La persecución

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Violet, Aren y Alhelí caminaban por el bosque, tanteando entre la niebla, intentando no perderse los unos a los otros.
De vez en cuando oían ruidos y pasos ajenos.
Aquello no les tranquilizaba precisamente.
De repente oyeron a lo lejos las campanas del pueblo.
Era media noche.
Los chicos se estremecieron.
Entonces, Alhelí exclamó:
-Espera...  yo soy mago de la oscuridad...¡Puedo volar ahora que es de noche!
-Es verdad
-Pero yo no...
-Ni yo.
-Sí, no había caído...
-Violet, ¿Te podrías transformar en algún animal? A ser posible que vuele.-Jack la miró interrogante.
-Mmmm...bueno, lo intentaré, aunque no funciono muy bien de noche y asustada...
-¿Me podéis transformar a mi?
Los gemelos se miraron entre ellos con cara de asombro y algo de miedo.
-Bueno... no sabemos muchos hechizos por ahora...
-Yo a lo mejor acabo partiéndole por la mitad o explotándole o...
-Si Al, lo hemos pillado... tendré que intentarlo yo...Aunque te advierto que a lo mejor acabas siendo una piedra.
-No me importa, con que sea transportable me vale.
-Sí, de todas formas los hechizos en un sinmagia no duran mucho, así que...-Violet cerró los ojos y se concentró en un animal volador.
Acto seguido pronunció las palabras mágicas.
-Transforma en animal volador a mi amigo soñador.
Violet abrió los ojos despacio por miedo a lo que podría aparecer delante de ella.
Pero no había nada.
-¿Dónde se ha metido?
Alhelí no la escuchó porque se estaba aguantando la risa mirando al suelo.
Violet dirigió su mirada hasta aquel punto y vio una ardilla sentada en el suelo algo mareada.
El animal estornudó y una nubecilla de polvos mágicos la envolvió la nariz.
-¿Una ardilla? Pero no pueden volar...algo ha salido mal.
Jack ,la ardilla, abrió sus patas y las agitó en el aire para volar.
Pero no se elevó lo mas mínimo.
Sin embargo una especie de alas unían sus patas al cuerpo.
-¿Una ardilla voladora? Bueno, algo es algo supongo.
Alhelí continuó su risa a carcajadas.
-Shhhhhhh no sabemos lo que ronda por ahí. Vamos, métete a Jack en el bolsillo y llévalo contigo.Yo intentaré transformarme en un gorrión.
Alhelí obedeció y se metió a Jack en el bolsillo de la chaqueta.
Violet se concentró de nuevo en ello y volvió a cerrar los ojos.
Al cabo de unos segundos, sin abrirlos preguntó a su hermano:
-¿Ya está? ¿Soy un gorrión?
-Emmm no exactamente...
La niña abrió los ojos y se vio algo más bajita.
Se dio la vuelta y se miró la cola.
-¿¿Soy un cervatillo??
-Tranquila prueba de nuevo.
De repente se oyeron voces en un idioma que era desconocido para los tres amigos.
Eran varias, y peligrosamente cerca de ellos.
-¡Rápido, algo pequeño!
-¡No puedo, mi magia no funciona bajo presión!
-¡Al menos inténtalo !
-¡Ya lo intento!
Un grupo de sombras salió de los árboles dirigiéndose hacia ellos.
-¡No hay tiempo! ¡Corre!
Su hermana dudó unos segundos.
Finalmente salió brincando en dirección a lo más profundo del bosque.
Alhelí levantó el vuelo con Jack en su bolsillo, en dirección al pueblo para pedir ayuda.

Mientras, Aren y Celi no se encontraban en una situación mejor.
Unos segundos después de haber llegado a la roca, un grupo de sombras los rodeaban.
-¡Aren, rápido huye, tú puedes volar!
-¡No pienso dejarte aquí sola!
El mago lanzaba hechizos de ataque a las sombras, hasta que descubrió que no les hacían el más mínimo rasguño.
-¡Tenemos que salir de aquí, agárrate a mi!
-¿¡Cómo?!
-¡Sube a mi espalda!
La chica estaba tan asustada que decidió hacerle caso sin pensar con tal de salir de aquella pesadilla.
-¡Agárrate!
El mago levantó el vuelo con todas sus fuerzas y logró hacerlo a trompicones, ya que llevar a Celi y mantener el equilibrio era muy difícil.
Así que a cierta altura la agarró de la mano y la transformó en ratón.
Acto seguido, la metió en el bolsillo de su camisa.
-Agárrate bien fuerte a los hilos, porque nos espera un viaje movidito.
Detrás de ellos un par de sombras con forma de halcones los perseguían.
Aren intentó lanzarles contra hechizos, pero eso sólo los retrasó.
-¡Ya casi hemos llegado!
Cuando sobrevolaron la muralla
Las sombras se pararon y dieron media vuelta.
El mago se posó en un tejado y se tumbó boca arriba mirando las estrellas mientras jadeaba de puro agotamiento.
Dio un suspiro de alivio.
-Estamos a salvo Celi...
La ratoncita salió de su bolsillo, no sin antes olisquear el aire para comprobar que había pasado el peligro.
Rom también asomó la cabeza por el bolsillo de la chaqueta.
-Cielos, estaba en tu cabeza y casi me caigo, menos mal que me he agarrado a tu camisa
El maguito cerró los ojos.
Celi chilló y le agitó la nariz, haciéndole entender que había que pedir ayuda, ya que su prima aún se hallaba en el bosque.
-No te quedes dormido ahora, Violet está en peligro
-Lleváis razón, busquemos a alguien.

