntos. ¿De acuerdo?

Franz of PleasureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora