Al día siguiente, Grisam y Pervinca, acompañados de Winter se dirigieron a ver a la reina de la aldea.
Cuando se levantaron, ella ya estaba preparando el desayuno y el salón olía a café y a tostadas recién hechas.
El fuego estaba avivado y escupía chispas mientras devoraba la madera de pino.
-Buenos días dormilones ¿Habéis descansado?
-Sí - respondió la pareja al unísono.
-Bien sentaos, tengo membrillo si queréis para las tostadas.
Los dos magos obedecieron y se sirvieron unas tostadas con membrillo, pero Pervinca sin mantequilla, ya que no le gustaba.
-Chicos tengo que informaros que nuestra líder es...un tanto distinta a como os la imagináis.
-¿En qué sentido?- preguntó Grisam intrigado mojando la tostada en el café.
-Lo tendréis que ver vosotros mismos, sólo dejadme hablar con ella y presentaros antes de decir cualquier cosa.
Los dos asintieron.
-Vamos, terminad éso rápido y vestios no vayamos a llegar tarde.Una vez se hubieron todos alistado, y Winter cerrado la puerta y dejado a Soplillo en el cuarto, los tres magos se dirigieron al lugar donde se hallaba la reina de La Montaña de los Dragones.
Como era de día, se podían ver bien las casas que antes estaban ocultas por la nieve y el frío nocturnos.
Eran casas hechas de piedra y madera ligeramente separadas por un par de metros de distancia las unas de las otras.
Cada puerta tenía grabada en acero un dibujo y unos símbolos distintos y únicos al resto, contando alguna leyenda, mito, o momento que tuviera algún significado para cada familia.
Las calles y los tejados estaban cubiertos de densa nieve, y había farolillos que iluminaban ligeramente las calles, ya que el día había amanecido nublado.
La calle estaba transitada a pesar de las bajas temperaturas y había dragones de todos los tamaños y especies en cada rincón del pueblo.
Las tiendecitas que había eran curiosas y extrañas, pero algunas como la panadería o la zapatería trajeron nostalgia a Vi y a Grisam.
Las calles estaban todas cuesta arriba, ya que se situaban en mitad de la montaña.
-El templo está en la cima, no tardaremos en llegar- dijo yendo por delante de la pareja.Después de un rato subiendo por fin llegaron a la entrada de una gruta gigante, decorada con dos antorchas a los lados.
-Es aquí.
Los dos magos asintieron y se dispusieron a entrar.
La gruta estaba iluminada por antorchas a los lados y en las paredes brillaban pequeños minerales de colores.
A medida que avanzaban la gruta se hacía más pequeña hasta que llegaron a una doble puerta de acero con dos dragones grabados y piedras preciosas pulidas que la decoraban.
Dos guardianas permanecían de pie con lanzas en las manos protegiendo la entrada.
-Buenos días, necesitamos hablar con la reina, es urgente, ellos son Pervinca y Grisam y han venido desde muy lejos tan solo por hablar con ella.
-Está bien, pueden pasar.
-Muchas gracias.
Los dos soldados se miraron, asintieron y empujaron con fuerza la puerta para abrirla.
Acto seguido, los tres magos entraron en la sala.
Nada más ver aquel lugar, Grisam y Vi se quedaron atónitos ante tanta belleza:
Era una gruta enorme, cubierta hasta el techo, excepto por una pequeña abertura de cristal que iluminaba el trono gigante situado al fondo de la sala.
Las paredes estaban llenas de cristales blancos y colores claros que iluminaban la sala.
A los lados había dos pequeños lagos subterráneos iluminados por una extraña luz que emanaba de dentro y decorados con flores flotantes de una belleza singular y exótica.
Algunos peces de colores se asomaban a la superficie para curiosear lo que estaba pasando.
En el centro de las dos charcas, había un camino que las separaba que daba a los escalones del trono de piedra, decorado también de cristales.
Sobre el trono descansaba un dragón gigante blanco con brillo de ópalo, como si estuviera hecho de aquel mineral.
Tenía unos claros y luminosos ojos azules y sus pupilas se asemejaban a las de un reptil.
También cristales puntiagudos de colores que le recorrían la columna hasta la punta de la cola y dos alas enormes recogidas en el torso.
Al lado del trono había una mujer de pelo blanco y liso que le llegaba por debajo de la cintura, impasible.
-Buenos días majestad, ¿Cómo se encuentra?- Winter hizo una pequeña reverencia.
Los demás la imitaron.
-¿Le está hablando al dragón?- susurró Pervinca.
Grisam se encogió de hombros.
-Buenos días Winter, ¿A qué se debe tu agradable visita?
Los dos magos se sobresaltaron al oír salir aquellas palabras de la boca de un dragón.
-Verá majestad, ellos dos son Pervinca y Grisam y vienen desde un lugar muy lejano porque tienen algo muy importante y de extrema urgencia que comunicarle.
-Um... Ya veo... ¿De dónde provienen?
-De Fairy Oak, excelencia.
-¿¡Fairy Oak!?
Pervinca y Grisam se estremecieron.
-¿¡Conocen ustedes a Lala Tomelilla!?
Los dos magos se miraron entre ellos sorprendidos.
-Por supuesto majestad, Lala Tomelilla es una de las mejores brujas de nuestro tiempo, y la mejor tía que se puede tener.- Dijo Vi sonriendo.
-¿Usted es la sobrina de Lilá?
-Así es majestad, y éste que veis aquí es mi marido, Grisam Burdock.
-¿Grisam Burdock? ¿El hijo de Duff Burdock?
-Sobrino, majestad- intervino Grisam con una leve reverencia.
-Vaya... Así que noticias de Fairy Oak... Hablad pues, sin problema, soy toda oídos.
Los dos magos asintieron y comenzaron su relato.
Contaron la horrible catástrofe que provocó el Terrible 21 cuando tan sólo eran unos niños, cómo terminó y lo que estaba sucediendo ahora.
La dragona escuchaba con atención y sin pronunciar una sola palabra, pensativa.
Cuando por fin terminaron, hubo unos segundos de silencio tan sólo acompañados por el fluir del agua y el alegre nadar de los peces en la charca.
-Así que toda la comunidad mágica está en peligro...
-Así es, majestad.
-Y necesitáis la ayuda de nuestro pueblo para la lucha contra los espíritus...
-Exacto.
-Muy bien, podéis contar con nosotros. Si nos mantenemos Unidos, podremos al fin encerrar a ésas criaturas del demonio para siempre.-
Grisam y Pervinca sonrieron.
-Pues en marcha, Moira por favor, ordena a las tropas y los dragones que se preparen, tenemos trabajo que hacer.
La chica de pelo blanco se inclinó.
-Sí, excelencia.-Y salió por una pequeña puerta situada detrás del trono
-Ahora sólo nos queda esperar, pero mientras, poneos cómodos estáis en vuestra casa.
Los dos magos sonrieron.
-Muchas gracias majestad.Mientras tanto fuera de la cueva, alguien observaba la entrada con impaciencia escondido detrás de una roca.
-¿Crees que lo han conseguido?
-Grrrrrt...- rugió un pequeño dragón que reposaba sobre su hombro.
-Éso espero...
Dijo mientras no quitaba ojo a la entrada.
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*Fairy Oak, Un Nuevo Comienzo*©
Fanfic¿No os habéis preguntado alguna vez que pasa con las vidas de las gemelas después de irse Felí? ¿Qué poderes heredarían sus hijos ? ¿Qué pasa con la siguiente generación de mágicos y sinmagia de Fairy Oak? Lo descubriréis en éste libro. *Nota:Fairy...