Mikey's Creepy Older Brother ↠ Frerard

Headaches

El club se encontraba realmente lleno esa noche, incluso aún más que de costumbre. Frank tuvo que hacer un esfuerzo para no perderse entre el océano de gente y seguir el paso a sus amigos, pues con su estatura sería algo sumamente sencillo. Le había sucedido algo similar durante un concierto, un hecho del cual generalmente evitaba hablar, hecho que Mikey y Ray habían y aún utilizaban como base de sus bromas para fastidiarlo. No era precisamente uno de sus recuerdos favoritos el haber tenido que ir al puesto de perdido y encontrado y pedir que llamaran a sus amigos por el altavoz porque no podía encontrarlos. Fue una experiencia horrible.

Gerard iba aferrado a su brazo y lo sujetaba con tal fuerza que toda la sangre había abandonado su extremidad y ya casi no lo sentía, así que podría decirse que vitoreó cuando finalmente llegaron a una de las mesas y tomaron asiento.

— Me alegra ver que está vez no te has perdido, Frankie —murmuró Mikey con una enorme sonrisa.

Frank rodó los ojos, lo había visto venir. En cada salida con sus torpes amigos le recordaban el odioso accidente del concierto siempre que tuvieran oportunidad. Era casi como una tradición que él detestaba, en gran parte porque le avergonzaba.

— Búrlate de mi todo lo que quieras, Mikey. Pero recuerda que yo no fui quien abandonó a su amigo para ir a tener sexo en los baños.

— Oye, en nuestra defensa ambos estábamos muy calientes esa noche —respondió el de lentes, con su usual soberbia— Además, ¿cómo se suponía que supiéramos que te asustarías y nos harías llamar por el altavoz?

— No me asuste, el lugar era muy grande y no podía encontrarlos entre la multitud. Es todo —espetó Frank.

— Sí, claro —rió Mikey— Tú sigue pensando eso.

Frank quería decir más, pero decidió que no valía pena discutir con Mikey sobre ello y que sería mejor olvidarlo, después de todo Gerard estaba allí y suficiente vergüenza había pasado ante él con su madre, aunque la anécdota del concierto pareció divertirlo.

Los tres ordenaron unas cervezas mientras que Gerard una gaseosa; beber alcohol no sería lo más inteligente para hacer cuando te encuentras medicado, y al parecer, lo sabía bastante bien. En algún momento, Mikey y Ray decidieron acercase al escenario para oír una de las bandas que tocaban y ambos quedaron solos en la mesa. Frank podía ver la incomodidad de Gerard y su reticencia por estar allí, lo que le llevó a considerar que tal vez no había sido una buena idea hacer que viniera. Tal vez era muy pronto.

— Es una buena banda, ¿no te parece? —comentó monótamente Frank, con el único fin de romper el silencio que se había establecido desde hacia algún tiempo.

Gerard parecía estar algo metido en sus propios pensamientos, así que tardó un poco en responder al darse cuenta de que le estaba hablando. Sonrió a duras penas.

— Lo es, aunque he visto mejores.

Más silencio. En ese momento parecían una pareja de desconocidos que no sabían cómo iniciar una conversación. No sabía que había causado el cambio tan repentino en su actitud, pues esa tarde parecía estar bien. Era casi como si hubieran vuelto a las primeras etapas en la cuales no sabían como hablarse.

— ¿Quieres otra gaseosa? —preguntó Frank. Su botella de cerveza estaba vacía y notó que la de Gerard también.

— Hmm... sí, por favor —murmuró— Yo iré al baño mientras tanto.

Frank asintió, y mientras fue por las bebidas, Gerard se abrió paso entre el tumulto de personas para llegar al baño. Como todos los baños de ese tipo de clubes, no era uno muy limpio y probablemente no era aseado correctamente casi nunca. La luz blanca hacia que las manchas en las paredes y pisos de baldosas se hicieran notar con bastante lucidez. Se acercó al lavabo y enjuagó su rostro con agua fría; una, dos veces.