Mientras, en lo más profundo del bosque, una cervatilla corría veloz entre los árboles, huyendo de las sombras que la daban caza sin tregua.
De repente sintió un dolor agudo en una de sus patas traseras.
Ésta se había enredado en un arbusto de espinas, y no tenía intención de salir.
El animal, frustrado tiró de ella con todas sus fuerzas, intentando aguantar el dolor de las espinas que se le clavaban.
Una vez liberada, salió cojeando de aquella zona, en busca de un lugar más seguro.
De repente se encontró de nuevo con el sauce al que habían acudido cuando aún llovía, ella, Aren y su prima a resguardarse.
Llegó a duras penas a su tronco, y allí se tumbó, temblando de miedo esperando que acabara la noche.
Cuando estuvo a punto de dormirse del cansancio que le pesaba, oyó un ruido entre la maleza.
Aguzó sus oídos y su vista, con la esperanza de que fuera tan solo un ratón de campo , o alguna ardilla.
Pero sus esperanzas se disiparon cuando vio, ante ella, una figura de mediana estatura, que además estaba encapuchada.
Intentó levantarse como pudo, pero la pata herida y el agotamiento se lo impedían.
Así que pensó que en aquel momento había llegado su hora, y se quedó parada a esperar sin hacer un sólo movimiento, temblando de miedo.
La figura se acercaba lentamente hacia ella.
De repente, se quitó la capucha que la cubría el rostro, dejando así su cara al descubierto, una cara que a Violet le resultó muy familiar
-¿Oliver?- Pensó para sí.
El chico se acercó a ella lentamente extendiendo su mano para acariciarla.
-Tranquilo, no tengas miedo, no voy a hacerte daño.
Violet en aquel momento quiso volver a ser humana, para poder abrazarle, y decirle el miedo que había pasado.
Sólo podía esperar a que el efecto del hechizo pasara o que él se diera cuenta de que era humana.
El chico se fijó en la pata herida del animal y sintió lástima por él.
-No deberías estar aquí, seguro que esos espectros te asustaron y por eso ahora estás así.
-¿Espectros?
-Veamos...
El chico le quitó las espinas que tenía clavadas en la pata.
Cada vez que le quitaba una, el animal hacía un aspaviento, provocado por el dolor.
Una vez quitadas, Oliver hizo una especie de hechizo de curación, y las heridas sanaron al instante.
-Ya está, eres libre, pero cuidado con ésos espectros.
El cervatillo se incorporó y el maguito también.
El chico estaba dispuesto a irse pero Violet le mordió la camisa para detenerlo.
Oliver, sorprendido y extrañado a la vez, dio media vuelta y miró al cervatillo a los ojos.
Los entornó y estuvo así unos segundos, como si le leyera el pensamiento.
-Oliver, soy yo.
-¿Violet?
La chica se sorprendió ya que no sabía cómo había adivinado sus pensamientos.
El chico lanzó un hechizo contra ella y volvió a ser humana.
-¡Oliver!
La niña corrió a abrazarle.
-No sabes cuánto miedo he pasado, no han parado de perseguirme en toda la noche y...
-¿Qué haces aquí a éstas horas? ¡Es peligroso!
-Estaba paseando con Celi y Aren, pero comenzó a llover y nos resguardamos , entonces algo no iba bien y nos dirigimos a casa pero se levantó una niebla muy espesa y los perdí, después encontré a Jack con mi hermano,
pero me tuve que transformar para huir y...
-Tranquila, tranquila,ya estás a salvo.
La niña rompió a llorar.
-Espero que estén bien...
-Vayamos a mi casa, y pasemos allí la noche. Por la mañana los buscaremos, pero por ahora no podemos hacer nada, los espectros están por aquí. Ven.
El chico la cogió de la mano y levantó el vuelo.
-Espera, yo no...
No pudo terminar la frase porque ella también levantó el vuelo.
Aquello fue como un sueño.
Oliver siempre hacía cosas increíbles.
Sentía que con él no había nada imposible.
En ése momento tenía muchas cosas en mente, pero decidió, tan sólo, dejarse llevar por la fría brisa nocturna y el suave tintineo de las estrellas.

*Fairy Oak, Un Nuevo Comienzo*©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora