BTS: Born To Style

Capítulo 10

Entramos en fin de semana, con ese fantástico y maravilloso sábado, un buen día en el que te puedes tirar hasta bien entrada la mañana durmiendo. Sin embargo, mucho antes de que se comenzase a notar la claridad del día por la ventana de mi cuarto, yo ya había saltado de la cama —a lo que casi me la pego— para coger el portátil.

Una vez lo tuve en mi poder, volví a la cama y me senté con las piernas cruzadas. Abrí la página de Internet todo lo rápido que el ordenador me dejó y pinché en el buscador para escribir. Entonces me di cuenta que no sabía cómo se llamaba la escuela de la que hablaba Jungkook.

—Mierda... —susurré rascándome el labio inferior con los dientes.

No podía hacer nada más que agarrar el teléfono y abrir el KakaoTalk. A los pocos contactos que tenía se le había añadido uno más: Jeon Jungkook.

Yo: Jungkook?

Yo: Perdona, sé que es pronto y es un día de descanso pero... Iba a pasarme por la escuela que hablamos anoche y me preguntaba si podías pasarme la dirección

Me quedé observando el característico 1 del chat hasta que este desapareció, lo que significaba que había leído el mensaje. Tras unos interminables segundos llegó la respuesta:

Jungkook: En el puente, frente al CNN Café, al lado del Banpo Bridge

Miré su mensaje confundida. Ya había estado ahí y juraría que no había ning...

Jungkook: Nos vemos en media hora

¿Qué? ¿C-cómo voy a quedar con él? ¿Y lo del karaoke? Eso fue una salida de celebración en grupo, conciencia, calla. Pero vosotros... SHHH.

Yo: Nono, no te preocupes Jungkook

Yo: Esta bien si voy sola

Yo: Tú descansa

Me alboroté el pelo frustrada y nerviosa porque el maldito 1 no desaparecía.

Yo: Y si te reconocen?

—¡Maldito Jungkook! —lancé el móvil contra la cama y me levanté de un salto.

¿Y si le daba plantón?

No, no seas absurda.

~-~-~

Estaba con los antebrazos apoyados en la barandilla del pequeño puente, enfrente de ese famoso café, observando cómo las luces del amanecer se reflejaban en las tranquilas aguas del río Han. Excepto por los vaqueros, vestía completamente de negro, desde las Nike hasta el gorro de su cabeza.

Me acerqué por detrás sin hacer el mínimo ruido y sonriendo traviesamente, me llevé ambas manos a los lados de la boca.

—¡Jungkook-oppa! —grité con una exagerada voz aguda.

El chico se tensó al instante y se giró con los ojos más abiertos de lo normal, esperando encontrarse con alguna fan, pero solo era yo. Yo, que me había encogido a causa de la risa. Vi cómo entrecerró los ojos y juraría que me sonreía, sino fuese porque una mascarilla negra le cubría media cara.

De pronto, sentí un fuerte tirón en mi abrigo con el que intercambiamos posiciones. Me colocó contra la barandilla, con la espalda peligrosamente inclinada hacia el agua, pero el recuerdo de su expresión asustada seguía haciéndome reír y no me daba cuenta de la situación en la que estaba y de que podría tirarme del puente como me soltase la chaqueta. Además de que sus ojos me distraían, también estaban encogidos, y unas arruguitas se le formaban adorablemente al rededor de ellos a medida que reíamos. A esa distancia, podía contarlas todas.