El lunes por la mañana, Frank se encontraba caminando a través de la escuela con la cabeza gacha, intentando ser invisible. Siempre se había sentido resentido de la escuela y tenía un montón de razones. El factor número uno era probablemente que todos eran falsos y chismosos; y Frank estaba bastante seguro de que jamás encontraría en su vida tanta gente falsa como lo haría en sus años escolares.
Un grupo era peor que otro; los deportistas, los fumadores de tabaco, las chicas chismosas... Y la lista seguía. Ahora tenía una razón más para resentir la escuela, pues se había acostado con el inadaptado hermano mayor de Mikey. Los rumores viajaban rápido, como un tren de carga a alta velocidad, pero por lo menos aquellos primeros minutos de la mañana nadie sabía lo que había sucedido la noche de la fiesta.
Hasta ahora, todo iba bien.
Sin embargo, eso no le impidió volverse extremadamente paranoico. Cada vez que oía risitas se sobresaltaba y sus latidos se incrementaban. En aquel momento, estaba mirando con los ojos bien abiertos a un grupo de chicas que reían de algo y aunque sabía que probablemente no era sobre él, no podía calmarse. Negó con la cabeza y aceleró el paso por los pasillos.
— ¡Frank!
Frank pego un grito poco masculino y se giró sobre sus talones con los ojos aún más amplios que antes, lo que seguramente le hacía lucir como un ciervo encandilado por la luz de un auto. Suspiró de alivio al ver que solo se trataba de Mikey y Ray. No sabía lo que había estado esperando, pero realmente necesitaba calmarse de una buena vez antes que sufriera un maldito infarto.
— Hey, hola chicos —trató de sonreír.
— ¿Por qué el grito? No somos asesinos seriales —dijo Mikey, con el ceño fruncido.
— Solo... Estaba pensado en otras cosas, es todo.
—Por lo tanto, ¿no pasó nada cuando te quedaste en la fiesta? —preguntó Ray despreocupadamente mientras empujaba algunos libros en su casillero. A pesar de que el rizado estaba actuando como si no supiera nada, probablemente lo sabía todo. Siendo novio de Mikey, ese idiota probablemente ya le había contado todo lo que vio el sábado.
— Uh n-nada —Frank se encogió de hombros, tratando de imitar el tono indiferente de Ray, pero el rizado solo sonrió. Mierda, ya sabía.
— Hmm... mis fuentes secretas me han dicho otra cosa —sonrió Ray con picardía mientras ahora se abrían camino hacia el casillero de Frank. Frank rodó los ojos y le dedicó a Mikey una mirada en tipo: ¿En serio?
— ¡¿Qué querías que hiciera?! —se defendió el de lentes— Ponte en mi situación, no pude quedarme callado mucho tiempo. Tenía que contarle.
— ¡Dinos de una vez a quién te follaste el sábado por la noche! —exclamó Ray, tan alto que literalmente los ojos de todos los presentes en el pasillo se volvieron hacia él, Frank se ruborizó como nunca lo había hecho en su vida.
— ¡Cierra la boca, Raymond! —siseó por lo bajo— No pienso decirles.
— ¿Porque no? Somos tus amigos.
— Lo sé, pero es personal. Además no quiero que nadie se entere y si me atrevo a decírselo a ustedes toda la escuela se enterara.
— ¿Fue Jamia? —el rizado levantó una ceja curiosa.
— No —bramó. Estaba harto que todos pensarán que había sido Jamia. Ahora veía las consecuencias de hablar todo el tiempo de ella.
— Yo creo firmemente que fue Jamia y el muy maldito no nos quiero decir —sonrió Mikey— No puedes guardar secretos de nosotros, querido Frankie. Tarde o temprano sabremos quien fue.
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Mikey's Creepy Older Brother ↠ Frerard
Romance"It feels like as if somebody was gripping my throat and squeezing. Sometimes I see people that I love dying and I can't... I can't ever wake up." Al asistir a una fiesta en la casa de su mejor amigo, Frank jamás imaginó que terminaría en la cama co...