La preocupación de Tomelilla

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Bueno, como le dije a Tomelilla, Deflor y yo vamos a escribir cada una un diario para documentar cada día que pasa en el pueblo de Fairy Oak.
Así que habrá capítulos que ella cuente, describiéndolos desde su punto d vista.
Dicho esto, ahora dejaré que ella hable.

Bueno pues al día siguiente, cuando el sol asomaba por el horizonte, Celinda se levantó de un salto, me saludó y se puso frente al espejo.
Se peinó su larga melena rubia, se la recogió a un lado con una gruesa trenza, y se la adornó con flores de colores.
De repente, alguien la llamó.
Era Violet desde la ventana.

-¡Celi! ¿bajas ya?
-¡Si, espera que tengo que desayunar!
La niña bajó y vio a su padre y a su madre hacer tostadas con mermelada de rosas.
-Buenos días .
-Hola Celi, ¿Has dormido bien?
-Sí- la niña dibujó en su cara una radiante sonrisa.
Cuando terminaron de desayunar, la niña se fue al colegio acompañada de sus primos.
-¿Qué piensas hacer hoy Celi?
-Iré al bosque con Aren a recoger bayas...
Violet sonrió pícaramente y le dio un codazo a su prima sin que Alhelí se enterase.
Celi se puso colorada.
-¿Entonces te puedo acompañar?
-Está bien
-Yo no puedo porque he quedado con Jack para ir a cazar ranas al estanque.
-Vale,¿pues entonces quedamos sólo tu y yo en el bosque?
-Está bien ¿Después de comer?
-Si, cuando termine los deberes te llamo desde la ventana y nos bajamos.
-Vale.

La jornada escolar pasó lentamente sin ninguna novedad. Mientras pasaban las horas, estuve con Celi en clase y con Felí y los gemelos hasta que llegó el recreo estando yo sentada a la rama del almendro comiendo sus frutos.
Estaba contemplando a una mamá golondrina alimentar a sus pequeños cuando noté que algo no iba bien.
Mis antenas notaban una extraña presencia en el aire.
De repente volví a mirar a la golondrina y vi un extraño hombrecillo bajando de su lomo.
Un segundo después recordé que el duende niñero estaba antes de la entrada al colegio sentado sobre Roble y Felí se acercó a él para saludarle y para presentármelo.

Lo observé durante unos segundos y vi que cerraba los ojos durante un rato y alzaba algo sus largas y puntiagudas orejas.
Cuando los abrió, saltó hasta mi rama, y una extraña sensación cruzó mi pecho.
-Hola Deflor, ¿Puedo preguntarte algo?
-Cla...claro...
-¿Tus antenas notan algo extraño en el aire?
-Si-si... Pero no sé por qué...
El duende se sentó y miró al suelo pensativo.
-Tengo la sensación de que algo está a punto de suceder, algo que cambiará...
No terminó la frase, pero supe lo que quiso decir.
Además noté un escalofrío en cuanto lo mencionó.
Decidí decírselo a Felí.

-Discúlpame un momento.
Fui volando a toda velocidad hacia donde ella estaba.
-Felí
-Ah, Deflor, ¿Necesitas algo?
-Sí, es decir, no, sólo decirte...¿Has notado algo raro en el hambiente?
-Pues ahora que lo dices... Sí, pero ¿por qué crees que es?
-Rom me ha dicho que cree que algo está a punto de cambiar, y se le notaba preocupado.
-No te preocupes, cuando terminen las clases iremos a preguntar a Tomelilla.
(Habla Felí)
La verdad es que yo también estaba preocupada cuando lo dijiste y veía a los animales muy nerviosos.
Antes vi que el perro de Mc Mike, el viejo Mordillo se puso a ladrar a la nada de manera agresiva, y el pobre hombre no supo pararlo.
(Habla Deflor)
¿En serio? Bueno, ambas sabíamos que algo ocurría y cuando terminó la jornada fuimos a la casa de Dalia, Cícero y Tomelilla en busca de respuestas.
Los niños hacía un rato que se habían ido al bosque acompañados de Rom, ya que le pillaba de camino a casa.
Cuando llegamos Dalia nos dijo que se encontraba en la habitación de los hechizos, donde apenas unos días había empezado a dar clases a los gemelos.
La encontramos leyendo un grueso libro en la mecedora con cara pensativa.
-Hola Tomelilla
-Hola, chicas, qué grata sorpresa, ¿Qué os trae por aquí?
-Bueno, queríamos preguntarte una cosa.
Le empezamos a explicar la extraña sensación que habían sentido nuestras antenas, las palabras de Rom, y Felí lo de el comportamiento de Mordillo.
Ella asentía mientras nos miraba preocupada.
Finalmente terminamos de relatar y ella tomó la palabra.
-¿Dices que el duende también tuvo una extraña sensación?
-Sí- respondimos al unísono.
-Yo también he estado notando un raro hambiente en éstos últimos días, y los duendes nunca se equivocan en instintos.
Si mis sospechas se confirman, nos encontramos en un grave peligro.
-¿Qué clase de peligro?- preguntó Felí con voz temblorosa.
-Os lo contaré por el camino, ahora tenemos que ir a la Roca de Arrochar, tengo que hacer algo de vital importancia.
Al oír ese nombre, noté que Felí se estremecía, y un sudor frío me recorrió todo el cuerpo.
Tomelilla se levantó a toda prisa, y se puso su capa dispuesta a salir.
Cuando subió las escaleras avisó de que salía a Dalia.
-Está bien Lilá, pero no hagas mucho esfuerzo, que ya no eres precisamente una moza.
-Tendré cuidado, no te preocupes por mí. Si llego tarde, no me esperéis despiertos.
Y dicho ésto, la bruja se elevó de un salto, dirigiéndose hacia las afueras del pueblo con nosotras tras ella...

*Fairy Oak, Un Nuevo Comienzo*©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora